Aprendiendo a querer. (SouHaru)

Capítulo 12. El bungalow.

Haru no podía creérselo, Sousuke le había dicho la verdad, no había hecho nada con Nagisa y además de no haberle creído le trató muy mal. Necesitaba hablar con él pero no sabía que decirle, por más que pensaba en como disculparse apropiadamente no encontraba la manera.

Mientras corrían de atracción en atracción de repente Nagisa se paró en seco.-“¡LA CASA DEL TERROR!”-Gritó entusiasmado pegando un salto.-“¡Tenemos que entrar ya!”

“N-No… La… No… Me niego.”- La cara de Makoto se descompuso al oír eso, hay gente a la que le dan miedo los fantasmas, a otros los vampiros o incluso los hombres lobo, pero al castaño le asustaban todas esas cosas y más. Justo cuando pensaba que le iba a dar un síncope alguien agarró su mano.

“Estás conmigo, tonto, no tienes por qué tener miedo.”- Dijo tan bajito que nadie salvo Makoto pudo oírlo. El pelirrojo acarició con dulzura la cara del de los ojos verdes y en el mismo instante en el que lo hizo todo su temor se esfumó como por arte de magia.-“¿Entramos?”

La idea de entrar a esa atracción a Haru la verdad es que no le perturbaba mucho, no era especialmente asustadizo, pero tampoco le entusiasmaba.

“Está bien…”-Contestó Makoto. Ambos chicos se agarraron de la mano y cuando creían que nadie les veía se dieron un tímido y dulce beso.

Entraron todos juntos a esa terrorífica casa, nada más poner un pie dentro Makoto soltó el primer grito cuando un mayordomo cubierto de sangre les pidió las entradas.

“Si tienes miedo puedes abrazarme.”- Dijo Sousuke mirando a Haru directamente a los ojos. Esa era probablemente la primera vez en la que alguien le trataba tan mal y él no le abandonaba a la primera de cambio. Algo estaba cambiando en su interior y asombrosamente eso era algo que no le molestaba del todo.

 Haru se sorprendió mucho de lo que acababa de decir y no pudo evitar sonrojarse completamente.

“No tengo miedo…”

“Si lo tienes solo hazlo.”- Sousuke apoyó la mano en el culo del de los ojos azules y le empujó un poco para hacerle avanzar.

Un grupo de unas 10 personas, con los chicos entre ellas, comenzaron a avanzar en pareja por estrechos pasillos llenos de fotografías espeluznantes y esqueletos colgados del techo. Haru no podía creérselo, le parecía tan absurdo asustarse con algo tan simple como eso.

Mientras caminaban un cuadro que estaba colgado en la pared se abrió, una cara sin ojos salió por el hueco y pegó un grito espeluznante, haciendo que Haru se asustara de verdad, dio un paso hacia la izquierda tratando de separarse de ese ser tan horripilante pero al hacerlo se chocó con Sousuke.

“No tengo miedo.”- Se burló Sousuke imitando la voz de Haru.-“Yo si lo tengo, así que quédate a mi lado.”

Sousuke puso a Haru delante suya, le abrazó por detrás, aprovechando que apenas había luz y probablemente nadie les vería. El de los ojos azules notó como los brazos del mayor colgaban de sus hombros y su cabeza descansaba en él.

“Huele bien…”-Pensó no pudiendo evitar quedarse embelesado ante el olor del menor. Podía notar perfectamente como su corazón latía a mil por hora, sin duda le alteraba mucho que le estuviera abrazando así, el roce de su cuerpo, la respiración en su cuello, sus manos acariciando su camiseta.

“Quita… Idiota…”-Trató de zafarse del abrazo sin apenas fuerza, al fin y al cabo no quería separarse de él a pesar de que su cuerpo estaba comenzando a calentarse.

No es que el de los ojos verdes estuviera haciendo nada en especial pero Haru era terriblemente sensible, el día que se acostó con Sousuke fue la primera vez que su cuerpo actuaba así y desde ese entonces se excitaba con una facilidad pasmosa.