—Estamos bien sin ellos —murmuró negando con la cabeza. Se acercó a una enfadada Freya y la tomó por los hombros. Sólo entonces la miró fijamente, esperando que entendiera lo que decía.— Pero es peligroso que vayas sola hasta allá. Somos muchos menos y es una clara desventaja. Si vas podría salir muy mal, Freya. No quiero que te lastimen.

Pero esa preocupación repentina no le convencía.

—No pasará nada malo. Puedes estar tranquilo por eso.

—Si Changretta tiene la oportunidad te tomará.—'Y será tu fin', quiso decir.— No se quedará de brazos cruzados sabiendo con quién te has asociado y cuantas bajas has ocasionado. Sólo piensa en cómo terminó Elliot.

—Con mucha más razón —dijo, sintiéndose exaltada.— Tiene que pagar por lo que le hizo. No tendrá mi perdón, lo quiero muerto por todo lo que nos ha causado. Mi familia, Elliot y Charlotte. ¿Cuántas vidas más tendrá que tomar?

—No la tuya, Freya. Es por eso que deberías detenerte.

Necesitaba que entendiera, que viera las cosas desde su punto. Sin embargo Freya no abandonaría sus convicciones y propósitos.

—¿Y entonces lo matamos? —se escuchó la voz de Joe, quien abría las puertas de su despacho para ingresar e interrumpir la conversación. Lance hizo una mueca en cuanto lo vio y se alejó de Freya hasta un lado de la habitación.

—¿Quién dijo que lo dejaría en sus manos? —dijo seriamente, dando una mirada de reojo a Lance.— Lo haré por mi misma. Tengo que acabar con esto de una vez por todas, y nada ni nadie me detendrá.

◇◆◇

Freya sentía su estómago tan revuelto que no quería hacer más que intentar leer un libro. Había permanecido así toda la mañana, procurando despejar su mente con una dramática novela sobre mujeres llamadas 'trepadoras'.

Se preguntaba cómo sería estar en los zapatos de Lorelei, con su sentido del humor y astucia, aunque prefería no saberlo. Estaba más que bien con el poder actual que tenía, libre de que su vida se encaminara según los deseos de un hombre. No como la protagonista de la novela, quien al menos tenía el intelecto para 'sacar las castañas del fuego' yendo con un hombre de su elección (rico, por supuesto).

Por su parte, Freya que se consideraba la chica fría, se alegraba de tener en sus manos el poder de los Scarlets, ya pocas veces había recurrido a su aspecto (o fingir tener una personalidad brillante) para conseguir lo que quería. Algo inevitable pues, ¿Cuándo habían visto a una mujer manejar una banda delictiva?

Por su puesto, que Freya se había encargado de que lo recordaran.

Después de un buen rato pensando en la situación inconveniente que parecía ser eterna para las mujeres en un mundo de hombres, dejó de lado su ejemplar de 'Los caballeros las prefieren rubias' y se puso los pantalones, aunque esta vez en sentido figurado.

—Te tengo algo perfecto para la ocasión —escuchó decir a Sienna, que extendía un vestido sobre la cama. Entonces la miró con una sonrisa y le guiñó:— y para que dejes a John como loco.

—Oh por dios... Sienna —soltó sintiendo algo de calor en sus mejillas. Contempló el vestido que tenía para ella. Se trataba de un vestido de noche color escarlata al estilo Flapper, con diseños negro y plata.

Era demasiado.

—No es solamente un vestido...—dijo leyendo su expresión.— Es Francés, la nueva moda. Y con ello, una fragancia que te hará irresistible.

Sienna parecía muy seria haciendo 'su trabajo'. Dejó un frasquito cuadrado de perfume con la etiqueta 'N°5' que Freya no podría haber reconocido si no le hubiera dicho lo que era.

𝐕𝐚𝐫𝐣𝐚𝐤 | John ShelbyWhere stories live. Discover now