Las Cenizas Del Deseo - Maxin_The_Wolf3

Capitulo 6: Negro.

**Favor de escuchar la canción que se deja al principio para mayor inserción en la historia, gracias por leer**

Varios estudios fueron hechos, físicamente solo tenia unos moretones, una contusión menor y un corte en el pecho que solo había pasado la primera capa de la piel de Eliz, y no había pasado mucho tiempo hasta que un psiquiatra viniera a hablar con la joven en la camilla. Este hacia preguntas del incidente, pero ella no era tonta con la situación en la que se encontraba, pues ella venia a la universidad de Psicología, sabia todos los movimientos de antemano.

— ¿De verdad usted piensa que estoy loca? ¿O solo cree que estoy protegiéndolo?

— Nada de eso, solo la veo como una victima de un horrible suceso que pude ser mucho peor.

— ¿Entonces?

— No hay mucho que hacer jovencita, mas que llamar a sus padres.

— Estoy emancipada, no necesita la aprobación de ellos.

El psiquiatra se quedo en silencio, mas solo asintió y salió del cuarto para ir a hablar con los policías.

— Está completamente estable señor.

— Mucho no se podía hacer tampoco, ella se niega a declarar...

— ¿No pueden obligarla? —pregunta Lucy mirando como se negaban a hacer algo.

— No, la ley protege a las personas, por derecho y ley nadie puede obligarla a testificar.

— ¡Que estupidez! ¿No ven sus heridas? ¿No pueden sacar nada de eso?

— Fácilmente puede negar todo diciendo que se cayo o algo, aparte, los jueces no van a querer hacer una audiencia si ella no-

— ¡Testifica! ¡Ya entendí! —responde de mala gana Lucy mirando por la ventana a su amiga.

— Lo único que podemos hacer por ella es darle algo para la ansiedad que está sufriendo —dice el psiquiatra escribiendo un medicamento en el recetario— Su amiga quizás fue amenazada por lo que entendí, Él podría volver y aprovecharse de la situación...

— E-Entiendo... —recibe el papel y lo guarda en su mochila con la que iba generalmente a trabajar— ¿Ahora qué?

— Debe quedarse esta noche por el golpe en la cabeza, pero mañana será dada de alta —hablo el doctor para después disculparse e irse.

— Vaya desperdicio... —dice un policía, para ser golpeado por Lucy en el pecho— ¡Hey!

— ¿¡Como se atreve!? ¡MI amiga esta hospitalizada porque ustedes no han hecho su trabajo! ¡O no lo han hecho bien! ¡O no importa! ¡Ahora ella dependerá de unas estúpidas pastillas porque USTEDES no pudieron arrestar a una sola persona! —grito Lucy ganando la atención de Eliz, quien miraba algo asustada— ¡Largo! ¡Laaargo! —comenzó a empujar a los policías hacia afuera.

Toda la situación era vista por las demás personas quienes solo desviaban la mirada, y obvio hacia que Eliz respirara agitada. Rápidamente, comenzó a cambiarse la ropa de hospital que le habían dado y salir de la habitación.

— Señorita, debe quedarse aquí por precaución —dijo un enfermero el cual detenía el paso de la joven.

— Firmare un acta voluntaria de salida, necesito irme de aquí.

Lucia quien miraba a su amiga, decidió acercarse y tomarla del brazo.

— Si te vas, iras a mi casa.

— No, ¿Y si va para allá? Ya escuchaste al policía, si él viene para aprovecharme como peón o algo, podría lastimarlos... N-No quiero... ¿Sí? S-Solo no –

— ¿Quieres ser una mártir? No te dejare. Iras a mi casa, y punto.

Las ordenes de Lucy fueron muy claras para Eliz, pero ella no quería hacer nada que pusiera en riesgo a su mejor amiga, ni mucho menos a sus padres quienes igual sentía afecto, pese a que no se llevaban bien siempre le dieron ayuda y nunca dijeron una palabra de ello.

Ella asiente rendida, para después firmar la forma de salida voluntaria y siendo llevadas por los policías en su patrulla. Sigue mirando el bosque con notorio interés y se apoya en el asiento mientras escucha como Lucy les daba la dirección de su casa.

— ¿Qué se siente estar en una patrulla?

— Recuerdos —dice para aminorar el ambiente tenso, ganándose una risa de Lucia y una mirada algo extraña de los policías— Es broma, ustedes y su mal humor...

Otra risa de Lucia combinada con la de Eliz, mientras eran llevadas a casa de ella.

De repente, ella sentía que no podía respirar. Sentía como su corazón se aceleraba, sentía que la observaban con un fuerte enojo. Era como si su cuello fuera apretado por ambas manos y sus moretones ardían con fervor.

— Te dije que no hicieras nada estúpido —Sonó en su cabeza como un profundo eco.

— ¿Eliz? T-Tus labios se están poniendo azules... ¡Eliz!