Q U I N C E

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El viento apenas levanta la manta, el Cuerpo clavó bien las estacas para que el aire no se la llevara y dejara expuesto al titan.

Me cruzo de brazos y suspiro, me froto los brazos con las manos. La noche comienza a caer, y la temperatura con ella. Subo la mirada a la cima de la muralla, veo las diminutas siluetas de Hange, el sacerdote y otros miembros del cuerpo.

-Morte - me giro y mi vista es nublada al instante.

Suspiro y me quito la tela de la cara, al extenderla me doy cuenta que es la capa de Levi, levanto la mirada, alzo una ceja.

-¿Necesitas ayuda para cubrirte? - ruedo los ojos.

Extiendo la capa y me la pongo de mala gana, pretendiendo que no tenía frío. La amarro a mi cuello y junto los extremos para que me cubra el torso, me cruzo de brazos debajo de la capa y suspiro.

-¿Qué haces aquí? - muevo la capa un poco y le muestro el equipo.

-Hange me pidió que esperara justo en esta posición.

-¿Por qué?

Ambos miramos arriba al escuchar un grito, reconozco a Hange sosteniendo a una persona del cuello de la camisa evitando que caiga, reconozco al sacerdote al darme cuenta que es una túnica negra. Entonces comprendo que Hange le está diciendo que lo lanzará si no habla, suspiro y tomo los pistones.

-Tranquila - señala.

Miro a arriba de nuevo y veo que Hange ha jalado al sacerdote a tierra firme, guardo los pistones.

Me doy media vuelta y me acerco a Levi, llevo mis manos a mi cuello y Levi me toma de la muñeca, niega con la cabeza. Bajo las manos.

-Dijiste que habías venido por mí - aparto la mirada.

Espero que la oscuridad que empieza a caer oculte mi rubor.

-Por lo de la mañana - regreso la mirada cuando el aparta -. Quería pedir perdón así que... lo siento.

Siento una punzada en el costado, frunzo el ceño y llevo mi mano al costado, hago presión y el dolor se deshace poco a poco.

-¿Estás bien?

-Sí, avísame cuando sea la siguiente expedición.

-Iremos a ver unas bases dentro de Rose en dos días - me quejo en voz alta -. Quédate aquí.

Lo miro.

-Pero Erwin...

-Sí, sí, hicieron un trato. Pero Erwin no es un monstruo, estás herida, te dijeron que no usaras el equipo, cosa que hiciste y ahora necesitas descansar. Yo le explicaré la situación.

-Puedes ser realmente amable cuando quieres.

-Tsk - sonrío cuando aparta la mirada.

-Toma tu capa...

-Hace frío - dice sin mirarme -. Iré por ella luego.

Aparto las manos y comienzo a caminar, me muerdo el labio para ocultar la sonrisa.


Cierro la puerta detrás de mí y me apoyo en ella, estiro el cuello de un lado a otro y suspiro. Atravieso la cocina saludando a las chicas que van llegando y subo los escalones, me dirijo a las escaleras a mi habitación pero un par de personas llaman mi atención.

Miro a la izquierda y camino al salón principal, en la barra veo a Reiner y Bertholdt. El rubio me mira con ganas de matarme y el castaño hace lo posible para que eso no suceda, lleno mi pecho de aire y camino hasta ellos.

Lealtades. (Levi AckermanxOC)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant