U N O

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-¿A que pobre cuerpo se lo has quitado esta vez?

Saco el cuchillo de su funda en mi cadera y coloco el filo en su abdomen sin siquiera darme vuelta. Siento la respiración de Kenny en mi cabeza.

-¿No escuchaste? Los titanes volvieron a atacar, el Muro Rose está vez.

-¿Y aprovechaste la conmoción para robarte un equipo tridimensional?

-El que tenía ya estaba viejo - guardo el cuchillo -. ¿No deberías estar con la Policía, Kenny?

Kenny se aparta de mi y va a sentarse a la cama, me deja ajustando los tornillos del equipo tridimensional.

Hace cinco años habíamos atacado el distrito Shinganshina y atravesado el Muro María, pero días antes un titan había devorado a Marcel. Nunca volvimos por él, el idiota de Reiner logró convencernos de seguir con la misión.

Estuvimos vagando por los interiores del Muro Rose por dos años, escondidos como refugiados hasta que los guerreros pudieron entrar al Ejercito de la isla. Paradis contaba con cuatro divisiones militares, la Tropa de Reclutas, la Tropa de Guarnición, el Cuerpo de Reconocimiento y la Policía Militar.

Aprendimos todo lo que pudimos de la isla en esos dos años. Resulta que la realeza vive en el centro del muro Sina, en la ciudad de Mitras junto con todos los nobles y personas ricas del lugar. En cuanto los guerreros se unieron a la Reclutas, yo seguí avanzando hasta llegar a Sina, donde me enteré de la Ciudad Subterránea, que era todo lo contrario a la extravagancia de la superficie de Mitras.

Fui recibida en un burdel, muchos hombres trataron de pagar por mí pero no hizo falta decirles dos veces que yo era la que me aseguraba que ellos no se sobrepasaran con las chicas. Kenny fue el único que no ofreció dinero al verme, de hecho ni siquiera venía por el servicio del burdel, él venía a comprar su cena y ese día la cocinera me había pedido apoyo. Le dije a lo que me dedicaba en ese burdel y de manera natural, sin cobrarme, me enseñó a defenderme mejor. Luego me enteré que su hermana solía trabajar ahí, años y años atrás, había muerto de una enfermedad. Solo me hizo prometerle que también cuidaría de la salud de las mujeres trabajando ahí.

Después me enteré que había entrado a la Policía Militar, la división que reside en los distritos del Muro Sina o incluso dentro de este, dentro de la división había un escuadrón encargado de la seguridad de la familia real y tenía la sospecha de que Kenny pertenecía a él o tenía acercamiento a este. Después de tres años de tratar de infiltrarme a esa élite, finalmente había una ventana.

Los guerreros y yo habíamos acordado vernos cada cierto día cada tres meses en el refugio del Muro Rose al que llegamos hace cinco años. Hoy es ese día.

Hace tres días habían llevado a cabo el ataque a Trost, necesitaba saber la razón y llegar a un acuerdo con ellos. Pronto escogerían a que división del Ejercito pertenecer, y necesitaba a uno de ellos con la Policía, solo espero que hayan quedado entre los diez mejores. Solo esos diez pueden escoger entrar a la Policía.

-Si querías uno nuevo te pude haber conseguido uno más ligero - miro a Kenny de reojo -. Lo llevarías en la espalda y lo manejas con las manos.

-Ya me acostumbré a este - tomo el equipo tridimensional y me coloco en la cadera -. Me gusta como se me ven las correas.

-¿Te aseguraste de que estaba muerto? - lo miro.

Kenny se endereza y deja el sombrero al lado de su piernas, la luz de la vela hace sus arrugas más marcadas.

-¿Por qué?

-Esas cosas tienen números de producción - explica -. Incluso para las desgracias hay protocolos, cuando pasen las listas y vean que falta ese equipo comenzarán una investigación. Si la persona estaba muerta, darán por hecho que fue destruido por un titán.

Lealtades. (Levi AckermanxOC)Where stories live. Discover now