—Cuando tengas tu primera salida a Hogsmeade, debes probar la nueva colección de ranas de chocolate, ahora vienen con relleno de trufa y es, literalmente, el mejor invento culinario del mundo.

—Las de fresa son mejores. —murmuró Albus negando con la cabeza pensando que su amigo se había vuelto loco.

—Uh, no soy muy fan de la fresa, ¿no hay de ranas de cereza?

—Creo que no... tendríamos que preguntar cuando vayamos a Honeydukes.

Pasado un tiempo, la chica fue hacia los baños del tren para ponerse el uniforme. Vio su reflejo en el espejo y sonrió inmediatamente, aquel uniforme oscuro era mucho más bonito que los vestidos y túnicas color cielo de Beauxbatons. Con un fuerte resoplido, el tren se detuvo en un bonito pueblo que la chica supuso era el pueblito de Hogsmeade que le habían mencionado.

—¡Los de primer año por aquí!

Detrás de los chicos, descendió del tren con cuidado de no tropezar con uno de los cuántos alumnos menores que ella, quienes se movían con mucha emoción entre los cuerpos del resto. Mientras caminaba hacia un hombre que parecía medir tres metros, quien estaba guiando a los nuevos hacia unas barcazas, podía escuchar como la gente a su al rededor murmuraba y apuntaba su rostro, o más bien su cabello.

—Tu debes ser Olive Devaulx, ¿no? Soy Hagrid, el guardabosques de Hogwarts. —quien parecía ser un semigigante le sonrió dándole la bienvenida, el hombre daba un aura de confianza que de inmediato atrapó a la muchacha, quien con mucho gusto le correspondió la sonrisa mientras asentía.

Antes de seguir a los pequeños, buscó con la mirada a sus primeros amigos en aquel lugar y se despidió de ellos con un movimiento de mano. Le desearon suerte y se dirigieron a una zona donde unos carruajes los esperaban.

Se subió a una barcaza y lamentablemente tuvo que ir sola debido a que al ser cinco años mayor de lo normal, era mucho más peso a lo que aguantaban aquellas barcas. Viajaron por el que Hagrid llamó como el Lago Negro, que según muchos comentaban, era el hogar de muchas criaturas marinas peligrosas. Olive no era muy curiosa respecto a lo que llamaban por "peligroso", sabia que de algo había que morir, pero por el momento pensaba que era muy joven para tanto peligro.

Ah, cariño, no sabes lo que te espera este año.

Al llegar a la entrada del enorme y algo oscuro castillo, un hombre de no más de cuarenta y cinco años los esperaba con una gran sonrisa.

—¡Bienvenidos sean a Hogwarts! Soy el profesor Longbottom, jefe de la casa de Gryffindor, y quien los guiará a su pronta selección de casa.

Ingresaron al castillo y le fue inevitable no abrir la boca sorprendida a Olive. Los largos pasillos estaban plenos de bellos cuadros con gente en bellos trajes que saludaban con alegría a quien pasara por su lado, aunque algunos parecían verse mas reticentes a ser amables. El profesor Longbottom los guio frente a unas gran puertas doradas y los hizo esperar allí, antes de hacerle una seña a la menor de los Devaulx.

—A pesar de que harás tu sexto año, entrarás junto a los más pequeños de primero, ¿no es problema para ti, Olive?

Negó con su cabeza quitándole importancia al tema.

—Tenía planeado evitar llamar mucho la atención, pero como puede notar, es un tanto difícil. —apuntó su cabello y ojos haciendo reír levemente al profesor.

AUGUREY, james s. potter.Where stories live. Discover now