Freya tuvo que mirarle con seriedad para que borrara esa sonrisa 'inocente' de su cara.

—¿Broma? ¿¡Broma!? —gritó llevándose una mano a la frente, sin poder creerlo. ¿Qué más tendrían planeado ese par de idiotas que tenía por amigos?.— Ustedes dos, están locos...

Joe abrió la boca para defenderse, pero un sonido lo detuvo.

—¿A quien le dices loca?

Se trataba de la voz femenina proveniente de la puerta, la cual al abrirse soltó un crujido. Enseguida vieron entrar a una mujer de cabello corto y rubio. Ella vestía con un largo abrigo de piel blanca, además de portar alguna que otra joyería fina.

Ambos supieron de inmediato de quién se trataba, pero fue Freya quien se levantó para encararla.

—Oh, tú, pequeña rata...—dijo al verla. Se levantó con las manos echa puños, apenas conteniendo la rabia.— debería haberte dejado en américa con esos asquerosos mafiosos para que te mataran.

—Por favor, Freya —se rió, dejando su abrigo y guantes blancos sobre el respaldo de una silla.— no podrías dejarme sola ni un minuto.

Se quedaron viendo, intercambiando miradas de precaución. Freya no tenía nada que decir para combatir ese argumento por lo que terminó soltando un suspiro en símbolo de rendición.

Sienna tenía razón. A pesar de su falta de límites, le tenía un inmenso cariño, y nunca se atrevería a tomar represalias contra ella. Era su única amiga después de todo, y su salvación de tanta testosterona que tenía que soportar estando rodeada de hombres.

—Eres una tonta —negó con la cabeza, sin poder evitar sonreír. Ambas se acercaron cuando se sonrieron, extendiendo los brazos para darse un enorme y apretado abrazo. Entonces se separaron y se dieron otro vistazo, pero esta vez lleno de cariño.

Freya soltó una risa y se separó para ver como sus dos amigos americanos ahora estaban allí con ella.

—Aparecen y desaparecen cuando quieren. Ustedes no tienen control —soltó como si los reprendiera, pero su voz estaba llena de cariño.— ¿Qué haría sin ustedes?

Sienna se miró con Joe, y luego ambos la observaron.

—Muerta seguramente.

—¡Pero de aburrimiento! —soltó Sienna riendo. Los dos la acompañaron con sonrisitas y Freya se sintió mejor de tenerlos a ambos con ella.

—Es cierto —reveló sintiendo repentinamente una pizca de nostalgia.— Mi vida sería tan gris sin ustedes y los chicos.

—Para eso somos tus payasos personales —la consoló Joe, intentando que no cayera en pensamientos negativos. Sienna lo notó también.

—Y asesinos también. No lo olviden. —añadió la mujer, mientras se acomodaba junto a Joe.

—Están dementes...

—Como dice en mi historial —murmuró Joe con gracia, mientras se llevaba el vaso a los labios para beber un gran sorbo.

—Ahora cuéntanos... —llamó su atención Sienna tras recibir un vaso de Whisky. No le importaba revelar que había estado escuchando la conversación.— Dijiste que te enamoraste de ese tal John.

Freya la miró con burla, sentándose también a charlar con calma.

—Nunca dije eso. Solo lo hacemos y ya —aclaró.

—Claro, como Joe y yo, ¿no?

No pudo evitar mostrar su asombro al escucharla.

—Sienna, Joe me besó haciéndose pasar por Frey —lo acusó, recordando cómo la había besado frente a John. Nunca antes se había sentido tan incómoda.

𝐕𝐚𝐫𝐣𝐚𝐤 | John ShelbyWhere stories live. Discover now