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Kakashi

Estoy sentado en la cama de la habitación revisando los últimos documentos del tratado entre Suna y Konoha. Todo está bien, pero aún quiero hacer sufrir a Gaara.

El día de ayer Naruto habló conmigo cuando volvió de la oficina del imbécil. Naru me pidió que no deje a la gente de Suna sin los recursos básicos, así que no lo haré.

Termino de firmar los papeles y comienzo a estirarme. Veo el reloj en la pared y ya va siendo hora de que firme los papeles en la oficina de Gaara.

Comienzo a estirarme y veo que Naruto aún duerme a mi lado. Ayer me dijo que quería descansar mucho para el viaje, pero ya va siendo hora de que se despierte para que nos bañemos.

—Naru... —susurro en su oído mientras le acarició lentamente el hombro para que se despierte.

Naruto comienza a abrir lentamente sus hermosos ojos. El color azul cielo que tienen me encandila de manera automática, en cuanto él me mira sonríe y yo le devuelvo el gesto aún con la máscara puesta.

—¿Ya es de día? —me pregunta frotándose un ojo.

—Ya es más de medio día, te traje un poco de ramen.

—¡Eres el mejor!

Naruto se incorpora en la cama y yo le pasó el tazón para que comience a desayunar. Él come con ganas, estoy seguro que debe de estar muriéndose de hambre.

—¿No comeras? —me pregunta.

—Desayune hace rato.

Naruto termina de comer en un instante y me mira de manera pícara. Se lo que quiere así que me bajo la máscara y me acerco un poco a él.

—¿Puedo...? —pregunta.

—Siempre —contesto uniendo nuestros labios en un beso que cada vez se vuelve más demandante.

Nos separe con las respiraciones aún entrecortadas. Mi corazón late como loco, pero se que no debemos seguir. Ya es hora de cerrar el trato y no debo de dejar de lado mis deberes como Hokage.

—Vamos a bañarnos —le digo.

Tomo mi ropa y comienzo a caminar hacia el baño, pero Naruto no me sigue. Ni siquiera busca su ropa, él está sentando en la cama y solo tiene un gran sonrojo en su cara.

—Naru, ¿No quieres bañarte conmigo?

Él siempre se baña conmigo. No entiendo porque no viene como siempre.

—No es eso. Hoy quiero bañarme solo.

—¿Por qué?

Naruto traga duro y un montón de dudas invaden mi mente. Él me dijo que se vengaría de Gaara y por eso lo deje solo con ese imbécil. Pero desde que regreso ayer no me ha dejado tocarlo, ni siquiera me permite meterle mano por debajo de la ropa.

No quiero pensar que me engañó, Naru no es así. Pero algo dentro de mi se siente intranquilo; Naruto no me dijo ni si consiguió su venganza ni en qué consistía.

—¿Por qué? —vuelvo a preguntar acercándome a él.

—Solo me quiero bañar solo —dice esquivando mi mirada.

—¿Hice algo que no te gustará?

—No, pero creo que debemos bañarnos por separado hoy. Aquí las regaderas son más chicas que en Konoha.

Lo veo con extrañeza y le sonrió antes de tomar entre mis manos el cierre de su chamarra. Él y yo solemos hacer el amor al menos una vez por día, pero ya llevábamos cuatro sin tener, hoy se cumple el quinto, y creo que Naruto debe tener las mismas ganas que yo.

Comienzo a bajarle un poco el cierre, pero él me detiene un poco la mano.

—¿No quieres hacerlo? —le pregunto. Sí me dice que no, no insistiré. Quizás ver a Gaara hace que se le quiten las ganas.

—Si quiero...

Sonrió y analizo todo, él está sentado en la cama así que aprovecho y me siento detrás suyo. Abro mis piernas de tal manera que él quede entre ellas.

—Kakashi...

—Tranquilo, paro cuando tú quieras.

Comienzo a besarle el cuello y él gime bajito mientras con sus manos se aferra a la cama. Sigo besando y mordisqueando su cuello, pero ahora bajo una de mis manos hasta su entrepierna, por sobre la ropa empiezo a acariciar su pene.

—Amor, mira cómo estás. ¿No quieres que te de una buena mamada?

Naruto se pone aún más duro, sé cuánto le gusta que le hable de esta manera.

—Mira que si tú lo quieres te la chupo entera. Imagínate Naru, tus huevos en mi garganta y yo tragándome todo tu semen cuando te vengas.

Naruto está debatiéndose mentalmente lo que le digo. Parece que quiere ceder, pero algo se lo impide.

—Debemos ir a que firmes el tratado —me dice con su voz temblando. Mi mano no ha dejado de moverse en ningún momento.

—Amor, no podrás caminar con tu erección. Déjame ayudarte. ¿No quieres venirte?

—Quiero venirme.

—Entonces te la chupare como nunca.

—¡No! —Naruto me toma de las manos obligándome a quedarme en la misma posición. En su mirada no hay miedo, hay algo que no logro descifrar.

—¿Que hice ahora?

—Nada, solo no quiero eso.

Vaya, hoy Naru está muy raro.

—¿Entonces que quieres que te haga?

—Hazlo con las manos.

Sonrió un poco y le bajó el pantalón junto con el bóxer solo lo necesario para que su pene quede libre.

—Tus deseos son órdenes.

Vuelvo a besarle el cuello mientras mi mano masturba rápidamente su pene.

—Más —gime fuertemente.

Muevo más rápido mi mano y muerdo con más fuerza su cuello. Naruto está deshecho, todo su cuerpo es invadido por espasmos, debe de estar a punto de venirse.

—Vamos amor, ya quiero probar tu semen —le susurro con voz ronca en el oído.

Naruto se viene de inmediato y yo dirijo mi mano que lo masturbaba a mi boca para comenzar a chupar su semen de mis dedos.

Ahora yo también tengo una erección, y mientras chupo de mis dedos su semen me aseguro de ensalivarlos bien para que me sirvan para poder dilatarlo completamente.

Justo cuando comienzo a bajarle el pantalón de la parte trasera, Naruto se aparta de mi, se acomoda la ropa y se sienta en el extremo opuesto de la cama.

—¿Qué pasó? —pregunto.

—Vete a bañar para que no se nos haga tarde.

—Pero...

—Ve a bañarte, cuando salgas me bañare yo.

—¿No quieres que tu y yo...?

—¡Kakashi! Vete a bañar de una buena vez.

Me voy al baño a regañadientes. Yo quería tener sexo.

Entro a la regadera y de mala gana abro el grifo de agua, para mí mala fortuna no hay agua fría que me ayude a bajarme la erección, solo hay agua caliente.

Cierro mis ojos mientras envuelvo mi pene con una de mis manos. Sí Naruto no quiere hacerlo no me queda de otra más que masturbarme.

Comienzo a deslizar mi mano de arriba abajo y dejo que mis jadeos inunden el baño. Escucho que Naruto se levanta de la cama y comienza a caminar, creo que se irá.

Los golpes en la puerta del baño y la voz de Naruto me hacen saber que me he equivocado.

—Kakashi voy a entrar —me dice antes de girar la perilla.

Sonrió, quizás ya lo pensó bien y si quiere hacerlo antes de irnos. Me lo follare como nunca, detesto la abstinencia..

Seras MioHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin