One-Shots Tom Holland

Tom Holland (PEDIDO)

Título: “Declaración Inconsciente”
Pedido de: LinaMariaRM

—¿Cómo le dices a una persona que te gusta?—preguntó el castaño mientras le lanzaba un peluche a la pitbull.

—Bueno, hay muchas maneras, creo que eso depende de: uno—comenzó a contar con los dedos.—quién es esta persona, dos cuáles son sus gustos y tres cómo eres tú con ella

—Pues, es muy linda y no me refiero solo a lo exterior, la conozco bien igual tú. Me refiero a que Lyna es especial—Harrison abrió los ojos asombrado.

—¿Lyna? ¿La misma Lyna que conozco?—Tom asintió.—amigo, suerte con ella, sabes que Sam la cuida como a si fuera su hermana—Thomas rió cortamente.

Los cuatro hermanos Holland siempre fueron agradables por lo que amigos no faltaban y especialmente Sam siempre convivía con cierto grupo de amigos con quienes realmente se sentía bien, eran como una mini familia y entre todos ellos destacaba Lyna ella, ya se había hecho amiga de los cuatro y los apreciaba mucho.
Tom la conocía bien y no sabía cuándo exactamente esos sentimientos de amistad y prácticamente hermandad se esfumaron siendo reemplazados instantáneamente por un cariño y amor incondicional el cual aun no lograba expresar con claridad debido a esto recurrió a Harrison sin una respuesta concisa.

—Tengo, tres paquetes de galletas con chispas, dos paquetes de papas fritas y un bowl de palomitas—contó Sam bajando todo en una mesa frente al sofá.

—Y yo, traje un bowl con frutas, unas galletas de avena y paquetes de gomitas—siguió Lyna imitando su acción.—y claro el té que lo haremos después

Escucharon unos pasos leves cerca seguidos de "Okay tranquila" frase culminada por una risita, era Tom quien poco después se dejó ver cargando a Tessa como si se tratara de una bebé, los chicos se observaron y rieron el mayor paró de golpe al notarlos y al percatarse de la presencia de Lyna fue como si un interruptor dentro suyo se hubiese apagado y reiniciando su modo nervioso el mismo que Lyna ya había presenciado desde hace unos meses el cual prefería nombrar como un modo tierno y hasta algo torpe.

—¡Lyna! ¡Hola!—sonrió, Sam lo miró confundido y así notó que había gritado.—¿Cómo has estado?—reguló su voz.

—Estoy bien—sonrió ella.—¿Y tú?

—También lo estoy, am; no sabía que estarían aquí

—Es nuestra noche de juegos—aclaró Sam.—los demás no tardan en llegar

—Oh claro, bien, los veré luego—culminó para apresurarse e ir a su habitación.