윤민 Russian roulette [yoonmin]

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— ¿A dónde iremos, hyung? — preguntó aún con la mirada hacia al frente mientras formaba un pequeño puchero.

Llevaban alrededor de veinte minutos caminando sin saber a dónde dirigirse o que podrían hacer para regresar a la universidad. Si bien Yoongi aún tenía un poco de dinero debido al costo del reciente almuerzo, no era suficiente para tomar el tren de regreso a Daegu. Añadiendo a eso el hecho de que el peli negro no tenía batería en su celular y Jimin no tenía cobertura ni para una llamada.

Simplemente jodidos, se reiteraban ambos.

— No tengo idea. —suspiró formando un puchero inconsciente.

— ¿Cómo se viaja a Daegu con unas cuantas monedas? —preguntó revolviéndose el cabello con frustración.

Yoongi suspiró mientras formaba una mueca pensativa.

—Tenemos que ganar dinero de alguna manera para poder regresar. —comentó colocando su dedo índice en el mentón observando el lugar.

— ¡Hola! —saludó una chica que se acercaba a ellos con una gran sonrisa, en compañía de otras dos que iban atrás de ella.

—Uh... hola —saludó el peli negro, observando con curiosidad a las tres chicas.

— ¿Nos podríamos tomar una foto? —preguntó con notable emoción mientras observaba detenidamente a los dos chicos, ansiando una respuesta.

— ¡Nosotras también queremos! —informó una de las dos chicas que estaba detrás, señalando a la otra.

— ¿Los dos? —preguntó el rubio señalándose a sí mismo y al peli negro.

— ¡A eso nos referimos! —respondió animadamente la castaña que se encontraba al frente.

—Está bien supongo. —respondió el pálido aún un tanto extrañado, con una leve sonrisa.

— ¡Primero yo! —pidió la castaña posicionándose a un lado de ambos, enfocándolos a los 3 con la cámara.

Después las otras dos chicas hicieron lo mismo con sus respectivos celulares. Las tres se despidieron totalmente animadas y agradecidas, mientras que los chicos aún estaban extrañados por el repentino suceso teniendo expresiones totalmente confundidas.

Yoongi entrecerró sus pequeños ojos gatunos mientras fruncía sus finos labios y se rascaba la nuca.

Jimin decidió quitarse las gafas para limpiarlas con el pequeño trapo que llevaba en su pantalón y después se las colocó para analizar la situación, colocando su pequeño dedo índice en el mentón.

— ¿Qué fue eso? —preguntó detenidamente Jimin, con su vista fija en las tres chicas que ya se encontraban a varios metros de distancia.

Yoongi parpadeó formando una expresión divertida pero arrogante, mientras enfocaba su vista en el rubio.

—Solo... creo que no pudieron evitar pedirle una foto a esta belleza, no todos los días ves a alguien tan guapo en las calles de Ulsan. —respondió señalándose a sí mismo mientras sonreía ladinamente.

Jimin puso los ojos en blanco dándole un fuerte golpe en la cabeza al peli negro. Yoongi solo se quejó acariciándose la zona golpeada, observando al menor con un pequeño puchero.

—Eres todo un cavernícola Min. —acusó sacando la lengua infantilmente.

— ¡¿Pero por qué me golpeas?! —preguntó exaltado con un tono de molestia.

— ¡Por cavernícola! —respondió usando el mismo tono de voz que el contrario.

Se observaron fijamente con molestia por algunos segundos, ninguno sin desviar la vista de los ojos contrarios. Yoongi sin dejar de ver los pequeños ojos color miel, y Jimin sin dejar de ver los ojos negros en forma gatuna del mayor.