6. The Secret Truth

87 9 6
                                    

····Nico····

Me encierro en el baño a vomitar más por costumbre que nervios, aunque también los tenga. Ayer pensé que me libraría de Jackson y sus secuaces al menos un par de clases. Ni siquiera la campana me pudo rescatar de ellos. Eso significa que reencontrarme con otras personas a las que tengo aún menos ganas de ver es inevitable, más si por ahora me he librado. El verano ha sido tranquilo y solitario. Pedir más tiempo para ser feliz era egoísta.

Ya llego tarde así que me lavo la boca rápido y salgo corriendo, intentando pensar en lo mucho que quiero que mi hermana tenga un gran día. La mochila me pesa más de lo normal, tirando de mi espalda y ahogándome, creando pequeñas explosiones en mi pecho que lo dejan dolorido.

La clase de Literatura ya está casi llena pero no llego tan tarde como la profesoral que aún no se ha aparecido. Mis compañeros han sido tan amables de dejarme un hueco en un lateral de la clase, ni tan atrás como para pensar que voy a dar problemas ni tan delante para pensar que voy a prestar atención. Tiro las cosas y me extiendo, notando algo de calma en mi mal cuidado cuerpo.

—Siento el retraso. Otra vez —dice Beuregard desde la puerta. Trae una caja de libros para repartir como primera lectura del año. Le sobran un par de ejemplares pertenecientes a dos personas del fondo, Percy y Piper, que ya no se dignan a aparecer.

Beuregard hace muchas preguntas, puede que porque quiere que participemos o no sepa qué hacer, debemos de ser una de sus primeras clases, pobrecilla. Siento que voy a tener que responder ya que dudo que el resto de los que están aquí sepan leer. Menos mal que una chica rubia, creo que nueva, levanta la mano con la agilidad única de una sabelotodo. Con esa tranquilidad, me permito esconder la cabeza entre los brazos, mascando un chicle que me quite el mal sabor de la boca hasta que Quirón se apiade de mí.

***

—Tienes que controlar esos nervios —dice Hazel para informarme de eso que ya sé.

—No sé me había ocurrido —respondo—. Puede que si lo pido con muchas fuerzas un hada me cumpla el deseo.

Ella mira a Quirón y este suspira, al parecer una sola tarde con él les ha servido para volverse cómplices en mi contra. Podré soportar una traición más. Tiro la cucharilla al suelo tras el susto de unos agresivos golpes en la puerta seguidos de agudos chillidos. Me levanto con in tención de ayudar si es necesario pero Quirón me vuelve e sentar y sale cuchillo en mano, no sería su primer susto aquí.

En el suelo de la entrada un pequeño halcón revolotea como puede dentro de su jaula. El heladero mira a su alrededor pero la coge y la planta delante de Hazel como quien hace esto todos los días. Después de empezar a ir al Instituto Olimpo, a mí ya no me sorprende nada. No puedo decir lo mismo de mi hermana a quien se le ha olvidado sacarse el tenedor de la boca para hablar:

—¿Qué es...? Puaj —dice quitándose el cubierto—. Pero, ¿qué es eso?

—Un tesoro perdido —responde Quirón que acaba de envejecer diez años mínimo. Coge un pequeño sobre atado al asa y lo lee, otro suspiro le añade edad, dejándome claro que el cronómetro está en contra del heladero—. Voy a hacer un par de llamadas. Por favor —nos pide—, si veis a mi sobrina, gritad.

Hazel aprovecha para seguir comiendo y hacerme una encerrona. Este verano sin Bianca ha sido algo raro aunque acogedor, sin embargo, es la primera vez que vivo con Hazel a pesar de conocernos desde hace años. No conozco del todo los detalles, pero tras varios problemas en Nueva Orleans mi padre decidió que lo mejor sería vivir aquí con nosotros, aunque ella iría a Nueva Roma. Tampoco sé el por qué de eso.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Dec 28, 2020 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Do You Want an Ice Cream?Where stories live. Discover now