Epifanías de media noche

6. Uriah Collins.

El chico sale corriendo de su casa y sube a la motocicleta intentando acomodar mejor su mochila para evitar dejarla caer en el camino.

Al ver la casa del frente nota que la señora Davis también va saliendo a su trabajo. En el garaje ya no se encuentra el otro auto, lo cual significa que los mellizos ya se han ido.

Hacía años que había perdido contacto con ellos. Solían ser buenos amigos, pero desde que entraron a Valley Academy tomaron distancia.

Uriah se pone el casco y arranca camino a la escuela.

La mañana había sido igual de rutinaria. Sus padres ofreciéndole el desayuno, repitiéndoles lo emocionados que están por la graduación y recordándole que debe revisar más seguido sus correos ya que pronto podrían enviar más convocatorias a becas.

Al pasar el auto de la señora Davis frente a él, nota que le da una mala mirada. Uriah sabía que a ella no le agradaba demasiado el hecho de que él hubiera sido criado por dos padres varones, y creía que eso era por los rumores de que su esposo infiel resultó ser intimo amigo de uno de sus padres hacía años.

Hay pocos rumores que llegan a ser reales, y este era una mentira más que circulaba por el pueblo.

Will y Roy adoptaron a Uriah cuando era tan solo un bebé. En esos años los tres habían escuchado muchas veces que no eran una familia convencional, pero el chico no veía lo malo en ello.

"¿Quién es tu padre y quien es tu madre?" La pregunta más frecuente que le hacían, era por eso que casi siempre terminaba peleando con quienes se suponía eran sus amigos.

Desde niño le habían enseñado que no existí una familia convencional. Sabía que había madres solteras, padres solteros, divorcios, parejas que ni siquiera estaban casados y vivían felices, y parejas casadas que pasan pelando todo el día.

El chico era muy diferente a ellos. Roy era pelirrojo, tenía ojos verdes y lleva una barba del mismo color de su cabello. Por otro lado, Will era castaño casi rubio, algo robusto y muy alto. En cambio Uriah era de piel morena, tenía cabello negro y rizado, y sus ojos eran oscuros. Lo único que podía decir haber tenido de sus padres era la educación que le brindaron, y no podía pedir más.

Hacía dos años que era considerado un lobo solitario en la escuela. Ahora solo cruzaba palabra con sus antiguos amigos Dylan y Brandon al estar en una fiesta, ya que se terminó alejando para evitar peleas sobre comentarios y chistes sobre su familia. Por más que Uriah intentaba explicarles ellos parecían no entenderlo. Y a pesar de tener personas con quien pasaba el rato en la escuela, estaba seguro de que no consideraba amigo a ninguno de ellos. Normalmente andaba con el equipo de futbol, otras veces con alguna chica o sólo. Todo eso gracias a que estaba acostumbrado a que los mismos que decían ser sus amigos se la pasaban haciendo comentarios sobre su familia o simplemente sentía como no terminaba de encajar con ellos.

Hacían comentarios sobre sus aretes, los cuales usaba con mucha seguridad; una pequeña piedra en cada oreja y uno en su nariz. También le gustaba experimentar con sus atuendos y había sido llamado raro por usar ciertos estampados, estilos y colores. Sus padres le habían enseñado a no temer ser quien era verdaderamente, pero ser fuerte ante los comentarios es diferente.

Algunas veces llegan a herirte tanto que comienzas a cuestionarte si en verdad luces tan mal como dicen, y comienzas a reprimir gustos.

Por otro lado, Uriah sabía que sus gustos no tenían nada que ver por haber sido criado por dos hombres como todos decían. En cambio le habían dado valentía muchas veces.

Otra gran influyente en darle la valentía necesaria fue su ex novia Lucy, con la cual tuvo una relación complicada. Estaba tan acostumbrado a andar con ella todo el tiempo, que no salía con nadie más. Luego la chica se cambió de escuela y por fin hacía seis meses decidieron terminar. La relación ya estaba acabada, peleaban tanto las últimas semanas que tomaron la decisión de dejarlo en paz antes de terminar odiándose.