18. Un abrazo.

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El enfermero entra a la casa y Lily le ofrece una sonrisa.

-No sé qué haría sin ti, Kyle- admite la chica.

-Y yo no sé qué hubiera hecho si no los encontraba a ustedes- dice el chico-. Nadie quiere a un practicante de enfermería a cargo de sus enfermos.

-Oye, ¡yo te quiero!- ríe y ambos comienzan a adentrarse a la casa.

La casa de los Mitchell no era demasiado grande, a sus abuelos siempre les pareció que no necesitaban tanto espacio el cual no iban a usar y solo tendrían más cosas por limpiar. Así que ambos toman asiento en la sala, donde Lily se encontraba sentada arreglando su labial.

-Verte salir cada fin de semana me hace extrañar la preparatoria- dice Kyle abriendo su mochila para sacar su computador-. Ahora siempre tengo tarea, o debo estudiar para mis exámenes.

- ¿Has pensado en abandonar tu carrera?- pregunta algo dudosa-. Digo si no...

-Depende, ¿estás hablando de los últimos dos días o desde que la comencé?- bromea-. Claro que sí, Lily. Aunque ya estoy a meses de graduarme al igual que tú, no me arrepiento, me gusta lo que hago.

- ¿Aunque ahora pases tus noches de sábado viendo repeticiones de películas mi abuelo?-Asiente- Vaya, si eso no es vocación no sé qué sea- dice haciéndolo reír.

La chica recibe un mensaje de que su conductor está esperándola afuera así que se pone de pie.

- ¿Te quedas a dormir con tus amigos?- pregunta Kyle con su atención en su computador.

-Si-toma su cartera de la mesa y se dirige a la puerta- Adiós.

- ¡Diviértete!

Lily sale de la casa enviando los datos del conductor a Josh y al fin sube. El camino la pasa en silencio, mirado por la ventana y algo nerviosa por el hecho de que no sabe qué pasará cuando vea a su amigo. Todo estaba bien, pero la tensión entre ambos era evidente desde que habían hablado sobre lo que sentían. El mismo Josh le dijo que no sabía lo que sentía por ella, y eso la confundía aún más, era probable que él sintiera algo pero no quisiera decirlo, o era probable que ella lo sintiera y la duda fuera su única forma de aplazar el tiempo de revelarlo al fin.

El auto se detiene frente a la residencia de los Blanc después de un par de minutos.

Después de pagar al conductor, sale del auto y atraviesa el jardín. Aunque una vez que atienden al llamado de la puerta, no ha sido su amigo, sino una mujer, la cual de inmediato le ofrece una enorme sonrisa.

- ¡Lily!- dice con emoción- ¡Que gusto verte!

El pasar tanto tiempo con su amigo desde que eran unos niños, la había llevado a formar parte de su familia y a llevarse muy bien con sus padres. Los cuales se habían convertido como unos segundos padres para Lily. La señora Blanc amaba tanto a la amiga de su hijo que extrañaba su presencia una vez que la chica no se aparecía por la casa el fin de semana. Siempre trataba de hacerla sentir como en su propia casa.

- ¡Vaya!- dice el señor Blanc llegando a donde están- Hace tiempo no aparecías por aquí.

-Hola- sonríe Lily a ambos- ¿Interrumpo algo?

-Para nada, siempre eres bienvenida. Aunque no sabríamos que vendrías- dice el señor Blanc- Suerte tenemos comida para todos.

Lily frunce el ceño confundida- Pero... ¿Josh no les dijo que íbamos a una fiesta?

El señor Blanc de inmediato se da cuenta de que su hijo ha estado ocultándole cosas a su mejor amiga, así que termina por encogerse de hombros.

-Tal vez lo olvidé.

Epifanías de media nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora