25. Las soluciones.

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Hay momentos en la vida en que sientes como poco a poco estas ahogándote, como todo parece ir en tu contra y tú tienes que seguir de pie sin quejarte. Sabes que hay millones de soluciones disponibles, pero no crees que seas capaz de tomar la correcta. Sabes que a tal punto nunca hay una correcta, nunca se sabe que es lo que va a pasar y alguien siempre va a estar en contra de tu decisión.

Aunque es preferible que alguien te odie a que tú mismo lo hagas por tomar la decisión que los demás querían.

- ¿Qué me ves? - pregunta Finn al notar que Chelsea tiene la mirada pegada a él.

La chica niega- Nada, solo te pareces mucho a Sky.

El ir a una escuela cristiana no era parte de sus planes, sabía que podía hacer algo que le gustara y a pesar de que quería con todas sus fuerzas recuperar el respeto de sus padres, no estaba dispuesta a cambiar toda su vida y deseos por ello.

-Que novedad- ríe el chico tomando una bolsa de frituras de la mesa.

- ¡Las encontré! - grita Skylar entrando a la cocina-Toma, y cuida mi auto.

Le entrega las llaves a su hermano y este las toma pero aún sin ponerse de pie.

-Me sorprendería que tu auto encienda, lleva parado en el garaje por más de un mes- se burla el chico.

-Me gusta usarte de chofer. Ahora hazme el increíble favor de llevar a mi amiga a su casa, sana y salva, no manejes como en rápido y furioso.

Suspira y se pone de pie- No pretendía hacerlo.

Cuando el señor Hennman llegó, le pidió a Skylar que arreglara la cocina ya que había prometido que lo haría ella y como sus amigas llegaron se olvidó de hacerlo. Ya era muy tarde y no quería que su amiga terminara yendo en autobús, así que la mejor opción para la chica fue pedirle a su hermano que la llevara.

Finn se voltea a ver a Chelsea y alza una ceja.

- ¿Nos vamos?

Ella asiente así que Finn se adelanta a salir de la sala de televisión. Ambas chicas van detrás de él y una vez en la planta baja se despiden tomando caminos opuestos; una a la cocina y la otra hacia el garaje.

Finn ya había subido y encendido el auto para cuando su amiga sube a este.

-Gracias, no tenías que llevarme, pude haber tomado el...

-Yo quise hacerlo- interrumpe el chico moviendo la palanca de cambios para al fin arrancar- No me es problema, Sky no podía llevarte.

- ¿Estas molesto o algo así?

-No, no es algo así- dice al momento en que salen del garaje y comienza a avanzar por la calle-. Es que estoy molesto.

- ¿Conmigo?

Frunce el ceño- ¿Pues con quién más, Chelsea?

Al sentir la mirada de la chica a su lado, se permite voltear a verla por un segundo antes de regresar la mirada al camino. La chica se sentía confundida, no recordaba haberle hecho algo malo.

-Finn yo...

- ¿Por qué actúas así? - Pregunta alzando un poco la voz-. Se supone que somos amigos, ¿por qué parece que te avergüenza hablar conmigo en la escuela? De ser tú te conviertes en la chica odiosa que todos dicen que eres. ¿Ya entiendes por qué te llamo Helga? No, no es por ser rubia.

La chica se queda callada, sabe que es cierto. Ha sido su método de defensa desde hace tiempo y ya salía natural, no pretendía hacerlo sentir mal, ni tampoco era hipócrita, solo no podía actuar como normalmente lo haría frente a tanta gente. Eso la haría ver como la débil Chelsea de hace un año, la cual incuso su mejor amigo se aprovechó de ella.

Epifanías de media nocheWhere stories live. Discover now