Capítulo V

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Me moví entre las sábanas, abrí un ojo despacio ya que la luz me cegaba y no reconocí dónde me encontraba. Dí un salto de la cama y me espabilé de golpe ¿Dónde estaba?

Oí un ligero gruñido, me giré y ví a Alex durmiendo plácidamente. Miré el reloj de la mesita, las 7 menos cinco, me recosté sobre mi brazo y permanecí quieta observando al dulce querubín que duerme a mi lado, suavemente le toqué la mejilla con el pulgar, él se removió y comenzó a abrir los ojos muy despacio.

-Buenos días- le dije sonriendo.

-Buenos días nena, ¿Qué hora és?

-Casi las 7

-Bien- dijo cerrando de nuevo los ojos y arrastrándome para acabar así descansando en su pecho.

-Me pasaría toda la mañana así, pero, hoy tengo una reunión a las 9 en punto , a la cual no quiero llegar tarde- le dije y pude notar su sonrisa.

-De acuero señorita Green, usted vaya a la ducha, yo iré a preparar el desayuno. ¿Qué quieres desayunar Emily?- dijo mientras salía de la cama completamente desnudo.

Me quedé muda al verlo dirigirse a la silla y ponerse unos pantalones de básquet holgados, instintivamente me removí debajo de las sábanas.

-Podría acostumbrarme a verte así

-Nena, vamos, a la ducha o llegarás tarde, coge algo límpio de mi armario si necessitas.

En cuanto sentí que la puerta se cerró, salí de mi escondite y me fuí directa a la ducha. Se estaba tan bien allí con el agua caliente, pero sabía que debía salir y enfrentarme al mundo, me vestí con unos pantalones de chandal de Alex y una camiseta. Tenía la intención de en cuanto llegar a la oficina ir al vestidor y coger lo primero de temporadas pasadas y cambiarme.

Me dejé el pelo, secado tan solo con la toalla, que cayera sobre mis hombros y salí a desayunar. Me quedé mirando a Alex como se desenvolvía en la cocina esquivando a Buster me saltava a su alrededor, al verme salió corrierdo en mi dirección y me dió un beso sobre los labios.

-Cuida el café, voy a ducharme- dijo mientras se dirijía al baño- por cierto, esa camiseta te queda mejor que a mí- dijo entre risas.

Me acerqué a la isla de la cocina y me senté en uno de los taburetes, ví dos zumos de naranja, tostadas, mermelada, y mi desayuno favorito tortitas con sirope. Jugueteé con Buster y le dí un trozo de tostada.

La cafetera empezó a echar vapor y apagué la hornaya, vertí el café en las tazas y ví a Alex avanzar por el pasillo con una camisa blanca, corbata, pantalones negros y la chaqueta a juego perfectamente doblada sobre su antebrazo.

Dejó la chaqueta cuidadosamente en el borde del gran sillon en forma de U que ocupaba el centro del salón frente a la chimenea.

-¿Con leche señor Williams?

-Sí, tan solo un poco, grácias- dijo mirandome de arriba a abajo y riéndose.

Emily Wolf ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora