Capítulo X

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Cogí el taxi que me llevaría hasta el trabajo. Tardó un poco en llegar, pero aún más en transportarme hasta el edificio de "Cúspide of moda", nunca en mi vida había visto tanto tráfico en las calles.

Cuando por fin llegamos, no sé si fue bueno o malo, sólo sé que nada más salir de la puerta del ascensor Ana me esperaba con un montón de notas de llamadas y un montón de papeles los cuales tenía que firmar.

-Buenos días Ana- dije sorprendiéndome por la pila de papeles que tenía en las manos.

-Buenos días Emily, tienes el café y la prensa, que yo de tú miraría, en tu mesa, después te traeré todo lo demás para que les eches un vistazo.

-De acuerdo- dije arrastrando mis pies hasta mi despacho- Hoy es viernes joder, no puedo simplemente sentarme a mirar la ciudad...

Pude oír cómo se reía en silencio, me causaba gracia aquella chiquilla.

Me senté y agarré el café temblando, no sé qué me pasaba, solo me quedaban unos días para acabar el borrador antes de enviarlo definitivamente a la imprenta.

Miré las revistas apiladas perfectamente y cogí la primera.

-¿No sé porque ahora me tendría que interesar en esas revistas de cotilleos?- pensé.

La portada, en letras rojas: La reina destronada por la princesa. Miré más abajo y abrí los ojos como platos, era una caricatura mía dándole una patada en el culo a Sandra.

-¿Pero qué coño es esto?- exclamé.

Cogí la siguiente revista decía: La secretaria engatusa al director, y salían dos fotos una de Alex y otra mía.

De la desesperación esparcí todas las revistas sobre la mesa para verlas en perspectiva amplia. Todas trataban sobre lo mismo. En varias salía yo muy altiva en mi despacho, eran las fotos del reportero de hace unos días, me gustaban esas fotos se me veía autoritaria y digna de respetar. En una hecha con photoshop salíamos Alex y yo espalda con espalda y un enorme corazón nos envolvía, el titular decía: ¿Chica lista?

Dejé todas las revistas sobre la mesa frente al sofá ya que lo que menos necesitaba ahora eran distracciones, aunque dejé la última sobre mi mesa, me gustaba en sí la foto.

Pase toda la mañana entre llamadas y papeles para tenerlo todo listo lo antes posible, hasta que por fin llegó Alex y me salvó de todo ese sufrimiento.

-Hola nena, ¿Cómo estás?- me preguntó un tanto irónico entre risas.

-Hola, pues por si no lo ves, perfectamente- le respondí un tanto borde levantando las carpetas que se amontonaban en mi mesa.

-Si eso noto, aunque tu cara no dice lo mismo- volvió a ese tono que me sacaba un poco de mis casillas acercándose a mi mesa

-Supongo que como hombre ocupado que apuesta en bolsa y mira intereconomía en sus ratos libres, no habrás mirado ninguna revista de cotilleo o por el estilo...- dije bajándome las gafas, a media nariz, qué utilizaba de vez en cuando.

-Supones bien...

-Pues te invito a que te sientes en ese sofá tan caro que me has regalado y leas las que tienes allí mientas yo vuelvo a lo mío- dije señalando la pila de revistas y volviendo a subirme las gafas.

Alex comenzó a mirar las portadas y empezó a reírse a carcajada limpia. Lo que me faltaba.

Emily Wolf ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora