Capítulo XVI (parte II)

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Conduje rápido para llegar lo antes posible al ático de Alex.

Él me esperaba con una copa en su mano mirando por la ventana. Estoy segura que vio cómo me acercaba por el reflejo del cristal

-Hola- dije abrazándolo y acariciando sus trabajados pectorales a través de la camisa.

-¿Por qué no me dijiste nada?- dijo serio sin mover ni un músculo.

-Que recibimiento tan frío- dije separándome y parándome a su lado.

-¿Por qué no me dijiste lo de Rita?- dijo alzando un poco la voz. Yo me quedé un poco perpleja-Contesta- me gritó.

-No creí que debiera contártelo, no sé- dije con las lágrimas al borde de empezar a rodar.

-¿Qué te dijo?- dejando el vaso y hundiendo los dedos en su pelo.

-Nada, que no sabía en lo que metía y punto- dije apoyándome en el cristal.

Alex suspiró y se dejó caer en el sofá.

-¿Y luego que pasó?- preguntó apretándose los ojos cansado.

-Hoy me ha destrozado el despacho y me ha escrito zorra en los cuadros- dije ya rebotándome- ¿Y para qué tantas preguntas?

-¿Llamaste a la policía?- dijo ahora mirándome fijamente. Notaba su mirada quemándome la cara.

-Por supuesto y la he denunciado- dije moviéndome sobre mis pies incómoda.

-¿Qué has hecho que?- dijo levantándose de golpe.

-¿Qué querías que hiciera?- dije al notar su enfado.

-Contármelo y yo me encargaría de todo- dijo acercándose a mí a paso veloz- Retira la denuncia- me dijo cogiéndome del brazo con fuerza.

-¿Pero qué dices? Ni loca, Alex ha destrozado mi despacho y me ha dicho zorra- dije gritándole.

-Emily por dios, hazme el favor de retirar la denuncia- dijo apretando más y ahora empezaba a doler.

-Alex me haces daño- le dije mirando por dónde me tenía agarrada.

-Retira la denuncia Emily- dijo y a mí se me estaba empezando a acalambrar la mano, no me notaba los dedos.

Me libré de su agarre y caí al suelo llorando desconsolada. Alex se lo pensó un rato antes de sentarse estrechándome en su pecho.

-Suéltame- dije en un grito casi inaudible.

El no hizo caso y siguió apretándome.

Cuando las lágrimas cesaron, me separó de su cuerpo y me miró.

-Esto es mucho más complicado de lo que te crees- me dijo acariciándome la cara secando las últimas lágrimas.

-Explícamelo- le dije y él cerró los ojos.

-Tú retira la denuncia, más adelante te lo contaré todo- dijo dándome un beso en los labios.

Se levantó y me levantó cogiéndome por los hombros, me acercó a su cuerpo y me besó más apasionado.

-Cenemos- dijo agarrándome por la mano y llevándome hasta la barra de la cocina. Yo me resigné a seguirlo callada. Todavía estaba en shock.

Nos fuimos a la cama y yo seguía estúpida, como si no acabara de encajar el comportamiento de Alex.

¿Y a qué se refería con que todo era muy complicado? Este hombre me anulaba en todos los sentidos, no era capaz de defenderme ante su presencia, no era la misma Emily que derrochaba seguridad.

-Alex creo que me marcho- dije saliendo de las sábanas- me voy a mi piso, tengo trabajo que hacer.

-¿A estas horas?- dijo saliendo de la cama también y acercándose a mí- Cariño, vuelve a la cama conmigo- me dijo basándome el cuello.

-Alex, por favor…-dije suplicándole antes de volver a llorar.

-Lo siento- me dijo abrazándome- no quería ponerme así antes, pero Rita conoce demasiadas cosas y si dice algo, la he cagado- dijo cogiéndome la cara.

-Pero es que no lo entiendo- dije como una niña pequeña.

- Ven a la cama y te lo explico- me dijo mientras él se metía en su lado de la cama.

Me metí y me apoyó sobre su pecho, suspiró y empezó a contar.

-Cuando terminé la universidad, empecé a trabajar con mi padre en la empresa de construcción, yo admiraba a mi padre, y lo sigo haciendo. Siempre consigue lo que se propone, yo primero no sabía cómo lo hacía, suponía que por el círculo al que pertenecemos, la gente tiene contactos y consigue las cosas- siguió contando- más adelante acompañé una noche a mi padre para acabar de concretar unos términos de un contrato, vi como mi padre amenazaba al contratista y este aceptaba de buen gusto las condiciones mientras el guardaespaldas de mi padre lo apuntaba con una pistola- yo tragué fuerte y me incorporé pero Alex me volvió a posar en su pecho.

Hizo una leve pausa y a mí se me congeló la sangre.

-En ese momento entendí cómo conseguía las cosas mi padre. Después de eso mi padre me presentó a mi tío, el hermano de mi madre, Vittorio.

-¿Mafia?- pregunté rezando para que la respuesta fuera negativa.

-Sí, y estuve mucho tiempo viviendo con él y moviéndome por el mundillo aquel, hasta que decidí emprender mi camino y ayudar a mi padre convirtiendo la empresa familiar en una de las mayores empresas de esta ciudad. Durante el tiempo que estuve con Rita, ella se enteró de muchas de estas cosas y si ahora decide vengarse de mí, tú le estas dando la ocasión perfecta ante la policía.

Me volví a incorporar mirándolo con los ojos fuera de las orbitas.

-Emily entiendo si no quieres volver a verme, dejaré que te encargues de la revista y no te molestaré- dijo incorporándose.

-Lo siento es que no sé cómo reaccionar, pensé que eso de las mafias y las venganzas era cosa de películas.

Él rió divertido.

-Mi niña- dijo besándome suavemente.

-Supongo que me tendré que acostumbrar a que mi novio sea un mafioso- dejé caer y él se burló- pero como me vuelvas a gritar- dije sacando todo el orgullo que pude juntar en ese momento- te juro que no me vuelves a ver jamás.

-Lo siento nena, te prometo que nunca más- dijo mientras se colaba entre mis piernas y empezaba a besarme por todo el cuerpo- ¿Algo más?- preguntó sin dejar de besarme.

-Sí- dije y él me miró- no quiero saber nada más de tus negocios oscuros- dije mirándolo seria- tú serás el novio cariñoso de siempre y yo la novia que te trae loco ¿Sí?- pregunté hundiendo mis dedos en su pelo.

-Totalmente de acuerdo- dijo sonriente.

Y después de eso tuvimos una salvaje noche de sexo. Acabamos los dos agotados.

Si todas las peleas acaban así, no se que voy a hacer pensé justo antes de caer en los brazos de Morfeo.

Emily Wolf ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora