Capítulo XXII

16.5K 402 5
                                    

Me desperté con los primeros rayos de sol que se colaban entre las cortinas. Paul dormía a pierna suelta, Buster a los pies de este. Salí de la habitación poniéndome una bata y vi que Creig ya se había marchado, en la cama había una nota:

“Emily, ya me he marchado. No te molestaré en tu viaje a Milán, Alex ayer a la noche me dijo que te dejara tranquila, pero no te fíes, te vigilarán de lejos. Espero que disfrutes y espero vernos pronto.
Besos, Creig.”

Dejé la nota de nuevo en la cama, y me senté. Miré el despertador de la mesilla y marcaba las 7:40.

-¿Y ahora qué hago?- dije en voz alta- Bajaré a desayunar y pasearé por los alrededores del hotel y luego volveré.

Me vestí con unos tejanos y una camisa, me abrigué con el trench, cogí el móvil, Buster y salí a pasear.

Al bajar y pasar por el vestíbulo, el recepcionista me llamó.

-Señorita Green, hay una nota y un paquete para usted- dijo tendiéndome la nota.

-Gracias- dije sonriéndole y abriendo el sobre.

Era una nota de Alex, cómo no.

“Lo siento mucho por lo de anoche, a las 9 pasará un chofer a recogerte para ir al aeropuerto, te espera un lugar en primera hacia Milán. Sé que disfrutarás mucho y volverás el jueves con las ideas claras y me darás una respuesta.

Att. Alex Williams.

Había que reconocer que en el fondo lo quería, con rabietas incluidas, todo como un pack, en lo bueno y en lo malo… Y no sigo la frase porque yo no soy de esas.

Abrí el paquete y contenía una pequeña caja cuadrada de terciopelo azul. La abrí y perfectamente colocada había una pulsera con varios colgantes.

La cogí y observé los colgantes, unas zapatillas de ballet, un pequeño perro, que deduje que sería más bien un lobo, un vestidito, una casita y una torre Eiffel.

Había otra nota dentro de la cajita:

“Por cada evento especial en tu vida, podrás ir añadiendo un colgante en tu pulsera”

Cuando quería podía ser muy atento.

Le di las gracias al recepcionista en un perfecto francés, lo poco que sabía, y me marché con Buster a pasear por los alrededores.

Había bastante gente caminando por las aceras, así que cogí a Buster en brazos. Pasamos por varias tiendas de lujo, de las cuales me quedé embobada mirando los escaparates.

Especialmente al parar ante el escaparate de Louis Vuitton, me acordé de Melissa. Le dije que le iba a regalar uno. Una idea de bombero cruzó mi mente. Cogí el móvil y llamé a Paul.

-¿Diga?- contestó todavía dormido.

-Paul despierta y cámbiate rápido- dije sentándome en un banco cerca de una plaza.

-¿Dónde estás?

-Frente a la tienda de Vuitton, necesito un favor- dije dejando a Buster en el suelo.

-Dígamelo usted- dijo saliendo de la cama.

-Cámbiate que te espero aquí, y trae mi cartera.

-¿Para qué tanta prisa?- dijo fastidioso.

Emily Wolf ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora