𝑨𝒍 𝒇𝒊𝒏𝒂𝒍☆𝙃𝙖𝙧𝙘𝙤.

𝒯𝔯𝔢𝔦𝔫𝔱𝔞 𝓎 𝔲𝔫𝔬

- No puedo creer que vas a hacer esto, ¡Estas loco! - mencionó el rubio mientras caminaba al lado del alfa pelinegro.

- ¿Qué tiene? solo quiero que seas mi novio. - dijo el pelinegro viendo al omega con calma.

- Pero podías solo pedírmelo a mi y ya.

- No gracias, no quiero que tu padre me mate, además, no es nada romántico que alguien te pida ser tu pareja si no demuestra que realmente quiere algo contigo.

- ¿Quieres algo serio conmigo? - preguntó el rubio con una sonrisa en el rostro que luego se convirtió en una mueca triste - ¿en serio?

- ¿Por qué no quisiera algo serio contigo?

- Lo siento irreal ¿sabes? siento que estoy en un sueño y que en cualquier momento despertaré.

- Pero este no es un sueño.

- Harry, seamos conscientes, ¿Cómo crees que reaccionará tu papá al ver que quieres formar una relación con un omega de lazo roto? ¿y que pasa con tu tremenda lista de crush's? ¿Qué hay de aquella omega con la que estuviste comprometido? apenas pasaron algo de tres o cuatro meses, ahora me estas llevando al restaurante donde citaste a nuestros padres a pedir a mi padre que me cortejaras.

- ¿Y? sé que es difícil de creer, pero realmente me gustas desde hace mucho, aunque tampoco lo queria ver por mi estupida regla de no enamorarse de un amigo, mi padre siempre estará decepcionado de mi, haga lo que haga, la verdad es que no me importa mucho su opinión, además, ¿a quien le importa que tengas un lazo roto? tú no te buscaste el lazo, te obligaron, no es algo por que avergonzarse, todo lo contrario, llegaste a sobrevivir, eres alguien fuerte, las omegas con las que salí y me llegaron a gustar solo me mostraban que entre todos los omegas que conocí, tú eres el mejor.

> No quedé con ninguna porque nadie se llegaba a parecer a ti, siempre tienen un defecto por mucho que muestren ser una divinidad de omegas, no lo son y sobre Camila, la quiero, no te voy a mentir con respecto a eso, pero era un compromiso que nos impusieron nuestros padres y para no llevarles la contraria lo aceptamos, incluso intentamos una relación pero si no nos hubieran comprometido, ella y yo nunca nos hubiéramos imaginado estar juntos, confundimos sentimientos, la quiero pero como quiero a una amiga, incluso la llegaría a considerar como una hermana, quedamos bien con el compromiso roto.

- Aún asi debes entender mi temor, me gustas, si, lo haces pero todo va tan rápido.

- Si no quieres comenzar una relación conmigo esta bien, pero déjame cortejarte como es debido, déjame ser uno de tus pretendientes.

- Eso no seria justo para el resto del grupo que me pretende, tú ya sabes que me gustas.

- Ni tanto, aún no me perdonaste y puede que mis rivales te conquisten más antes que yo y cambien tu decisión sobre que te gusto.

- ¿Crees que Tom pueda conquistarme? - murmuró el rubio con el ceño ligeramente fruncido.

- Él no, ni loco te dejo con él, no es un rival digno, ¿tu papá aceptó que te cortejara? - contestó el pelinegro soltando un diminuto gruñido.

- Bueno si hablamos de eso, serias el único que me va cortejar, Tom ni nadie vino a decírselo a mi padre, ya sabes, solo me lo dicen a mi y ya. - dijo el omega pensativo.

Llegaron al restaurante donde citaron a sus padre e ingresaron en busca de sus familias, cuando los divisaron se acercaron hasta ellos quienes los veían confundidos al ser reunidos en un restaurante junto a la familia del amigo de su cachorro.