𝕹𝖚𝖊𝖛𝖊

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Pasaron alrededor de tres días desde que Draco se habia ido de viaje y Harry sentia que le hacia falta una parte de él mismo, pese a que solían hablar por llamada todos los días y a medio dia llamaba al número de Max, aquel alfa que hasta el momento estaba cumpliendo su palabra de cuidar a Draco, pero aún así, una cosa era hablar por llamada y otra diferente era hablarle en persona, una de las buenas noticias que le habia dado Draco es que su viaje se habia achicado, por lo cual regresaría en dos días más.

Eran las una de la tarde por lo cual Harry se hallaba de camino al instituto, en el camino se encontró con Camila, una dulce omega que conocía desde su infancia y que habia venido desde Argentina tan solo para estudiar en su mismo instituto.

Aún recuerda la sorpresa y la alegría que tuvo cuando la vio en su casa siendo atendida por su padre y madre, una noche antes de que Draco se marchara de viaje, aún no le habia contado al rubio que la omega se encontraba ahí, ni tampoco que era su nueva compañera de instituto, prefería decírselo cuando regresara, tampoco habia mencionado a Draco delante de la omega, asi que Camila tampoco sabia de la existencia de Draco.

Harry se acercó a la dulce omega la cual a diferencia de los demás días en los cuales lo saludaba con un abrazo y una hermosa sonrisa en esta ocasión lo saludó con una mueca que tenia intención de ser sonrisa, pero lo que más desconcertó al pelinegro fue que la omega tuviera los ojos rojos como si hubiera llorado por horas.

- ¿Te encuentras bien? - preguntó Harry intentando abrazarla pero la omega se alejó de su toque como si quemara.

- ¿Por qué juegas conmigo? - preguntó la omega con la voz quebrada.

- ¿De que estas hablando? - Harry frunció el ceño al no entender lo que decía la de ojos azules.

- ¡Sabes que vine aquí para estar contigo! ¡Que vine para ser tu omega!

- No entiendo Cami, esa es la idea, te lo he dicho y sabes que estoy más que feliz con tenerte aquí.

- ¡Pero tienes un omega! ¡Que además está marcado! ¡Tiene tu marca! - gritó la omega mientras las lagrimas caían por sus mejillas.

- ¿Pero de que carajos estas hablando? ¡Yo no tengo omega! - gritó molesto el pelinegro - te recuerdo que mi futura omega serás tú, que incluso nuestros padres nos comprometieron desde pequeños.

- Estuvimos separados por mas de seis años Harry y sabes que tenias el derecho de pasar tus celos con quien desearas pero el acuerdo era que a quien marcarias seria a mi, ¡N-no a otro estúpido omega!

- ¡Yo no he marcado a nadie Camila! - gritó más que enfadado el pelinegro, sintió su celular vibrar en su bolsillo y sin siquiera ver quien lo llamaba apagó el celular.

- ¡¿Ah, no?! ¿Entonces quien carajos es Draco Malfoy y por qué todos rumorean que es tu pareja marcada? ¡Esta en todas las redes! ¡Todos los medios están informando que el hijo del alcalde ya esta emparejado del dulce omega con el cual se le ha visto caminar los últimos cuatro años! ¡Cuatro años! ¡Y ese estúpido omega que me robo lo que es mío lo ha confirmado! - gritó enojada y llorando la omega sintiéndose traicionada.

Harry en cambio quedó en shock, ese dia no habia visto los noticieros, mi tampoco habia entrado a sus redes sociales, tampoco creía que Draco haya podido difundir semejante mentira a los medios.

Se acercó a la omega que lloraba desconsolada delante de él.

- Él no lo hubiera hecho... - murmuró el pelinegro, ganándose una mirada entre dolida y molesta por parte de la omega.

𝑨𝒍 𝒇𝒊𝒏𝒂𝒍☆𝙃𝙖𝙧𝙘𝙤.Where stories live. Discover now