Álvaro se acercó a ella hasta rozar sus labios, se separó para mirarla y ella sonrió, por lo que él la besó de nuevo, abrazándola por la cintura.
Ruth se separó suavemente al no poder respirar, apoyó su frente sobre la de él y sonrió ampliamente. Cuando pudo respirar mejor, Álvaro se separó de ella para poder mirarla y preguntó:
- ¿Nos vamos a cenar?
- Claro. – susurró.
Álvaro se levantó del suelo y le tendió la mano para que ella hiciera lo mismo, pero sus pies se enredaron en la manta y tropezó, cayendo encima de él y cogiéndola al instante, tropezó con el sofá y calló encima de este, con ella encima.
Ruth se rió avergonzada y susurró levantándose:
- Lo siento…
Álvaro se sentó como pudo y le quitó la manda de los pies, la dobló y la dejó en el respaldar del sofá, cogió el abrigo de ella y le ayudó a ponérselo, lo que hizo recordar a Ruth:
- Ahora que recuerdo, no te he traído tu chaqueta, se me ha olvidado… Te la doy cuando me dejes allí, ¿vale? – preguntó con gesto de disculpa mirándolo.
- No importa, no me hace falta, tranquila. – contestó sonriendo mientras se ponía su abrigo.
- De todos modos, te la devuelvo hoy. – dijo cogiendo su bolso y colgándoselo al hombro.
Salieron de la cara y comenzaron a caminar. Las calles estaban llenas de tráfico, coche circulando de aquí para allá, algunas personas caminaban por la calle.
- ¿Cuándo vuelves a la universidad? – preguntó rompiendo el silencio.
- El día 18 o antes, no estoy segura. – contestó mirándolo – Depende de las fechas que pongan para entregar unas cosas que tengo pendientes y eso…
- Eso son bastantes vacaciones, no te podrás quejar. – dijo sonriendo.
- Si te soy sincera, no quería venir, mi madre me obligó, pero ahora creo que ha merecido la pena. – dijo sonriendo al mirarlo.
Álvaro sonrió y negando con la cabeza, soltó una carcajada.
- ¿Qué hubieras hecho de hacerte quedado allí? – preguntó curioso.
- Pasear mientras nieva, leer mi libro favorito acurrucada en mi sofá, ir al cine, cenar fuera… - contestó mirando hacia la calle, por la cual casi que no paseaba nadie.
- Ese parece un buen plan, pero, ¿no te apetecía mas pasar las vacaciones con tus padres?
- Por una parte sí, pero por otra no. Los quiero mucho, pero no puedo soportar que cuando venga de vacaciones o a hacerles una visita, las tres palabras que cruce con mi madre, sean de discusión. – dijo mirándolo con el ceño fruncido – Con mi padre, en cambio es totalmente diferente…
- Aprovecha el tiempo que tengas para estar con ellos, cuando estas lejos y no puedes llamarlos o saber como están, los echas de menos. – dijo serio.
- Me imagino que tú sí los echaras de menos al pasar tanto tiempo fuera y… - dijo mirándolo apenada - ¿Qué tal te llevas con ellos?
- Con mi padre me llevo muy bien, bastante bien, la verdad. Nos parecemos mucho en varios aspectos, algunas veces, cuando puedo venir algún tiempo, como ahora, mi padre y yo solemos ir a casa de mi tía, la madre de Oli, a jugar al baloncesto y cosas así. En mi casa no podemos hacerlo, ya has visto que es pequeña… - sonrió mirándola.