Óscar había llegado a la casa de Olivia, quien lo esperaba en el salón junto a su hermana y Arturo.
- ¿Lo has dejado en tu casa? – preguntó Olivia levantándose y yendo hacia él.
- Sí, allí lo he dejado. – suspiró.
- No entiendo que ha podido pasar, estaban deseando de estar juntos. – dijo Ángela mirándolos.
- Él le ha dicho que si estaba con otro en Barcelona porque después de decirle que se fuera con ella, le ha dicho que mejor que no porque estaría todo el tiempo ocupada. – respondió Olivia mirándola.
- Pero si eso es imposible, todos sabes lo mucho que lo quiere. Es incomprensible. – dijo negando con la cabeza.
- Lo es, pero se lo ha soltado así. – dijo Óscar serio – No creo que lo perdone tan fácilmente.
- Yo tampoco lo haría si me haces eso, cariño. Es más, te dejaría en el instante por muy mal que lo pasara. – dijo Olivia mirándolo.
- Eso no pasará. – le sonrió besándola.
Un móvil comenzó a sonar en medio de la sala, Olivia se separó de su novio y lo sacó de su mini bolso.
- Es ella. – dijo mirándolos a todos, descolgó y se llevó el móvil a la oreja - ¿Cómo estás, cariño? - preguntó con voz suave.
- Mal, Oli, muy mal. – lloró.
- ¿Quieres que vayamos contigo? – preguntó mirando a Ángela, que asentía con la cabeza.
- Por favor…
- Bien, salimos para allá ahora mismo, cariño, espéranos ahí. – dio levantándose y colgando, miró a Ángela y añadió: - Está fatal, quiere que estemos con ella.
- Bien, pues vamos. – respondió levantándose del sofá.
- Voy a despedirme de mi prima y a desearle buen viaje, ¿vale? Vuelvo enseguida. – dijo saliendo al jardín rápidamente.
Mientras Olivia se despedía, Ángela recogió sus cosas y la esperó en la puerta para irse andando a su casa. Arturo y Óscar se subieron en el coche y se encaminaron a la casa de Álvaro, tocaron al timbre y se escucharon unos ladridos desde dentro. Unos minutos después, Álvaro les abrió la puerta con semblante apagado y los ojos rojos, los dejó pasar y cerró tras él. Sacó a Shasha y a los demás al patio y cerró bien la puerta para que ella no la abriera.
- ¿Y las chicas? ¿Han ido a ver a Ruth? – preguntó sentándose en el sofá junto con ellos.
- Sí, ha llamado llorando a Olivia y han ido con ella porque no quería estar sola. – respondió Óscar mirándolo, puso una mano sobre su rodilla y dio unas palmadas - ¿Tú como estás, tío?
- Echo una mierda. Me siento como lo peor del mundo. – respondió pasando sus manos por el pelo con desesperación.
- ¿Qué ha pasado cuando has hablado con ella? – preguntó Arturo.
- Que me ha dejado. – respondió mirándolos con ojos acuosos de nuevo – Me ha dejado porque lo único que hago es hacerla sufrir, es lo único que hago con todo el mundo. No tenía que haber vuelto.
- Vamos, tío, no digas eso. – lo abrió Óscar.
- Seguro que lo arregláis. – dijo Arturo intentando animarlo.
- No, no lo arreglaremos porque la hago sufrir. – sollozó, dejando que varias lágrimas cayeran por sus mejillas – Ha perdido la conexión con sus padres por mi culpa, lleva un año sufriendo por mi culpa. ¡Todo es por mi jodida culpa! – exclamó levantándose del sofá cabreado.