Capitulo 33

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Óscar salió de la cocina y la miró desde la puerta con el ceño fruncido al verla en esa postura, por lo que se acercó poco a poco a ella tras dejar el trapo con el que se secaba las manos en la encimera.

-          ¿La has encontrado? – le preguntó sentándose junto a ella en el sofá, poniendo una mano sobre su rodilla.

Olivia lo miró y se movió, girándose, se recostó sobre las piernas de él, entrelazando sus manos con las de él.

-          Sí, pero cuando he ido a llamarla, se ha metido rápidamente en su portal. – lo miró triste – Creo que sí que se ha enfadado.

-          Mira, vamos a hacer una cosa, como la cena ya está lista, cenamos y vamos a su piso, hablas con ella y lo solucionas todo, ¿te parece? – le preguntó con una pequeña sonrisa mirándola desde arriba.

Olivia asintió desganada y siguió a Óscar hasta la cocina, donde tras servirse un plato cada uno, comenzaron a cenar en la pequeña mesa que tenían ahí.

Como había propuesto Óscar, al terminar de cenar fueron a casa de Ruth, pero todas las luces estaban apagadas y nadie contestaba al interfono por mucho que insistieran.

-          ¿Y si le ha pasado algo? – preguntó Olivia mirando a su novio preocupada.

-          No seas agorera, Oli. – se quejó sacando su móvil del bolsillo, marcó el numero de Ruth, esperó dos tonos y después le colgaron – Me acaba de colgar. – añadió asombrado.

-          Esto no es propio de ella, Óscar. Ha tenido que pasar algo para que reaccione así sabiendo que yo siempre estoy de broma. – lo miró seria, tocando de nuevo el interfono.

-          Bueno, ahora no nos va a abrir, vámonos a casa, ya es tarde y mañana hay que madrugar. – dijo cogiéndola de la cintura, cogiendo su manos y entrelazando sus dedos con ella.

-          Vale, pero mañana voy a hablar con ella sí o sí. – dijo seria, dejando que su novio la llevara de vuelta al piso.

Al día siguiente, al ser viernes, Olivia se fue a la hora de comer a la cafetería donde trabajaba Ruth desde que habían llegado, pero cuando preguntó por ella al hombre entrado en edad que estaba trabajando allí tras la barra, le dijo malhumorado que la había despedido porque no hacia bien su trabajo. Olivia, alucinada y sabiendo que eso no era cierto, regresó a la esteticien y por el camino llamó a Óscar para contárselo, quedando él igual de asombrado. La llamaron repetidas veces cada uno, pero no le cogió el teléfono, sino que les colgó a los dos, cosa que los preocupaba cada vez mas.

Olivia habló con Rick sobre lo todo lo que estaba pasando Ruth en ese momento pidiéndole que le diera trabajo en su campaña. Rick, tras explicarle su situación, no muy seguro, accedió a tenerla de prueba en cuanto pudiera hablar con ella, por lo que Olivia salió disparada a la casa de Ruth, dándole las gracias a Rick a gritos mientras corría por el pasillo, donde tras tocar el interfono infinidad de veces, al fin contestaron con un entrecortado:

-          ¿Quién es?

-          Ruth, soy Oli, ábreme, por favor, tenemos que hablar.

Ruth abrió la puerta y la esperó en la de su apartamento. Olivia al terminar de subir y verla con un chándal viejo y descolorido, con unas enormes ojeras rodeando sus ojos rojos y acuosos, se preocupó aun más.

-          ¿Has llorado? – preguntó entrando, sin dejar de mirarla mientras se quitaba la chaqueta rápidamente - ¿Por qué has llorado?

Ruth tras cerrar la puerta, caminó hasta el salón y se tiró en el sofá, sentándose abrazando sus rodillas y poniendo su barbilla sobre estas.

-          Es complicado, Oli. – dijo con un sollozo.

Cartas... [Sin editar por completo]  ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora