Capitulo 25

3.2K 80 9
                                    

Olivia se aferraba a la camiseta de Óscar muerta de miedo al ver la escena que salía en ese instante en la película que estaban viendo. Antes habían visto una romántica, por lo que ahora, para disgusto de ella y satisfacción de él, tocaba ver una de miedo.

En la película salía una chica corriendo por una casa antigua, totalmente a oscuras, solo entraba algún pequeño rayito de luz de la luna llena que estaba en lo alto esa noche. La chica era perseguida por un hombre encapuchado que pretendía matarla de la forma más dolorosa que uno pudiera imaginar. La chica se metió en lo que creía ser un armario, pero que resultó ser una gran habitación llena de espejos, donde veía al hombre que la perseguía regodearse en su sufrimiento.

-          No puedo verlo… - susurró escondiendo su cara en el pecho de su novio a la vez que se la tapaba con las manos, Óscar se reía de sus reacciones, abrazándola.

-          Venga, que ya le queda poco. – sonrió, estrechándola contra él.

Unos segundos después, tras un silencio algo tenebroso, se escuchó un grito desgarrados por parte de la chica, que hizo que Olivia gritara también y apretarse más a Óscar, casi espachurrándolo.

-          Cariño, yo te quiero y todas esas cosas, pero como sigas así, me vas a romper las costillas. – dijo riendo un poco.

-          Quítala ya, por favor. – pidió asustada, aflojando el abrazo, lo miró con ojos suplicantes cuando dijo: - Lo estoy pasando muy mal.

-          Está bien, ya la apago. – sonrió incorporándose para coger el mando y apagarla.

Olivia no lo soltó en ningún momento, cuando él se recostó de nuevo en el sofá, se abrazó a él temblando entera.

-          No entraré nunca en una casa vieja, grande y oscura. – susurró con voz temblorosa -. Nunca, nunca.

Óscar soltó una carcajada y le dio un beso en el pelo.

-          Oli, es solo una película, no es real.

Ella lo miró asustada, con el labio inferior temblando.

-          Lo sé, pero me dan mucho miedo. – se abrazó a él otra vez -. Nunca saco la basura por la noche cuando estoy en la cafetería porque el contenedor está en la parte de atrás y da a un callejón y ya me llevé un susto una vez, por eso nunca, nunca, saco la basura por la noche. – se estremeció.

-          Oli, lo siento, no sabía que te iba a dar tanto miedo. – dijo apesadumbrado, entrelazando sus dedos con ella.

-          No importa, no lo sabías. – se encogió de hombros sonriéndole un poco -. Esta noche no podré dormir por  la dichosa película y creo que mis padres no vienen a dormir.

-          Si quieres, me quedo contigo. – sonrió.

-          Tendrás que saltar por la ventana otra vez. – lo miró.

-          No me importa, vale la pena solo por dormir contigo. – dijo acariciándole la mejilla, sin quitar la sonrisa.

Olivia se ruborizó un poco y apartó la vista, después lo pensó mejor y alzó la vista, besándolo en los labios.

Ángela se había quedado dormida en los brazos de Arturo, que la abrazaba con cariño, pasándole una mano por el pelo mientras ella dormía.

-          No me dejes… - murmuró en sueños, abrazándose más a él.

Arturo sonrió y la estrechó contra sí, besando su pelo. La observó dormir durante largo rato, enamorándose aun más de ella si eso era posible, de su pequeña barbilla, de ese mohín que hacia cuando dormía y soñaba con algo, en definitiva de todo lo que él le había mencionado a ella anteriormente y de muchas más.

Cartas... [Sin editar por completo]  ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora