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Tengo frío.

Mucho frío.

O tan solo soy yo.

La boca me tiembla y mis dientes chocan entre sí. Mi cuerpo parece una gelatina moviéndose en la cama. Quiero abrazarme a mí misma en busca de calor, pero mis brazos son inmovilizados por la camisa de fuerza.

Cierro los ojos con fuerza tratando de controlar las lágrimas que se avecinan cuando recuerdo las palabras de Kellius.

"Ellos están muertos"

Mi corazón se comprime y solo siento unas inmensas ganas de abrazarme. Buscando patéticamente consuelo en mi misma. Me siento enferma y sin fuerzas. Tan solo hacer el movimiento de levantar mi mano, me duele.

Así que lloro.

Lloro tan fuerte que duele.

Recuerdo cuando conocí a Niall. Fue un total hijo de puta conmigo pero tras haber pasado tanto tiempo conviviendo juntos y protegiéndonos, ese lazo se volvió fuerte. Me dan ganas de llorar. Recuerdo las peleas con Rust y lo molesto que llegaba hacer el pelinegro cuando se lo proponía. Recuerdo las risas y los malos ratos, en los que los tres nos ayudábamos mutuamente para poder sobrevivir.

Perdí a mis padres y a mis amigos. Oficialmente estoy jodida. Hasta la idea de suicidarme suena tentadora.

Río amargamente sintiendo el sabor salado de mis lágrimas en mis labios y veo el blanco techo pensando en que como llegué aquí. Quizás Niall tuvo razón. Mi terquedad y curiosidad me llevaron a donde estoy, yo misma me metí en esto y solo estoy feliz de que Rust y Niall no vivieron esto.

— Los quiero, chicos...

Mis palabras se desvanecen en la habitación, haciendo eco y rebotando en mis oídos hasta hacerme volver a llorar con más fuerza y lamentó.

Me retuerzo en la cama cuando siento mis órganos revolverse dentro de mi y solo cierro los ojos con fuerza y muerdo mis labios para evitar el dolor.

Hasta no sentir nada más.

Y lo único que me pasa por la mente es...

¿Así se sentirá morir?

Espere más, la verdad.

Otra decepción para llevarme antes de morir.

Y por primera vez en un largo tiempo llegue a escuchar algo.

Sonó primero lejano, luego se acercó más hasta finalmente escucharlo cerca.

Llegue a pensar que eran delirios mío, sabes. Luego de tantos golpes, falta de alimentación, aislamiento y someterme a tratamientos de electroshock como que ya era normal ver o escuchar cosas que no eran realidad. No quise aferrarme esta vez a eso y solo cerré los ojos a pesar de que luchaba contra el cansancio. Quice mantenerlos abiertos pero no podía, cada parte de mi dolía y cada vez era más difícil para mí.

Al cerrar los ojos entre en un limbo donde me encontraba dormida pero estando consiente de lo que ocurría a mi alrededor. El sonido que había escuchando ahora era más intenso, sonaba como pitidos y pitidos que no cesaban, cada vez más fuertes y bulliciosos, lo escuchaba tan cerca de mí que de pronto, aún dormida, la oscuridad se volvió rojiza.

Entre en miedo, sentí una necesidad enorme de abrir los ojos, pero no podía. Algo me lo impedía. El ruido estaba ahí, latente contra mis tímpanos de tal manera que llegó a asustarme.

Y de pronto lo escuche.

— Logan...

Llego como un susurro de entre las tinieblas rojizas y hizo eco en mi cabeza.

— Logan...

Un suave pero insistente golpeteo se presentó en mi mejilla.

— Logan... estoy aquí...

Mis sentidos explotaron en ese momento.

Escuche todo con claridad.

El ruido era una alarma.

Y lo rojizo era una alerta.

Y mi nombre siendo pronunciado era...

— ¿R-Rust?

El chico se inclinó hacia mi sonrío y una calidez reconfortante me brindaron sus ojos azul marino.

Pueden creerme que nunca había experimentado una sensación tan grande al verlo que los ojos se me cristalizaron y la vista se me nubló.

— Ya, Logan —me tranquilizó—. Ya estoy aquí.

Las palabras salían agitadas de sus labios y entrecortadas. El chico me sonrió una vez más y me quito la camisa de fuerza, me atrajo hacia él y me abrazo con toda la fuerza que tenía. Mi cuerpo dolió ante el acto, pero no me importó el dolor que llegue a sentir, con movimientos temblorosos enrolle mis brazos alrededor de su cuello y le devolví el abrazo con intensidad.

— Te sacaré de aquí, Logan —me susurró como promesa en mi oído y yo solo solté un gimoteo en respuesta—.  Te lo prometo.

Rust se alejó de mí, secó mis lágrimas y colocó un brazo debajo de mis piernas y otro en mi espalda y de un movimiento me levanto. Me aferré a él como si mi vida dependiera de eso. Enterré mi rostro en su pecho. Me llevaba cargada y cada paso que dábamos los pasillos eran rojizos por las alarmas.

— ¿Dónd-de e-está N-Niall? —la voz me salió en un débil susurro.

Rust con voz agitada me respondió:

— Esta...

¡Weasley!

Una voz femenina grito de algún lugar y luego un fuerte sonido se escucho; un arma siendo disparada.

El sonido hizo que mis tímpanos zumbaran y un dolor se instaló en mi cabeza. Palpitante y molesto, tanto que mordí la camisa de Rust para callar los quejidos.

Y se oscureció.

Restart | #1 Niall HoranWhere stories live. Discover now