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— ¿Cómo es que sobreviviste? —cuestione con intriga. Mis ojos se quedan atrapados por el fuego a unos pasos míos, donde las llamas se elevan y un poco de humo sale de estas.

La noche se acercaba, el cielo no se encontraba del todo oscuro y unos pocos rayos del sol se perdían en el cielo. En el bosque todo estaba silencioso a excepción de las hojas moverse y el ruido de la navaja que hacía Niall cuando tenían contacto con la madera.

Al otro extremo de lo que se podía llamar fogata estaba Niall, sentado sobre un tronco, con una navaja entre sus manos haciendo la figura de una flecha. Su semblante estaba neutro, ninguna emoción asomándose por sus facciones, su cabello desordenado y sus ojos fijos en lo que hacía, ignorándome a todo costa en pocas palabras.

Ambos la mayor parte del día la habíamos pasado adentrándonos en el bosque, yo siguiéndole a una distancia prudente y el guiándome. No habíamos comido nada, mi estómago se encontraba vacío y el solo me había dicho que buscaríamos algo de comer al día siguiente.

— Hicimos un trato, tú no hablas y todos felices —contesto son sequedad, sin mirarme y totalmente concentrando en lo que hacía.

Entre abrí los labios lista para decir algo, pero calle. Me acomode en el tronco y concentre la vista en mi alrededor. Ya había oscurecido del todo y el fuego a unos pasos era la única fuente de luz. Todo oscuro y silencioso.

— ¿Crees que no somos los únicos aquí? —pregunto, observado las sombras del bosque con cautela. Por alguna razón mi mirada se quedo fija en un punto inexistente de los árboles y por mi mente una vaga idea de que alguien nos vigilaba paso.

— No estamos solos —hablo, su voz sonando más profunda y así logrando que todo mi atención cayera en él. De pronto me sentí intrigada y curiosa por sus palabras.

— ¿Cómo lo sabes? —pregunte cautelosa, temiendo arruinar esto y no poder seguir sacándole información.

Por un momento él permaneció callado.

Y fue desesperante.

— Siento que hay algo más —murmuró, detuvo su acción de pasar la navaja por la madera y se quedo observado el fuego. Vi en el reflejo de sus ojos las llamas—, algo esperando para nosotros —musitó, fui testigo de cómo el ambiente cambio a uno más pesado.

— ¿A qué te refieres? —farbulle perdida con su palabras.

Niall alzó la mirada conectándola con la mía, su ceño se frunció levemente y arrugo la nariz con disgusto, apretó sus labios en una línea fina y hablo.

— Me refiero a que te calles, Logan —especto son frialdad, mi nombre salir de sus labios fue seco y casi con desagrado.

Abrí la boca ligeramente por qué sus palabras me había tomado por desprevenida, el rubio se dio la vuelta quedando del otro lado del tronco dándome la espalda. Lo mire con el ceño fruncido por su actitud y capte la indirecta de que se iría a dormir. Volqué los ojos, cruzándome de brazos y volví a soltar una duda más para estar segura.

— ¿Y si viene un cazador? —cuestione, esperando que no me ignorara como lo había hecho todo el día.

— Los cazadores solo salen de día —respondió con la misma actitud.

Asistí sabiendo que él no me vería y deja descansar mi cabeza en el tronco viendo el cielo y sintiendo mis párpados pesados.

Hasta que me dormí.



...



Cuando desperté al día siguiente el sol ya comenzaba a salir, la fogata que Niall había hecho estaba apagada y el rubio ya se encontraba despierto, metiendo sus flechas en su morral y guardando la navaja.

Pase mis manos por mi cara tallándome los ojos y me levante del suelo sacudiendo mi pantalón. Palmee los bolsillos de estos en busca de una liga, el calor me estaba matando y mi cabello estaba hecho un desastre, di con una liga en mi muñeca y procedí a atarme el cabello. Le eche un vistazo a mi brazo herido y le quite la venda, ya estaba bien, solo con unos pequeños cortes irrelevantes.

— ¿Dónde vamos ahora? —pregunte esperando que me respondiera o por lo menos que me dijera algo que me dejara satisfecha.

Él comenzó a caminar adentrándose en el bosque, más de lo que ya estábamos y de verdad ya me tenía hasta la coronilla su faceta de chico frío. Quería respuesta, él sabía más que yo y eso era un factor para incrementar mi curiosidad e intriga sobre él. Resumiendo el pocas palabras; él tenía las respuestas a mis preguntas.

Le seguí el paso con desgano ya que no me había dicho nada y se mantenía callado, me había dado por rendida pero tampoco era como que me mantendría callada todo el viaje. De cierta forma era como estar en la cuidad; con silencio absoluto. No me gustaba eso, no quería volver a pasar por eso, él era lo único que me mantenía cuerda por el momento. Me pregunto qué hubiera pasado si no hubiera dado con su casa hace un par de días atrás, ¿seguiría con mi desolada vida? ¿Haciendo lo mismo y yendo de cuidad en cuidad para poder sobrevivir? No lo quería ni mucho menos lo deseaba, pero el tipo no le parecía genial entablar una conversación conmigo o como dirigirme la mirada o si quiera hacerme una seña o nada.

Era bastante irritante.

— ¿Dónde vamos? —repetí cansada, con la vista clavada en su nuca esperando que sienta mi mirada y algo me decía que igual la ignoraba.

Él bufo tal toro enojado.

Se giró tan abruptamente que si mis reflejos no se hubieran activado chocaría con su pecho, de suerte lo prevení con anticipación. Alcé la barbilla ante su apariencia intiminante que había adquirido de un momento a otro y, no hacía falta recalcar su maldita diferencia de altura que me gana por unos seis o cinco centímetros. Sin doblegarme ante su mirada sería lo encare, él fue el primero en hablar.

— ¿Solo podrías callarte? Me causas dolor de cabeza con tus chillidos —zanjó haciendo una mueca, giró sobre sus talones siguiendo su caminata y dejándome totalmente ofendida.

Con en el orgullo herido no deje que me aplastará como tal bicho.

Ah, no. Esto no se quedaría así.

— Lamento si a su alteza no le agradó, ¿pero que crees? Tú tampoco me agradas, imbécil —rebato tratando de reunir la dignidad que me fue arrebata, además quería ponerlo en su lugar para que me dejara de tratar como enemigo.

— No está en mis planes agradarte —réplica mandado a volar a mi argumento, frunzo los labios dispuesta a seguir con esta pelea, pero el ojiazul se adelanta—. Y si no te agrado puedes irte, no hay puerta que te detenga, Logan.

Y así termina este debate, en el que yo termino perdiendo y él siendo el vencedor. Él sabe muy bien que yo necesito estar con él para sobrevivir y utiliza eso como ventaja.

Idiota.

— ¿Algo que decir? —inquiere con burla.

Me quedo callada, pero ganas no me faltan para golpearlo.

— Eso pensé.

En lo que el rubio se da la vuelta para seguir caminando entre los árboles yo alzó mi dedo corazón hacia él con enojo. Exhalo tratando de no perder la calma como hace unos segundos atrás, creí que esto de ayudarnos mutuamente serviría, claro, yo con mi ingenuidad creí que él sería alguien tranquilo y positivo y, que tal vez estaría igual de alegre al encontrar a alguien más, pero termino llevándome con la grata sorpresa de que es todo lo contrario a lo que había pensado.

Fascinante.

Restart | #1 Niall HoranWhere stories live. Discover now