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Antes
5 de julio del 2035

— ¡Logan, se hace tarde!

Al escuchar el grito de mamá tomo rápidamente un suéter ya que el clima está un poco frío y tomo mi móvil entre mis manos para después salir de mi habitación, bajando las escaleras un poco rápido para que ellos no me dejen.

Al pasar la puerta de la casa veo como mamá sube unas cajas a la cajuela del auto y papá le ayuda. El cielo se encuentran nublado y pareciera que en cualquier momento lloverá, así que me apresuro a caminar hacia mis padres quienes terminan de subir las cajas.

— Vamos, Logan, sube al auto —mamá se acerca un poco para darme un par de toques, ruedo los ojos pero termino acotando su petición.

Mis padres copian mi acción y minutos después nos estamos dirigiendo al aeropuerto. Suelto un suspiro mientras veo por la ventana. La razón de la ruta era porqué un viejo amigo de papá iba a venir con su hija (ya que el hombre es divorciado). La verdad no sabía mucho de ellos ya que hasta hace unos días me enteré de que se iban a quedar este fin de semana en nuestra casa solo por un par de días.

Cuando llegamos a nuestro destino, papá aparca velozmente el auto y segundos después estamos caminando hacia la entrada del aeropuerto listos para recibir al hombre y a su hija. Era un poco emocionante pisar este lugar, lo malo es que no estábamos ahí por fines de viajar.

— Logan —giro mi cabeza para ver a mi progenitora llamarme—, te voy a pedir que cuando veamos al amigo de tu papá lo saludes al igual que su hija. Se amable, cariño.

El impulso de rodar los ojos llega, pero me aguanto y termino asistiendo. Siempre era lo mismo, si venían visitas ella me obligaba a portarme bien y ser educada. Por eso siempre que alguien llegaba a la casa me encerraba en mi habitación y no salía hasta que esa persona se fuera.

Mis padres caminaban frente mío entre las personas que se movían de un lado a otro con sus maletas en manos y yo solo me limitaba a seguirlos. Hasta que finalmente mi padre encontró a su amigo y nos hizo una seña de que nos acercáramos.

— ¡Max, cuánto tiempo! —mi padre exclama captando la atención del señor moreno y de cabello negro quien lleva a una niña de la mano.

— ¡Joseph! —el amigo de papá da un par de zancadas y estrecha la mano de mi padre con una sonrisa dándole un abrazo breve, de pronto parece retomar en nuestra presencia—. Hola, Nathalie —se dirige a mi madre quien le da un breve abrazo —. Oh, tú debes ser Logan —el hombre se da cuenta de mi presencia y me sonríe, yo le devuelvo la sonrisa pero la diferencia entre él y la mía, mi sonrisa es tensa.

— Hola —agito mi mano un poco sin tener idea de qué decir.

— Me imaginaba que eras un chico, ya sabes, por tu nombre —comentó encogiéndose de hombros y yo no hago otra cosa más que lanzarle una mirada a mamá.

— Si, me lo dicen siempre —digo disfrazando mi irritación al escucharlo decir eso con un encogimiento de hombros.

Él ya no dice nada más y se limita a entablar una conversación con mis padres mientras comenzamos a dirigirnos al auto, me encogí de hombros al verlos un poco lejos y bajo la vista para ver a una niña de unos siete años de cabello rubio y ojos marrones obsérvame con inocencia. La niña baja la mirada y comienza a jugar con una muñeca de trapo que carga entre sus manos.

No se parece en nada a su padre.

— ¿Cómo te llamas? —le pregunto retomando el camino y ella me sigue entre el montón de gente.

— Micky —murmulla temerosa, y realmente me costó escuchar su nombra por el bullicio del lugar repleto de personas, pero asisto lentamente.

— ¿Cómo Micky Mouse? —bromeó.

— No, solo Micky.

Ah.

— Bueno, solo Micky —ella ríe—. Me llamo Logan y, por favor no digas cómo tu padre que ese es nombre de chico.

La niña me sonríe y niega divertida mientras empujó la puerta de cristal para salir del aeropuerto, ambas nos dirigimos hacia nuestros padres quienes estaban conversando animadamente a unos pasos más adelante de nosotras.




Ahora
14 de julio del 2040

Atraves de la ventana todo se miraba tranquilo, en paz, como si de verdad nunca nada hubiera pasado en la tierra. La ventana estaba cerrada y me encontraba de rodillas sujetando entre mis delgados y temblorosos dedos una martillo.

Estaba sudando de los nervios, sino estuviera de rodillas estaría segura que mis piernas se encontrarían hechas una gelatina, mis ojos se desplazaban por la desolada calle y mi corazón latiendo desbocado en mi pecho.

Afuera, todo se notaba en calma, el viento soplaba y los árboles se movían, pero yo sabía muy bien que eso era todo menos tranquilo. Allí eso era una fachada. Si salía estaba cavando mi propia tumba.

El tic en mi ojo volvió, estaba al borde del colapso debido a los nervios. No había dormido en tres días y cargaba unas ojeras oscuras debajo de mis ojos, la falta de sueño aveces me jugaba una mala pasada.

Algo en la calle llamo mi atención, eran personas. El corazón casi se me sale de la boca cuando tres personas pasaron corriendo desesperadamente. Eran dos chicos y una chica. Aferre el agarre en el martillo y mire el reloj en la pared.

Sentía las gotas de sudor resbalar por mi rostro, y fue ahí cuando todo se detuvo. Las personas que estaban corriendo se quedaron estáticas, fue como si se hubieran congelado. Yo no despegaba la vista de ellas, por qué sabía que pasaría.

Uno de los chicos comenzó a moverse, mientras que los otros dos estaba en el mismo lugar, sin siquiera hacer algún movimiento, parecían estatuas. El chico camino lentamente hacia una casa deshabitada y forcejeo con la puerta hasta que logró entrar.

Lo perdí de vista.

Los minutos pasaban.

Y eso era una tortura.

Hasta que el chicos salió de la casa con un cuchillo en su mano, camino hasta sus otros amigos quienes seguían sin moverse y se plantó frente al otro chico, en un parpadear de ojos, él estaba incrustándole el cuchillo en el cráneo con frenesí. Vi como la sangre de aquel le salpicó la ropa y la cara, vi como saco el objeto filoso de su cabeza lleno de sangre y se giró en un rápido movimiento clavándole el objeto en el ojo a la chica.

Cerré los ojos ante la espantosa escena.

Cálmate, Logan.

Volvía abrir mis ojos y me arrepentí al hacerlo, vi como el chico se apuñalo el mismo hasta que la sangre salió de su cuerpo y cayó al suelo.

Estaban muertos.

Escuche el tic del reloj y supe que el tiempo volvió a la normalidad y los cuerpos de los dos chicos cayeron en el suelo junto con el de su amigo.

Restart | #1 Niall HoranWhere stories live. Discover now