24. Cerrar los ojos.

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24.

«Nunca más volverás a ver mi rostro si no me quitas de este lugar. Cariño, no estoy loca. Me marcho ¿Vienes conmigo? »

Sabía que estaba mal, que secretos como ese no eran buenos, y parecía estarle quemando en el fondo de su mente. Charlotte estaba en el fondo del océano, intentando salvar a su mejor amigo, pero Zayn no quería volver a respirar, al parecer, y sin saber, estaba hundiendo a Charlotte con él.

Trece años, verano, ojos vacíos. Zayn se volvió loco. Estaba mal, él estaba mal, el aire era muy tóxico, necesitaba acabar con aquella rutina, se había cansado, no era fuerte. Nunca fue fuerte. Era sólo un niño débil y estúpido.

Loco. Estaba loco.

Era de tarde cuando Charlotte decidió ir a casa de Zayn, ahora podía ir sola, en su bicicleta, y el viento algo caliente golpeando su rostro. Estaba apurada, la otra noche antes de dormir había llamado a su amigo y su mamá contestó, diciendo que no se sentía bien.

Y eso era en parte algo normal, y seguía siendo triste. Pero Zayn no era como los demás, era más delicado y suave. Y uno tenía una gran necesidad de abrazarlo y oír su respiración cuando se queda dormido.

Zayn era bueno con la pintura ahora, le encantaba demasiado, dibujaba en las esquinas de sus cuadernos, amaba los colores fríos y eso lo ponía feliz. Era una de las pocas cosas que lo relajaban, él lo decía a veces, y Charlotte sólo esperaba que Zayn no dejará de dibujar nunca si eso lo hacía feliz.

Charlotte ya no entendía a Zayn, quizás nunca lo hizo. En todo caso; Charlotte no entendía a Zayn. Pero intentaba hacerlo todo el tiempo, y su amigo agradecía eso con una sonrisa o con un beso. Charlotte amaba los besos de Zayn.

Charlotte amaba a Zayn.

Y Zayn amaba a Charlotte.

Y los dos eran mejores amigos y eso era todo. 

Y él la llamaba por las noches cuando le dolía los huesos y necesitaba distraer el dolor de algún modo. Ella estaba allí, en las buenas y en las malas. Zayn le recitaba poesías que él mismo escribía, pero nunca decía que él las había escrito, pero Charlotte lo sabía y ya, sus ojos de algún modo siempre terminaban húmedos.

Dejó su bicicleta contra el árbol de la casa de Zayn, y se acercó a la puerta, tocando el timbre dos veces. La mamá de Zayn abrió segundos después, estaba bien y luminosa.

—Cariño —saludó Trisha, besando la frente de la niña—. Zayn está arriba, la última vez que lo vi estaba durmiendo.

Trisha hizo pasar a Charlotte y le preguntó si quería algo para tomar o comer. A Charlotte le gustaba mucho Trisha, era como su segunda mamá, o primera, de todos modos casi podía llenar un pequeño hueco en el corazón desolado de Charlotte.

Zayn no estaba durmiendo cuando entró en su habitación, estaba rayando un papel con un lápiz, no pintando, no escribiendo, estaba pasando el lápiz violentamente contra el papel. No notó a Charlotte sino hasta que ella se sentó a su lado en el frío piso.

—Hola.

Zayn le sonrió entonces, se acercó y la beso en la mejilla, dejando el lápiz sobre el papel dañado. Charlotte no entendía nada, y otra vez: ¿Cuando lo hacía?

— ¿Qué estás...? —preguntó ella, pero Zayn negó con la cabeza, llevándose su dedo índice sobre sus labios, soltando un suave Shh.

—Charlotte —susurró, mirándola a los ojos, ella se sintió por un momento mareada. Los ojos de Zayn eran una mezcla tan extraña de calidez y frialdad a la vez, y algo más, algo suave y tierno que te llenaba el alma con colores radiantes—. ¿Me harías el favor de guardarme un secreto?

—Sí.

Ella no dudo. Zayn seguía mirando sus ojos, reflejando incluso su alma.

—Si me voy, ¿Prometes no seguirme?

Charlotte no respondió y Zayn no dio ninguna explicación y sólo la besó en las dos mejillas, tomándose su tiempo.

(...)

Se dio cuenta de lo que hablaba Zayn al día siguiente, cuando lo vio en el techo de su casa. Era de mañana y se suponía que debían ir al parque porque había esta feria que tanto habían anhelado por meses, y Zayn lo estaba arruinando todo estando de alguna manera en el techo. Ni siquiera supo cómo fue que pasó, pero cuando llegó Trisha ya estaba gritándole a Zayn que bajara, y ella estaba llorando y temblando y teniendo un ataque de pánico que no podía ocultar.

Charlotte no reaccionó, estaba mareada otra vez, pensando en Zayn y en sus besos y sus ojos y sus manos tibias.

—Déjame subir allí, Trisha —le pidió a la mujer. Ella la miró, sus ojos grandes y rojos por el llanto.

—No, no, no, cariño esto... Este no es un buen momento ¡Zayn baja de allí!

No pudo hacer nada. Miró hacía arriba, miró a Zayn, tan decidido y pequeño. Charlotte sentía que su respiración quemaba al igual que su corazón que dolía con cada latido.

Zayn se hundió y la llevó con ella al fondo de océano, ambos quizás habían perdido la cabeza. Pero Charlotte nunca sintió nada tan real como en ese momento.

Mientras Trisha gritaba y decía que no podía subir allí para atrapar a su bebé, que tenía miedo de parpadear y que él ya haya saltado, y más llanto y desesperación y Charlotte sólo siguió mirando a su mejor amigo.

Luego apartó la mirada, cerró los ojos y juró no abrirlos hasta que todo terminará.

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N/A: tengo que darle las gracias a Fer y tengo el final de la fic! :) perdón si tarde tanto y bla bla pero estamos a finales de año y ustedes, espero, sepan de lo horrible que se pone el colegio. Este no es el final, no se preocupen, nadie muere, nadie sufre, viva los corazones y las sonrisas!

Nah, ustedes me aman yo lo sé.

Nos leemos pronto.

Cambio y fuera ♡

Heart like paper » malik.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora