11. Deseos.

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11.

« ¿Podemos parar esto por un minuto? Tú sabes, puedo decir si tu corazón está en eso o no. Dime con tu mente, cuerpo y espíritu, puedo hacer que tus lágrimas caígan como duchas británicas. Si estamos juntos o separados ambos podemos quitarnos las máscaras y admitir que nos arrepentimos desde el principio»

Los días de frío y lluvia son los peores, más cuando debes ir a la escuela y estás como: «Dios, sólo quiero quedarme en mi cama por siempre» y Charlotte se estaba aferrando a ese sentimiento incluso cuando ya estaba en el auto, con la tela del suéter en cuello de tortuga haciendo cosquillas en su blanca piel y sus frías manos juntas buscando el calor que los guantes no le estaban regalando.

Sus pequeños pies se arrastraban hacia la sala de clases, sus compañeras estaban en una sección de adelante, ellas simplemente se encontraban hablando en voz baja mientras reían un poco. Charlotte apretó a Cristal en su pecho, y fue directo a su asiento donde esperó impaciente la llegada de su amigo.

Aún con el frío y el inevitable sentimiento de querer cerrar los ojos y dormir, Charlotte pensaba que era un lindo día. Ella pensaba en los árboles sin hojas y le gustaba, pensaba en el cielo gris y en las nubes sin ninguna forma especial y le gustaba, pensaba en el frío besando sus mejillas, pensaba en todo eso y como era pequeña y no tenia una palabra exacta para definir todo ese paisaje lo llamó tristeza, era como ver a Anna y sus ojos llenos de sentimientos que te quitan la respiración de una manera tan dolorosa que deseas apartar la vista.

Le gustaba el frío porque le parecía triste y simplemente ella amaba a Anna. Eso era todo.

La parte que definitivamente odiaba era levantarse de la cama, los dedos fríos, el suspiro y aquel humo blanco, las piernas rígidas y los suéters con cuello de tortuga.

Zayn se sentó junto a Charlotte entonces, haciendo que ella lo mirara por unos segundos. Él tenía aquel gorro en la cabeza que aplastaba su fleco y lo hacia ver como algo muy lindo; con sus mejillas rosadas y los labios suaves que fueron formándose una línea recta.

—Yo también no quería venir a la escuela hoy —se encontraba diciendo Charlotte mientras miraba a su amigo.

—Mm-hm.

— ¿En qué piensas?

—E-En nada.

—Debes estar pensando en algo.

—No.

— ¿Cómo es pensar en nada?

Zayn bajó su mirada hacía el suelo—. Ya sabes, en na-nada.

—No, no sé.

Zayn no eran de hablar mucho, pero Charlotte tenia esa manía tonta de hacer tantas preguntas (lo raro es que sólo charlaba de más con él), y no podían culparla, era una niña, sólo quería hablar de cosas sin sentido con su mejor amigo por horas. Pero Zayn no. Porque Zayn era Zayn. Diferente. Especial. Único. Como sea, a él no le gustaba hablar de más. Y Charlotte en un punto lo era, ella era tímida cuando se trataba de intentar acercarse a sus compañeras, sentía miedo de que ellas simplemente la ignoraran, pero habia algo en Zayn... como un destello en sus ojos que te hacían confiar, como en la forma en la que te sonreía haciéndote saber que estaba escuchando. Que estaba allí. Siempre.

—Pequeño —susurró Charlotte y luego se calló porque sabía que a él no le gustaba que le dijeran así.

—Tú también eres pequeña —le había dicho una tarde cuando jugaban Monopoly (Zayn aprendió las reglas, más o menos)—. N-No me gusta que me digas así y ya —siguió diciendo cuando ella le preguntó por qué no le gustaba que le diga así, por segunda vez. Luego los dos se mantuvieron en silencio moviendo dados y cartas. 

Heart like paper » malik.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora