19. Confiar.

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19.

«Hablabas tan suave, con el ceño fruncido. Casi me hiciste caer de rodillas»

Estaban pasando cosas buenas, eran días buenos y tranquilos; al fin el sol salía, y podía ver las estrellas en el cielo, ya no más grandes abrigos haciendo cosquillas en la parte superior de su cuello, no más mantas o calcetines molestos. Sólo agua cristalina de la piscina, el calor bajo sus pies, y los helados. Y Zayn, porque Zayn siempre estaba en su lista de días buenos aún cuando no lo eran, Zayn era genial con aquella mirada, y la forma en la que sentía su sonrisa cuando él formaba círculos en la palma de su mano cuando estaba distraído.

Zayn simplemente era una de sus personas favoritas en el mundo. Incluso cuando actuaba de una forma que Charlotte no podía comprender, él hacía que ella sintiera fuegos artificiales y soltara carcajadas, y Zayn no sabía sobre aquello, porque si ella le dijera, estaba segura que él no iba a comprender, ¿Cómo lo haría si ni siquiera Charlotte lo hacía? Pero no eran cosas que a ella le importarán demasiado, prefería estar nadando y viendo la cara de horror de Zayn por temor al agua, prefería estar guardando cada corazón de papel que Zayn hacía cuando estaba aburrido, escribía cosas en la parte de atrás, pero Charlotte nunca entendió ninguno de los mensajes, preferiría sentir como el viento golpeaba su rostro cuando ella y Zayn tenían competencia de bicicletas. Ahora que la madre de Zayn le compró una propia todo se volvió el doble de genial.

Excepto los días que Zayn no estaba de humor. Charlotte comprendía eso, ella también tenía días malos, Anna los tenía, estaba segura que el resto del mundo también los tenía.

Pero había descubierto diferentes facetas de su amigo, cuando estaba enojado ella prefería mantenerse alejada, muy alejada, y Zayn lo prefería también así. Pero tenían esta nueva cosa de llamarse por teléfono (Charlotte memorizó el número de la casa de Zayn, no se preocupaba que otra persona contestora, siempre era él) quizás por la costumbre de los días tristes donde debía llamarlo porque estaba lejos, sea lo que sea, seguían llamándose y a veces Zayn pedía disculpas y otras veces no. Charlotte aún estaba ahí para él después de todo.

En ocasiones Zayn estaba algo triste, con sus ojos cansados y sin vida, esos días quería quedarse en casa, pero veía a Charlotte, y no hablaban, él se quedaba con la cabeza apoyada en el hombro de ella, y era algo lindo porque Zayn era más pequeño (aunque él no quería admitirlo, decía que cuando fuera mayor sería mucho más grande que Charlotte y se iba a reír de ella, hablando con palabras sofisticadas que ella no entendería), escuchaban la lenta respiración del otro, Zayn lloraba por mucho tiempo, y ella podía sentir como algo se quebraba en su pecho, dolía demasiado pero aún así se quedaba en silencio hasta que Zayn se tranquilizaba. Luego todo estaba bien.

La mejor faceta de Zayn era cuando estaba risueño, eso ocurría poco pero era genial ver a Zayn tan vivo, abrazando a Charlotte sin un motivo y aquél brillo detrás de sus ojos, ella quería salvar aquello.

Ocurrió unos días antes del cumpleaños número once de Zayn, él no estaba realmente emocionado pero intentaba estarlo por su amiga, Charlotte estaba buscando el regalo perfecto pero él decía no querer nada.

Eran justo las siete en punto cuando llamó a Zayn, sabiendo que él sería quien contestaría, sólo que no fue así. Nadie contesto, de hecho, ni siquiera la mamá del niño.

Charlotte no insistió, quizás no era nada grave. Podría verlo al siguiente día.

No lo vio.

Anna se acercó a ella en la mañana, contándole por qué no podía ver a Zayn.

—Él está enfermo —fue todo lo que dijo.

—Lo sé —respondió Charlotte—. Él está cansado. Pero está bien, Anna, él está bien.

Anna la miró de aquella forma que Charlotte ya conocía, pero no dijo nada más, avisando que era momento de desayunar.

Llamó a Zayn más temprano ese día, sonaba diferente, su voz era como la de un robot.

—Son las pastillas —dijo, lentamente. Charlotte quería llorar.

—Anna dijo que sigues enfermo—le comentó, aferrándose a Cristal, se le había caído un botón que se supone era su ojo, tendría que volver a colocarle otro porque Cristal estaría triste sino. No quería más gente triste.

— ¿Es eso, verdad? —preguntó, Zayn de pronto estaba muy callado.

—No —contestó. Ella esperó algo más, pero nada sucedió.

—Bien —dijo, su voz pequeña. Confiaba en Zayn—. Estoy aquí ¿lo sabes?

Zayn susurró un balbuceo, como diciendo que sí lo sabía, luego, sin alguna razón que ella conociera, cortó. Y Charlotte sabía que no se iba disculpar luego, pero Zayn sabía que ella estaría ahí después de todo.

n/a: ¡estoy algo frustrada por la escuela! así que perdón si tardé demasiado, intentaré escribir para subir mañana otra vez, o el sábado :) Son las mejores y agradeceria sus votos, es una linda forma de apoyo <3

Cambio y fuera.

Heart like paper » malik.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora