21. Luchar.

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21.

«Si pudiera estar contigo esta noche, te cantaría hasta que duermas. Nunca dejes que te quiten la luz detrás de tus ojos»

Cuando Zayn tuvo doce años sintió que su vida se estaba acabando, siendo que nunca había empezado realmente. Su papá ya no llamaba más, y cuando lo hacía era sólo para gritarle a su mamá, y Trisha parecía más cansada de lo que Zayn podía sentir en sus huesos. 

Las pastillas no funcionaban del todo, pero Zayn no le decía eso a Trisha, porque él sabía que eso haría que su mamá sólo se pusiera peor. Ahora ella ya no lloraba a escondidas,  pero seguía viéndolo de una forma triste, tal vez decepcionada.

Zayn sólo quería dormir. 

Una noche, escuchó la conversación de su mamá con el hombre que se supone era su padre. Él estaba en la puerta, con sus grandes hombros y su presencia de grandeza. Zayn siempre se sentía tan pequeño cuando debía verlo a los ojos.

Había bajado las escaleras en silencio cuando escuchó los gritos de su madre, se sentó en el último escalón, encogiendo sus hombros. Trisha sonaba alterada, asustada,  enojada y triste. Zayn conocía esos sentimientos demasiado bien y nunca había comprendido tanto a su mamá como en ese instante. 

—No puedes hacerme esto —estaban susurrando, pero no lo suficiente. Zayn quería llorar.

—No puedes hacernos esto —repetía la voz desesperada de Trisha, tan quebrada, todo estaba muy roto.

— Seguiré pasando la pensión —decía su padre, él parecía tranquilo, como si no estuviera viendo a Trisha derrumbarse. Zayn quería golpear algo entonces—. No sé de que te preocupas.

—Te necesita —Su mamá aumentó la voz, Zayn tembló un poco, sus ojos estaban ardiendo, su vista nublada, no debió escuchar nada, pero pareció un pensamiento tardío—. No seas un bastardo egoísta. 

— ¿Cómo es qué lo soportas? Él no está bien, Trisha. No es normal.  Necesita atención médica todos los días. Deberías enviarlo a algún internado.

Zayn se mordió el labio, lágrimas en sus ojos, su corazón parecía una batería. Su visión se volvió algo roja por un segundo.

Se levantó de la escalera, no sintió sus piernas pero sabía que estaba subiendo rápido, escuchaba zumbidos en sus oídos, se tropezó al llegar hasta la puerta de su habitación. Pero no se levantó, sollozando en silencio, en ese momento sintió que su vida se estaba acabando y eso era algo realmente triste. ¿Qué había hecho?  ¿Qué fue lo que hizo tan mal? Él intentaba dar lo mejor de sí mismo. Al parecer eso no era suficiente.

Casi arrastrándose llegó hasta su cama, dormir ayudaba, dormir siempre ayudaba,  en sus sueños podía fingir estar bien, podía fingir no estar destrozado. Fingir que su mamá no lloraba y que su papá lo amaba.  Fingir. Era todo lo que le quedaba, al parecer. 

Soñaba con nubes y cielos, soñaba que llegaba hasta la cima de una montaña, donde sentía el frío congelar en sus huesos,  y no dolía,  nada dolía,  su papá estaba junto a él, su papá estaba orgulloso, abajo, todos aplaudían porque Zayn pudo escalar tan alto, todos decían que era genial, nadie lo odiaba por ser quien era.

Cuando despertó su mamá lo estaba viendo, la habitación llena de luces y sombras.

—Te estabas riendo —le dijo su mamá, radiante—. En tus sueños.

—Oh —contestó, decepcionado. No hubiera querido despertar, muerto se sentía más vivo que estarlo realmente.

—Ya está el desayuno —dijo Trisha, ya no parecía tan contenta al ver el ceño fruncido de su hijo.

—Bien —respondió Zayn,  ni siquiera intentó sonreír. Cuando su madre se fue, miró hacía la ventana, queriendo saltar, sólo para sentir que luego volaba.  No lo hizo, sin embargo, por un momento la idea pareció un hecho próximo.

(...)

Charlotte traía unas trenzas aquel día de otoño, con un vestido colorido y una sonrisa de un millón de dólares. Zayn se sintió un poco como un afortunado.

—Hola, tú —Charlotte se sentó junto a él en la acera, viendo a los autos pasar, a la gente ir y venir, cada una con su vida, algunas felices y otras simplemente allí. 

Zayn le sonrió un poco, era de tarde, y no estaba de ánimos,  cosa que no era algo raro, pero de algún modo Charlotte lo hacía sentir tan feliz e incómodo al mismo tiempo. 

—Sabes, es una gran idea saltar sobre las hojas amontonadas pero tengo vestido y sería un horror. 

—Lo sería —Zayn repitió, estaba mirando como una señora en la otra acera estaba regañando a un niño pequeño.

—Anna me obsequió un libro —estaba diciendo su amiga, con su voz cálida y abrazadora—. Se llama: Las aventuras de Tom Sawyer.

— ¿Sí?

—Es genial —dijo, emocionada, mientras rompía una ramita de un árbol—. Te la voy a leer más tarde.

—Suena bien —le dijo, pero en realidad sonaba increíble.

(...)

Necesitaba contarle a alguien sobre cómo se sentía en realidad. Necesitaba poder decir la verdad, necesita confiar en alguien.  Zayn sólo tenía doce años pero su alma se sentía más vieja. Otra cosa triste que contar. 

Charlotte parecía una buena idea. Charlotte jamás le juzgaba,  Charlotte nunca le dijo que no era normal, que debía recibir atención médica, no. Charlotte le abrazaba, le hacía sentir a salvo.  Lejos de huesos quemándose y lágrimas contenidas.

Así que, se lo dijo, justo cuando los dos caminaban hasta la llegada al autobús. Trisha al principio no quiso que Zayn fuera en autobús al colegio, pero se había acostumbrado poco a poco. Y, por supuesto,  Charlotte estaba allí. 

— ¿P-Puedo decirte algo muy secreto?

Charlotte lo miró,  sonriente, con su coleta alta, sus ojos algo adormilados por ser de mañana, y su cercanía.

—Claro, Zayn.

— ¿No te vas a asustar?

—No — respondió.  La miró a los ojos. Ella no estaba mintiendo. Ella se veía sincera.

—Creo que estoy perdiendo la batalla —No esperó que Charlotte comprendiera, después de todo, él estaba solo en eso.

Pero la cosa es que Charlotte sí lo hizo. Y cuando el autobús llegó, ella cogió de la mano a Zayn, y quizás podía seguir luchando un poco más.

.

.

N/A: Sólo quiero decir que Zayn es la mejor persona del mundo (hablo del Zayn de la realidad,  el Zayn de aquí también es genial) y no importa lo que los demás digan de él, las mierdas racistas o ignorantes, él sigue siendo maravilloso,  llegó tan lejos y jamás se detuvo. Y eso, a la mierda los imbéciles que sólo saben criticarlo. Él tiene a su familia, amigos y a sus fans que lo apoyan ♡

Perdón estoy algo sensible hoy.

Espero que les haya gustado, y como he tardado (y si se portan bien y votan ah) subiré capítulo otra vez mañana.

P.D: probablemente esté eliminando y adaptando este capítulo varias veces porque empiezo a odiar wattpad.

Cambio y fuera :)

Heart like paper » malik.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora