9. Sensación.

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9.

«Había sentido tantas cosas, había visto el mundo, sabía lo que era sufrir, sabía lo que era la felicidad verdadera, pero sólo eran momentos, que luego se iban como el frío viento de los viernes de invierno intenso, y luego había llegado ella con su espíritu de libertad y su risa. Allí, justo allí, me sentí completo»

 

La mamá de Zayn lo dejó en la casa de su papá un sábado, hacía demasiado frío ese día y Zayn tuvo que ponerse obligadamente muchos abrigos, era como una pequeña bola de ropa, más su bufanda y su gorra.

Cuando bajó del auto no podía ver sus pies, arrugó la frente y miró de mala forma a su madre cuando ésta se acercó y lo cogió de la mano.

—No me mires así —le advirtió ella, para luego pellizcar las sonrojadas mejillas de su niño.

Luego de eso ella había tocado el timbre, su padre abrió la puerta y compartió algunas palabras con ella que para los oídos de Zayn no significaba nada. Ellos hablaban de una manera brusca, y su mamá siempre tenía aquel tono que ponía cuando no le gustaba algo... o alguien.

Pero a Zayn simplemente no le importaba, miró hacia atrás, hacia aquella casa del frente, podía sentir como sonreía un poco. Charlotte estaba allí, de seguro, quizás estaba tomando café con leche; él le había dicho que su mamá no le permitía tomar café porque se supone que eso es sólo para grandes, ella se encogió de hombros, y le guiñó un ojo «Eres un niño bueno, Zayn»

Un brusco agarre le sobresaltó de sus pensamientos, la áspera mano de su padre lo tenía cogido de la muñeca.

«No, —pensó—, yo no quiero quedarme con él».

Miró a su mamá, que le sonrió, inclinándose y besando la punta de su respingada nariz un poco fría. —Haz lo que papá diga ¿sí? volveré más tarde. Te amo, Zayn. 
Y luego se fue, el pecho de Zayn se apretó, con miedo. A veces él imaginaba que su mamá nunca iba a volver, que le dejaría con su papá y se iría lejos, para ser feliz como se merecía. Parpadeó para no empezar a llorar, a su papá no le gustaba los mocosos llorones.

—Vamos —su padre lo arrastró dentro de la casa, él era tan grande y gruñón, y simplemente no era su madre.

Zayn se mantuvo en silencio cuando su padre se dirigió a la sala y encendió la televisión, y logró escuchar la típica voz de las personas que hablaban sobre football, y a su padre comenzando a quejarse.

Lo primero que Zayn hizo fue quitarse un abrigo, luego otro, y entonces estiró su bufanda y se sintió menos incómodo. Ahora volvía a ver sus pies. Sonrió.

Subió las escaleras y entró a la habitación en donde se quedaba siempre que iba a la casa de su padre, siempre era tan frío allí, no importaba la estación, de todas formas era el único lugar donde Zayn se sentía seguro.

Pasó la tarde dibujando animalitos, y autos lindos, como los que veía en las revistas y en la televisión.

Luego de terminar de pintar un auto, se aburrió, observó la ventana, justo cuando un pajarito pasaba volando rápidamente. Se acercó a la ventana poniéndose de puntillas para tener una mejor visión del cielo que estaba algo gris.

Triste, pensó.

Luego se quedó un tiempo observando la casa de Charlotte, sintiendo un cosquilleo en el pecho, frunció el ceño, pensando que esa sensación se debía a la cantidad de abrigos que aún tenía.

Una mujer salió de pronto, Zayn entornó los ojos al ver a una mini-persona a su lado, luego se dio cuenta que era Charlotte junto a la mujer. La sensación en su pecho fue tan fuerte que lo sobresaltó.

Charlotte parecía una bola de ropa, también. Se rio en silencio, parecía un pato al caminar por sus suéteres y apenas podía verla por su gran bufanda de color rosa y su gorrito del mismo tono. Ella lucía muy linda toda enojada y Zayn quería ir junto a ella para jugar a «Las traes» por siempre.

Intentó elevar más sus pies, y bufó al no ser tan alto. Lloriqueó un poco cuando se tambaleó hacía atrás.

Rápidamente fue en busca de la butaca en la que había puesto sus abrigos, los tiró al suelo y arrastró la butaca hacía la ventana. Sonrió mientras subía y todo se veía tan perfecto, y se sentía tan grande y feliz con aquella no tan molesta sensación en el pecho.

Entonces buscó a Charlotte y ella sólo no estaba allí, ya no. Su sonrisa cayó. Un auto se alejaba, y él sabía que ella estaba allí.

De pronto la sensación en su pecho se es esfumó, y él ni siquiera sabía si eso era algo bueno.

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Tuve que eliminar el capítulo, pero ahora lo vuelvo a subir. Gracias por su paciencia. xx 

Heart like paper » malik.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora