XIV "Serios problemas"

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El brazo de Toby envolvía mi cintura y me sujetaba contra su pecho. No recuerdo cuándo fue que terminamos en su cama, con las mantas hechas un caos por la habitación, pero estaba cómoda. Demasiado. Me giré con cuidado y vi que mi Proxy estaba dormido, con sus ojeras visibles en su piel pálida y el cabello más revuelto que de costumbre.

Sonreí al ver las marcas en su cuello, las pistas que nos culparían de lo hecho esta mañana. Lo cubrí mejor con las mantas e intenté apartarme sin despertarlo, pero su brazo me mantenía a su lado con un agarre posesivo, aferrándose a mis caderas. Suspiré y escondí mi rostro en su cuello, quedándome junto a él. Poco a poco sentí cómo su mano comenzaba a aferrarse más y más a mi cintura, haciendo que me doliera su agarre. Incómoda traté de apartarme de él, pero su fuerza era mucha.

-Toby, estás lastimándome-susurré sin respuesta alguna.

Y al abrir los ojos la vi. Una sombra negra, deforme, con sus garras a punto de enterrarse en mi piel y una sonrisa cínica acompañando su rostro. Grité del miedo y de una patada la aparté, me incorporé desnuda y salí de la habitación.

En los pasillos todo estaba a oscuras, como si fuese de noche; la tormenta seguía causando estragos allí fuera, las ramas de los árboles que rodeaban la cabaña chocaban las ventanas, como si quisieran romperlas. Los pasos no tardaron en oírse, me giré y vi a esa sombra arrastrándose por el piso de madera y viniendo hacia mí. Me subí a la baranda y patiné hacia abajo, cayendo con el trasero en el piso.

-¡Toby! ¡Ayúdame!-Grité con temor.

La criatura se incorporó para mirarme mejor desde la planta alta. Su sonrisa se amplió y su cuello se quebró con un simple y seco "crack". Empalidecí y mis piernas temblaron del horror, sin dejarme escapar. Este ser bajo las escaleras a las corridas solo moviendo sus largas y quebradas piernas.

-¡Ya morirás, _____!-Comenzó a gritar con todas sus fuerzas-¡Morirás pronto!

Estaba desnuda y no tenía mi cuchillo. El miedo era superior a cualquier otro de mis sentimientos, haciendo que me haga bolita en el piso y gritara el nombre de Toby y Jeff, que alguno me ayudara...

Una fuerte sacudida hizo que me incorporara mientras gritaba del horror. Unas manos me sostuvieron los brazos y me hicieron girar para que mirara. Era Toby. Estaba a mi lado, ambos sentados en la cama de él, con las mantas dispersas por toda la habitación. Mi pecho subía y bajaba y pude sentir que las lágrimas ensuciaban mi rostro.

¿Qué demonios había pasado?

-¿Est-tás b-b-bien? No de-dejabas d-d-de gritar m-mi n-nombre, ___-__...

Mi labio tiritaba del miedo y no resistí. Me lancé a sus brazos y me oculté en Toby, llorando y desahogándome. Él acarició mi cabello y me acurrucó en sus brazos, sin entender qué había ocurrido.

-Una sombra quiso hacerme daño-comencé a decirle-. Era negra y...y deforme. Me dijo estaba por morir, que moriría pronto...

Pude sentir su pecho tensarse. Sus manos se detuvieron en mi cabello y se apartó de golpe, inspeccionándome con una mirada seria. Levantó mis brazos y su vista bajó hacia mi cintura, donde se hallaban tres puntos hechos por presión... Donde esa sombra me había clavado sus garras.

-Sal-salgamos d-de aquí-dijo mientras se levantaba y buscaba su ropa por la habitación.

Obedecí y me vestí con la ropa aún húmeda por la tormenta, la cual comenzaba a ceder. No debía ser más de las tres de la tarde. Me puse mis zapatillas y salimos juntos de la habitación, sin esperar nada más. El pasillo estaba iluminado, nada que ver con mi sueño, pero el miedo que sentí fue tan real como la adrenalina que había comenzado a crecer en mí. La voz de la sombra se me había hecho familiar, aunque distorsionada a la vez. Y esa sonrisa... Esa sonrisa la había visto en otro lado.

Dos destinos. (Creepypastas y Tú)Where stories live. Discover now