XVIII "Esto es guerra"

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Unas horas antes...

Los Creepypastas esperaron pacientes las órdenes de Slenderman, las cuales eran ir a invadir el castillo de Zalgo. Tras el rapto de _____ no hubo mucho que hacer más que seguir con el antiguo plan, a pesar de las quejas de Jeff y Ticci-Toby.

Masky tranquilizó al grupo -a su forma, claramente- hasta que llegó la hora de partir. Todos estaban armados hasta los dientes; Jeff tenía su cuchillo favorito a su alcance, sumando otros dos en su cintura. Ticci-Toby había estado afilando sus hachas en un silencio sorprendente. Masky recargó su pistola y Hoodie pues...

Hoodie tenía su fierro.

Ben y Sally se encargarían de vigilar los alrededores del castillo, aunque tenían con qué defenderse. Eyeless permanecería en la cabaña junto con Slenderman y Hoodie en caso de que Zalgo decidiera atacar el bosque.

Todo bajo control.

-Saben que seré su líder en esta ocasión-alardeó Masky-, así que obedezcan a lo que les diga. Sobre todo tú, Jeff, que pareces un perro rabioso cuando hacemos esto.

Jeff pinchaba su dedo con el filo del cuchillo, mirando su reflejo en este. Una sonrisa breve se formó en su rostro y suspiró.

-Yo no sigo órdenes de nadie-respondió y levantó su mirada hacia la máscara de Masky-. No esperes que vaya detrás tuya como un perrito mojado, Masky.

-Lo harás si quieres a _____ y a Nina de regreso.

-Tú no sabes qué demonios quiero-saltó a la defensiva y se acercó peligrosamente-, así que calla tu boca o te arrancaré la mandíbula.

Ambos quedaron frente a frente, Masky cruzado de brazos y mirando los ojos desorbitados de Jeff. Entre ellos eran normales las discusiones y las peleas, pero no era un buen momento para sumar una más a la cuenta. El azabache le sonreía a Masky y se balanceaba sobre sus pies, empujándolo poco a poco. Estaba incitándolo a una lucha, delante del resto, aunque sabían que la paciencia del Proxy era un don, no duraría mucho.

Alguien jaló de la capucha blanca al más demente de ellos, haciéndolo caer al piso. De un ágil movimiento se incorporó y vio molesto a Ticci-Toby, quien aún lo sostenía y lo miraba divertido.

-¿De qué te ríes, imbécil? ¿También quieres un golpe?

-¿Para q-qué? Si no l-lo sentir-ría-y se puso a reír.

Algo que sorprendió a la mayoría era que el Proxy estuviera manteniendo una tranquilidad...inmensa. No estuvo tartamudeando tanto estas últimas horas y tampoco molestaba a Masky o al resto.

Y eso era preocupante.

Jeff maldijo en voz baja y se rascó su cabello, mirando al resto con el ceño fruncido y guardando su cuchillo.

-¿Entonces nos vamos?

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Sally y Ben fueron los primeros en avanzar al silencioso castillo, mirando con sorpresa el alrededor; las pocas estrellas que iluminaban todo el cielo brillaban de un extraño color carmesí, junto al cielo completamente oscuro y un silencio abrumador. Pero no debían perder el tiempo, así que se apresuraron y se instalaron en un punto estratégico, donde veían la entrada del castillo y los pasillos del primer piso. Ben asintió y Sally chifló, chifló muy fuerte logrando un eco por todos los alrededores del castillo. Inmediatamente las puertas del castillo se abrieron, dejando salir a Liu y a un par de perros gigantes, similares a unas bestias. Estas "mascotas" olfatearon el lugar en silencio, mientras Liu, con sus manos en los bolsillos, bajó las escaleras del castillo y miró al frente.

Dos destinos. (Creepypastas y Tú)Where stories live. Discover now