XI "La otra cara del plan"

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-Wooooow...

Fue lo único que salió de la boca de Nina mientras nos acercábamos a la puerta del castillo. Sus ojos inspeccionaban todo con la mirada, sin que se le escapara un mínimo detalle.

-¿No conocías este sitio?

-No, nunca me atreví a venir. Slenderman tampoco nos dejaba acercarnos, es obvia la razón.

Asentí y mientras más nos acercábamos, más gigsntesca era esa puerta doble, hecha de bronce. Estaba adornada con pinches del mismo material, y la única parte accesible para tocar eran los picaportes. Acerqué mi mano a uno de ellos y un sonido metálico me detuvo. Me aparté al instante y con Nina llevamos nuestra mano al cuchillo, solo por si acaso.

Sin embargo no fue necesario ya que quien se asomó era Liu, mi querido hermano mayor. Su mirada pasó se sorprendida a intrigada, molesta, y luego calma. Sonrió y me abrazó con fuerza, levantándome unos centímetros del suelo. Le correspondí y reí levemente hasta que me bajó y nos miró expectante.

-¿Qué haces aquí?-Y su mirada se fue hacia el cuerpo de Nina- ¿Tú también viniste? ¿Mi hermano se aburrió de ti?

Nina simplemente le sacó la lengua y se cruzó de brazos.

-No tengo que explicarte nada a ti, niño muerto-respondió con humor y una pequeña sonrisa hizo alargar sus cortes.

Liu frunció el ceño y pude sentir la tensión crecer en la entrada del castillo, hasta casi poder palparla. Tosí un momento para romper esta incomodidad.

-Decidió acompañarme. Ella...se dio cuenta de la persona morbosa que es Jeff, y decidió cobrar venganza-susurré, no iba a hablar de la supuesta venganza a Chris. Cuando hablamos de este tema frente a ella, se volvió loca y había gritado su nombre de una forma...desgarradora.

Nina me siguió la corriente y fingió estar dolida, bajando la cabeza y escondiendo sus manos en los bolsillos del chándal. Liu la miró sin decir mucho. Era como si estuviera analizándola, analizándonos a ambas y a nuestras mentiras. Fue como si estuviera desconfiando de Nina y de mí, su hermana. Tiene los motivos para hacerlo, pero yo no hubiera sospechado de él...

Y allí está mi error. Aprendí que debo desconfiar incluso de mi familia... De Liu y de Jeff.

-Pasen, Zalgo querrá verlas con gusto.

Liu se hizo a un lado y nos dejó pasar a Nina y a mí. El pasillo era extenso, con una gran y vieja alfombra roja ocupándolo. Las luces eran antiguos calendabros en los techos, dejando iluminado nuestro recorrido. Recordé la cantidad de puertas que había de cada lado; cuatro del lado izquierdo y cinco del lado derecho. A un costado había una escalera caracol, seguramente había más habitaciones allí arriba. Pero mi intriga quedó frente a una puerta al final del pasillo. Una puerta de madera, decorada con rostros agonizantes.

-Parecen reales-comenté sorprendida.

-Lo son-afirmó mi hermano con total naturalidad-. Son los ayudantes de Zalgo que no cumplieron con sus objetivos.

Liu tocó la puerta y aquellos rostros comenzaron a gritar y pedir piedad, que los liberen, que no volverían a pactar con el demonio...

-Qué encantadores son los adornos de aquí-comentó Nina con una sonrisa y metio un dedo entre la boca abierta de uno de los rostros.

-¡Nina!

La puerta rechinó y una pequeña parte se abrió. Ambas retrocedimos asombradas.

-Sólo deben pasar Liu y _____-comentó una voz múltiple desde esa habitación.

Dos destinos. (Creepypastas y Tú)Where stories live. Discover now