VI "Liu"

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Ya había pasado un día de que Slenderman me apartó de mi hermana. Tch, entrometido, no debe meterse en este asunto por muchos problemas que tenga con Zalgo, lo de mi hermana es también un tema personal.

Me pregunto cómo estará con Jeff allí, ¿ya habrá hablado con Jane? Es muy probable que no haya salido bien la misión mandada por el Señor, pues no ha vuelto al castillo.

-Sadie, ¿podrías hacerme un favor?

S.Sadie giró su rostro sufrido y nostálgico, y me miró fijamente.

-Dime, Liu, ¿qué necesitas?

-Debes obtener toda información posible de Jane. No ha regresado luego de haber ido a la cabaña de Slenderman, quizás permanezca allí.

-No lo sé-respondió con su voz apagada, lo habitual-. Allí podrían descubrirme y...no me gustaría que me vieran...

-Sabes que a Jane pueden estar tratándola muy mal, quizás peor de como te han tratado a ti las personas...

Ella tiene un punto débil, y es hacerle recordar lo mal que lo ha pasado antes de tomar esa decisión tan drástica para su vida.

Y como era de esperarme, su rostró cambió de expresión repentinamente. Negó con la cabeza varias veces.

-No, no. Pobre de ella...no puedo dejarla allí, iré a ver y te traeré la información que pueda. Por cierto, el Señor te llama.

Asentí y luego desapareció de mi vista con un grito ahogado, y dejé de ver su figura fantasmal y esquelética.

Me acomodé mi piloto un poco, intento lucir bien frente a nuestro Señor, aunque mi apariencia no es de mayor importancia frecuentemente en mi vida. Caminé por el largo y estrecho pasillo del castillo, el cual debajo de mis pies poseía una impecable y rojiza alfombra de tela fina hasta llegar a la gran puerta de madera, una madera vieja y al parecer algo quemada.

Toqué tres veces la puerta, y esperé paciente a que atendieran.

-¡Pasa, ahora mismo!-Gritó con una voz firme y molesta.

Suspiré y entré con un paso firme hacia su salón, el cual estaba rodeado de almas esclavas y encadenadas a su trono de huesos. Seguramente habían hecho algún pacto con el Señor cuando estaban vivos...

Después de todo, Zalgo se encarga de manipular a las almas humanas con el tentador camino de la oscuridad y la avaricia. Lo vi, como era de esperarse, en el centro de una gran mesa redonda hecha de plata, y disfrazado de mi figura. Nunca se muestra con su apariencia real, pues siempre lleva una apariencia diferente para cada uno.

-Señor-me acerqué a su trono e hice una pequeña reverencia-, ¿a qué se debe el llamado a mi persona?

Me sujetó del cuello al terminar mi pregunta, y me lanzó contra la mesa de plata, dejándome adolorido sobre ella. Me observó con sus ojos negros, llenos de ira y repulsión, en algo habré fracasado.

-¿Q-qué he he-hecho mal...?

-¡Sabes lo importante que es tu hermana para nosotros!-Exclamó con un grito doble y voráz.- ¡Eres un imbécil por haberla dejado irse con Slenderman! ¡Esto es preocupante y tú no tomas la responsabilidad!

Alzó su puño, dejando ver cómo comenzaba a incendiarse y se aproximaba a una gran velocidad y certeza hacia mi pecho. Giré mi cuerpo por la mesa redonda y di un salto apartándome de ella, miré hacia atrás y distinguí la mesa fundida e incendiándose por el puño de Zalgo.

Me quedé perplejo y respirando agitado, aún no me acostumbro a sus reacciones impulsivas. Se quedó en silencio un momento, observando cómo su mesa terminaba de derretirse. Ladeó la cabeza y miró de costado mi rostro mientras reía a carcajadas leves y escalofriantes a la vez.

-Esa niñata...es esencial para nuestra victoria. Si logramos realizar el ritual de unificación, antes de que la luna ilumine como cuarto creciente, podremos derrotar a Slenderman de una maldita vez.

-Lo sé señor...pe-

-Y SI LO SABES, ¡¿POR QUÉ NO ME ERES DE UTILIDAD?! ¡Deja a esa maldita aquí! ¡Tráela para iniciar con los preparativos!

Lo miré unos momentos. Utilizar a mi hermana como un objeto no me parecía una idea adecuada cuando me la habían comentado, pero ese ritual encadenaba la muerte de Slenderman junto a la de Jeff, y a los maniáticos de los Proxys. Ella estaría a salvo, solo que su vida cambiaría más de lo que ya lo ha hecho con el saber de nosotros, así que decidí hacerme cargo de esta misión...

Sin saber que sería tan complicada.

-Sí, Señor. Traeré a mi hermana a su castillo, y la convenceremos, por las buenas o malas, a realizar el ritual de unificación.

Zalgo sonrió ampliamente, y sus ojos rojizos detrás de su disfraz destellaban con ansias de destrozar todo a su paso.

-¡Ve, ahora!

Salí de su castillo, y mis pasos resonaban por los pasillos extensos e interminables. Me dirigí hasta el centro del territorio de Zalgo, y abrí el portal que me llevaría frente a la cabaña de Slenderman.

El alrededor no tenía tanta seguridad como hacía ya años, por lo cual no me fue difícil entrar. La ventana trasera estaba abierta, y pude pasar sin problemas a lo que era una cocina...muy asquerosa.

-¡Hey! ¡¿Quién e-eres t-tú?!

Me giré y saqué mi cuchillo de la cintura, apuntándole a Toby. Él sacó sus dos hachas de su espalda y se dirigió hacia mí, haciendo una finta rápida para deslizar su hacha izquierda por mi torso.

Sentí el filo desgarrar mi polerón y parte de mi piel, mientras que salían gotas de sangre por el piso. Toby soltó una risa nerviosa, esa risa que erizaba a la persona menos temerosa.

-Tráeme a mi hermana, sabes que estará mejor en mis manos que en las de Jeff-comenté sin dolor en mi voz, un simple corte ya no es nada para mí.

-¿Qui-quién ha di-dicho que Jeff la-la cuidará? Jejejejejejejej....¡JAJAJAJAJJA! Me la han en-encarga-gado a mí, ¡confían en-en mí! ¡No lo e-echarás a per-per-perder!-Gritó con desesperación y llevó sus hachas contra mí con violencia, en serio nadie de aquí está cuerdo.

¿Por qué Toby? Jeff no la cuidaría eso era de esperarse, pero Masky quizás hubiera sido mejor cuidador...tal vez estén planeando alguna misión contra Zalgo, Toby es muy inútil en ello.

-¡La necesito para el ritual! ¡Por su maldito bien!-Esquivé por milímetros las hachas de Toby, hasta que alguien sujetó su chaleco. Era _____

-¿Un ritual...? ¡Liu! ¡¿De qué hablan?!

Dos destinos. (Creepypastas y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora