2.IV "División"

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Slenderman no aflojaba el agarre, pero se quedó inmóvil como todos cuando Masky quitó el seguro de su pistola, sin despegarla de la cabeza de mi hermano.

El silencio abrupto reinó por unos eternos segundos, mientas que Nina buscaba el aire a toda costa.

-Masky, baja esa jodida arma-amenazó Jeff entredientes y su vista se dirigió hacia Nina.

-No está en mi protocolo obedecer a idiotas-respondió y su mirada se dirigió hacia mí-. ¿Qué planeaban hacer con una aliada de Zalgo en la cabaña?

Mis ojos no dejaban de ir desde Nina hacia Masky, una y otra vez. Tragué saliva y fruncí el ceño.

-Suelten a Nina y les responderemos todo, pero si lastiman a uno de los nuestros no voy a tener piedad.

El cuerpo de ella cayó al suelo. Nina intentaba incorporarse y tosía tocándose el cuello, mostrando unas marcas rojas por el apretón.

-La mocosa apareció en el bosque y quise ayudarla-respondí, asumiendo la culpa de su llegada-. Nos dimos cuenta que escondía algo, cuando Sally y ella jugaban a las escondidas y... Espera, ¿cómo sabían de ella?

Masky levantó su máscara hasta sus labios, dibujando una sonrisa arrogante en su rostro.

-Creo que no hay suficiente confianza entre Toby y tú, ¿verdad?

Un escalofrío recorrió mi columna, como si me hubiesen tirado un balde de agua helada de golpe. ¿Toby les había contado? Debe estar...bromeando.

-Es l-lógico, _____-habló Nina, una vez que ya había recuperado el aire-. Slenderman no había sentido su presencia, no habría otra forma de que se enteraran.

Los tentáculos de Slenderman estaban intranquilos, se movían de un lado a otro. Seguramente molestos por no saber dónde estaba la niña esta. Le señalé el sótano, sin dirigirle una palabra y él desapareció de la vista de todos, pero de un segundo a otro apareció con la chica entre sus largos brazos.

-¡Suéltenme!-Gritó la rubia sin dejar de lloriquear- ¡POR FAVOR!

-De esto nos debíamos encargar nosotros-acotó el Proxy y bajó nuevamente su máscara-. Ustedes sigan a salvo, no queremos ocuparnos de otros problemas por ahora.

-¡No nos trates como basura, Masky!-Exclamé, acercándome peligrosamente hacia él.

Bajó su arma de la cabeza de Jeff y me apuntó directamente a mí, entre mis ojos. Era magnífico ver que su buen pulso no permitía fallo alguno en su puntería, a pesar de estar apuntándome a mí.

-Masky...te lo advierto-susurró Jeff, con el ceño fruncido y una sonrisa amenazadora.

-Déjalo-respondí seguido de una carcajada-. Haz lo que quieras, sin mí se les dificultaría aún más buscar el paradero de Zalgo.

Y era verdad. Estos meses no estuvieron usándome para sus trabajos, pero eso significaba un trabajo mayor para mí, posiblemente cuando obtuvieran una pista más certera de mi padre. Tras decir eso, Masky chasqueó su lengua y guardó su pistola, regresando la vista hacia Slenderman y la niña.

Slenderman solo la mantuvo inmóvil y gritando, al parecer no le molestaba el capricho que estaba creando esa mocosa traicionera.

-Sabía dónde estaba el libro-comenté como un detalle importante-, solo por si necesitaban saber algo más.

Tras decirles eso, asintieron y se retiraron de la cabaña. Apenas cerraron la puerta y yo mandé lejos un florero de cristal, estrellándolo contra la pared. Toby me había traicionado, él sabía que tenía todo bajo control, o al menos gran parte...

Dos destinos. (Creepypastas y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora