True Colors

26.- Team ketchup.

—¿Y quién es "Nate"? —preguntó papá presionando más el hombro del chico.

—Es mi amigo, papá. Es el hermano de los niños que cuidaba.

—¿Solo tu amigo, verdad costalito? —sonrió. Ay no, ya empezamos con sus apodos cariñosos.

—Sí papá, y se va a quedar en la casa hasta que regresamos a Counterville. ¿No te molesta verdad? —le sonreí mientras caminaba a abrazarlo.

—No topi, no me molesta —dijo entre dientes sin dejar de apretujar a Nate.

—Genial —jalé a Nate a mi lado mientras él tomaba un poco de aire— Nate, ellos son papá y mamá.

—Soy Vincenzio Rizzo, esposo, hijo y padre. Un padre muy celoso de sus niñitas —estiró la mano y estrechándola muy fuerte en cuarto Nate la tomó.

—Papá —alargué tapándome la cara.

—Es un gusto —sonrió Nate educadamente mirando la mano de mi padre.

—Ay pero si es tan guapo —habló mamá mientras lo atraía a sus brazos y lo salvaba de una posible fracturación de dedos.

—Hola, el accidentado sigue aquí —saludó mi hermano mientras yo reía y lo abrazaba de nuevo.

—Nate, ven —sonreí haciendo que el chico se acerque— Él es Mateo, mi hermano mayor.

—Hola amigo —saludó mi hermano.

—Hola, qué gusto ver que estas mejor. Tu uhm, hermana estaba preocupada.

—Yo sé, ha estado un año sin poder disfrutar de mi simpatía y carisma —alardeó el chico mientras yo rodaba los ojos.

—¿Cuándo sales de aquí eh? Yo te veo bastante bien como para estar encerrado en estas cuatro paredes tétricamente blancas.

—El doc dijo que tal vez mañana, que por el golpe en la cabeza debo estar en observación.

—Ah, hay que decirle que no se preocupe. Que lo estúpido lo tienes de antes del golpe.

—Topi —alargó mi madre cruzando los brazos.

—Lo siento —hablé en un tono neutro haciendo reír a Nate.

En serio, ese chico debería reír mas seguido.

-×××-

—¿Una qué? —susurré lo más alto que pude, Bianca me había prácticamente encerrado en el baño con ella para contarme algo.

—Una fiesta de bienvenida, el sábado. Es tu culpa por llegar cerca de fin de mes. Sabes que mamá siempre reúne a la familia el último sábado de cada mes. Y ahora armará una fiesta con toda la familia por tu llegada.

—Porca miseria —me lamenté tapándome la cara— no puede ser, eso es en dos días, he salvado a Nate de las preguntas incómodas estos últimos días llevándolo a visitar Verona pero... Oh no, esto no está bien. Se van a juntar los tíos, papá, el abuelo y el tío Bruno. Lo van a masacrar. ¡Y ni siquiera somos algo! —empecé a decir mientras me desplazaba por el pequeño lugar.

—Lo lamento topi, tendrás que preparar a Nate para la avalancha que viene. Mamá nos prohibió que te dijéramos algo, pero es lo único en lo que puedo ayudar —encogió los hombros y yo asentí.

—Gracias pequeña, de verdad —la abracé y sonreí— estás tan grande.

—Vamos, que mamá quiere que le ayudemos a cocinar todas.