Nuevas y viejas amistades

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POV: Arianne

Dios mío, casi quemo vivo a mi compañero. Soy un monstruo.

Aunque pensándolo bien el me besó. Otra vez. Lo mato. Bueno, casi lo hago.

Estoy enfadada no, enfadadísima. ¿Por qué mi primer beso fue con eso? Yo esperaba darle el primer beso a alguien que realmente me gustase y al que yo le importase y no con este idiota con complejo de estrella de cine.

Como lo odiaba.

Después de que saliese de los vestuarios, con camisa ya puesta... ¡ah! esa es otra, por favor que desesperadas están las chicas. Ni que nunca hubiesen visto la tableta de chocolate de un tío y su pecho...y sus brazos fuertes...

Vale, lo admito, mis hormonas se pusieron a bailar la macarena cuando lo vieron, pero esa no es razón para ponerse como una perra en celo.

No hay necesidad de subirle a ese el ego más arriba de lo que lo tiene.

Las clases siguientes se portaron bien, cosa que le agradecí.

No intentó besarme de nuevo. Tampoco lo dejé acercarse mucho. Me puse lo más alejada que pude de él y las indicaciones que le di o lo poco que hablamos se lo dije desde allí o con un bolígrafo en la boca.

Cuando acababa la clase me mantenía a mínimo 5 metros de él.

Y sé lo que pensáis "Ala que exagerada" pues os diré algo; Poneos en mi lugar.

Si un completo extraño le da por besarte, aunque ese extraño esté muy bueno ¿ustedes que harían?

Yo estaba aterrorizada, puede que resulte un poco cómica la situación, pero quien sabía si este chico no era un completo lunático que se ha escapado de un centro psiquiátrico y que ahora busca chicas para besarlas y luego matarlas en un oscuro ático con arañas y....vete tú a saber que más cosas.

Vale, puede que sea improbable, pero, nada es imposible (ahora en las pelis suena una música dramática y se ve un arcoíris de fondo)

Lo único que me preguntó fuera de las raíces cuadradas y Leonardo Da Vinci fue;

-¿Hablas francés?

-Sí, más o menos fluido

-Ah.

Puede que se quedase esperando a que yo le dijese algo más y puede que yo me concentrase en mi libreta para ignorarlo.

Tampoco es que tuviese que ir contando mi vida por ahí.

Supongo que le resultó extraño, ya que aquí los idiomas que se enseñaban era el castellano o ruso.

En la cafetería se nos unió la hermana de Peterson, que había hecho muy buenas migas con mis amigas.

-Lydia-se presentó, con una sonrisa, esta chica siempre estaba sonriendo.

-Sí, lo sé, la hermana de Peterson-dije estrechándole una mano-Arianne.

-Sí, lo sé, la tutora de mi hermano-dijo a lo que soltamos unas risitas-Encantada.

Después de esto me dio tres besos en las mejillas, luego se ruborizó.

-Lo siento, la costumbre, en donde yo vivía saludas así.

-Tranquila, en Francia ¿no?-le pregunté, su hermano hablaba francés por lo que...

-Exacto ¿tengo mucho acento?- preguntó preocupada.

-Ligeramente, no se nota casi- la animó Ivy con una de sus sonrisas brillantes.

-Ven siéntate con nosotras-dijo Gabriela. Lydia se quedó sorprendida y me miró.

Quiero darte un besoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora