Definitivamente he creado un monstruo

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POV: Eric

Era irreal.

Mi vida ahora mismo se sentía muy irreal.

Tenía una hermosa chica durmiendo a mi lado y mi mejor amigo prácticamente acababa de morir.

Tenía un caos sentimental, me sentía alegre-triste.

Alegre porque finalmente había podido cumplir con la promesa que le hice a Jean sobre que Arianne sería mi novia y triste porque él no estaba aquí para decirme con su voz de sabelotodo te lo dije, estabas enamorado.

Miré el techo como si de esa forma pudiese verlo y me lo imaginé con Lorena, cogidos de la mano y sonriendo.

La verdad es que esperaba que fuese feliz...aunque quizás yo lo hubiese sido si él hubiese estado junto a mí ahora.

No me di cuenta de que volvía a llorar.

Realmente lo echaba de menos y solo habían pasado un par de días. No estaba seguro de poder soportarlo el resto de mi vida.

Solo de pensarlo volvía a sollozar con fuerza.

Era mi mejor amigo, mi hermano....y esto no es ni de lejos justo.

Por favor Jean, vuelve conmigo.

A mi lado, Arianne se movió aprisionando mi brazo entre los suyos hasta encontrar mi mano y entrelazarlas, definitivamente me despistó cuando abrió sus dulces ojos lentamente y me miró con una pequeña sonrisa.

-Hola-dijo con la voz pastosa y terriblemente sexy.

-Hola-ambos nos pusimos de lado para poder vernos, pero sin soltarnos las manos-Siento haberte despertado-me disculpé haciendo círculos en su piel.

-No pasa nada, ¿has dormido algo?-preguntó, la preocupación haciéndose presente.

Negué lentamente acercándome a ella para besarle la nariz.

-¿Por qué?

Eso me hizo sonreir, lo dijo con un tono preocupado de madre pero con su voz dulce. Era simplemente hermosa.

-Tengo una preciosa chica a mi lado durmiendo, ¿crees que merece la pena dormirme y perderme esta visión?

Casi enseguida su cuerpo reaccionó sonrojándose y apartando la mirada.

-Eric...

-Pero veo que tú si que estabas cansada...

Ella asintió mientras se tapaba la boca en un bostezo.

-No sabía que era tan agotador....

Volvió a apartar la mirada y supe a lo que se estaba refiriendo.

Horas antes lo habíamos pasado bien....muy bien.

-Es que eres una máquina que no se agota de....

Ella golpeó mi hombro antes de que yo acabase esa oración.

Lo cierto es que probablemente esta noche entraría dentro de la lista de las mejores.

Fue atenta y considerada, cosa que me dejaba a mi en mal lugar, ya que se supone que soy yo la que siempre está pendiente de ella.

Sentir su piel junto a la mía había servido como antídoto ante el dolor...me consoló mientras yo intentaba apartar los pensamientos trsites de mi mente.

Ella era un ángel, era mi luz...

La quería de una forma que no creí posible.

-¿Hoy volveremos a Estados Unidos?-preguntó tristemente, al igual que yo, vivía enamorada de este país.

Quiero darte un besoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora