Capítulo 22. "Mi dulce Eri..."

20.5K 1.1K 108
                                    

Capítulo 22. “Mi dulce Eri…”

Nunca en mi vida ningún tío había sido tan sincero como Oscar, lo está siendo, en este momento, conmigo; y en cierta medida, tiene su lógica.

Siempre he tenido encuentros esporádicos con tíos inmaduros e/o irresponsables, por el puro placer de disfrutar del sexo, algunos de ellos casados, cuya finalidad primordial era evadirse de su agobiante vida a través de un polvo secreto. Sea cual fuere el caso, yo lo único que he buscado en todos y cada ellos, ha sido satisfacer mi propia sexualidad. Nunca he querido implicaciones sentimentales. Aunque pensándolo fríamente, tal vez con Rob, sea con el único que he mantenido algo más parecido a una implicación sentimental, pero a la vista, sobre todo, de los últimos acontecimientos, está demostrado, que abierta y sin ataduras... Sin embargo con Oscar todo ha sido diferente desde el principio…

Él me acaba de revelar que ha estado casado, tiene un hijo de unos tres años y además, su esposa, la que pudo ser el amor de su vida, está muerta y él es viudo. “¿Cuánto tiempo llevarían juntos?” “¿Sería esta tal Esther la novia que le robó al hijo de los Martins?” Muchas preguntas que yo no puedo responder, me rondan…

Fuera cómo fuese, y fuera quién fuese, todo esto a lo único que viene, es a corroborar que Oscar, por sus experiencias y vivencias ha sido y es diferente a la hora de enfrentarse, no sólo a mí, sino a ese encuentro íntimo que los dos ansiamos desde que nos oímos a través de su teléfono por primera vez...

Él me ha tratado de forma muy diferente a cualquier otro, e incluso yo misma me he sentido distinta desde el instante cero… Soy capaz de advertir una diferencia muy significativa entre él y los demás “¡y eso me acojona que lo flipas!”. Oscar ha pasado la etapa de sexo por diversión, puede que en parte por su experiencia, también puede que, en parte, por su personalidad, y ahora está en una fase completamente diferente… La pregunta es ¿en qué fase estoy yo…?

Aun sabiendo analizar el tema y todo, soy incapaz de tomar una decisión de peso en este preciso instante, estando desnuda, tumbada en una cama frente a un hombre increíblemente bello, tanto por dentro como por fuera, y asombrosamente sincero y valiente que me acaba de abrir, sin miedo a nada, su corazón… No puedo menos, que corresponderle y ser sincera con él… De hecho, pensándolo bien, creo que no habría mejor situación para que esto tuviera lugar…

La más pura y desgarradora verdad, desnudos y expuestos ante nosotros mismos…

No sé muy bien por dónde empezar, así que decido empezar por el principio…

-          Oscar – pronuncio su nombre suave y despacio, con miedo a romper la magia del momento. Puedo ver como abre su boca inhalando el necesario aire, a la vez que sus pupilas minerales se dilatan… - Agradezco la sinceridad de tus palabras y de tus intenciones, pero lo cierto es que mi pasado tampoco ha sido fácil y siento que debo ser sincera contigo.

Instintivamente llevo la mano de Oscar junto a la mía, a la cicatriz que permanece oculta bajo el tatuaje de la flor de loto, colocando sus dedos sobre la misma. Su rostro se extraña, seguro que no se imaginaba que ahí había una cicatriz, aun así se le escapa un jadeo. Yo también me encuentro estremecida por su tacto y por su mirada de arriba abajo que se detiene justo ahí dónde le he puesto la mano, pero no pregunta, no me interrumpe, solo aguarda. Me respeta igual que yo lo he respetado a él...

Respiro profundo, muy profundo, intentando coger todo el aire de la habitación para lo que sigue y me lanzo:

-          A primeros del 2002 fui violada por un malnacido que no solo me destrozó la vida en aquel momento, sino que además me dejó embarazada – su gesto se tensa junto con el mío. Ya hace tiempo que soy capaz de controlar las lágrimas cuando hablo de este tema, pero no deja de producirme un vuelco interno... - Después de mucha terapia y mucho luchar contra mí misma y contra mi familia, decidí seguir adelante con el embarazo porque moralmente no podía… - mi voz se quiebra y  Oscar me rodea dulcemente con sus brazos atrayéndome hacia él, aportándome parte del apoyo que necesito para seguir hablando, supongo que él mejor que nadie puede entender esa situación ya que sabe lo que es tener un hijo…  – Pero a los 6 meses y medio, sufrí un aborto natural y tuvieron que practicarme una histerotomía para sacar el feto – la expresión de Oscar pasa de asombro a más y más asombro.

Soy adicta al sexo Wattys 2014Donde viven las historias. Descúbrelo ahora