Capítulo 8. #Di-amante en bruto...

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Capítulo 8. #Di-amante en bruto…

Me despierto con olor a café, tostadas francesas y bacon. Me encanta el English Breakfast, en versión europeo-española. Además, como siempre me levanto pasado el mediodía, me sirve de almuerzo. Hubo una época en la que intenté almorzar de verdad, pero un plato de legumbres recién levantada, como que no apetece. Así que hago dos desayunos al día, uno cuando salgo de mi turno, del hotel, a eso de las ocho de la mañana, y normalmente, en el bar de mi amiga Vera, y otro cuando me levanto que normalmente es entre las dos y las cuatro de la tarde. Aunque he de reconocer que este segundo desayuno suele ser un poco más contundente que el primero.

El ventanal hace las veces de pantalla de cine particular que me muestra la realidad exterior. El viernes se ha empeñado en seguir cerrado, y a mí, me parece bien. Yo estoy también cerrada, no sé a qué, a quién o por qué, pero noto un bloqueo interno… Me siento como el viernes. Mis pensamientos se pierden en la grandeza y el frío colorido del frente nuboso que cubre la ciudad. Me encanta contemplar y fotografiar nubes. “Tal vez sea buena idea llevarme la cámara…” Tenues gotas de lluvia se estrellan en silencio contra el vidrio transparente del ventanal. Lo único que me apetece es darme media vuelta, arroparme hasta el cuello y seguir paseando descalza por el invisible límite que hay entre el sueño y la vigilia. Aun así, y no sé por qué delirante razón, decido, no sin cierta lucha moral interna, abandonar la calidez de la cama… Creo que las ganas de hacer pipí, unidas a la promesa de un café calentito y recién hecho han vencido, aunque por poca ventaja, a la pereza.

Me levanto no sin poca dificultad y me pongo mi pijama en plan comando (sin ropa interior). Me dirijo a la cocina flotando en una nube de aroma a comida calentita y rica, como en los dibujos animados, o al menos, eso juraría en un juicio. La verdad, no recuerdo caminar, y me apoyo en la isla de la cocina, justo cuando Rob se gira.

-          Good morning, Sleeping Beauty! (Buenos días, Bella Durmiente!) – Rob, vestido únicamente, con un pantalón gris de chándal, “Se ve que no le teme a las salpicaduras del bacon… ”me saluda con una exultante sonrisa, y con un beso limpio y honesto en la frente.

-           - ¿Has dormido bien, honey? – se esfuerza por preguntarme en español.

-          Muy bien, ¡gracias! – Respondo sonriendo, está tan atractivo preparando el desayuno sin camiseta… - ¿And you? (Y tú?) - Le robo una tostada, cojo la taza de café y me voy al sofá.

-          Muy bien, “grasias” – responde con un poco de acento, la verdad es que está mejorando mucho con el idioma, “¡la escuela del bar que hace mucho!” No hay nada mejor que unas cervezas y un par de autóctonos para aprender el idioma. - Aunque roncas demasiado… - se carcajea. “¿Cómo habrá aprendido esa expresión…?”

-          Sí, hombre, ¡ya lo creo! – me río y vuelvo a contemplar el cielo a través de la ventana del salón.

Viene con la bandeja con el resto del desayuno-almuerzo y se sienta a mi lado en el sofá, me rodea el cuello con su brazo y tira de mí hacia él y me da un pico. Mi relación con Rob es tan sencilla. Tan abierta. Tan…

-          Mmmm! Que buena pinta tiene todo, gracias. – Exclamo al ver el copioso desayuno que Rob ha preparado. - Has sido muy amable conmigo, no sé cómo podré…

-          No sigas – me interrumpe – Tú me ayudaste mucho cuando llegué aquí es lo menos que puedo hacer por mi chica especial… - me mira como queriendo estar dentro de mí, sus ojos brillan de manera exultante y su sonrisa es permanente.

-          Pero, Rob… - intento continuar.

-          Pero nada y, por cierto, no me había fijado en tu nuevo tatuaje – le miró preguntando con la mirada qué le parece y sigue diciendo – ¡lo peta! – Este inglés se está españolizando a paso agigantados! Habla silabeando, me encanta ese acento.

Soy adicta al sexo Wattys 2014Donde viven las historias. Descúbrelo ahora