❀ diez ❀

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Miré a Malik intrigada, sin saber a qué se refería con “divertirse un poco”, aunque estaba segura que no tardaría en descubrirlo. Efectivamente, no tardó más de unos segundos en atrapar mis labios bajo los suyos, empezando a besarme con dureza. Yo me tensé al notarlo, era la primera vez que me besaba delante de alguien. Y tenía que ser justamente Niall. Malik mordió mi labio con más fuerza de lo normal, supuse que enfadado porque no le seguía el beso. Di un pequeño gemido al notar el mordisco y, de inmediato, empecé a besarle yo también. Cerré los ojos y me dejé llevar por el acelerado ritmo de sus labios. Sus manos llegaron a mi cintura y rodearon ésta, dejándome acorralada por sus fuertes músculos. Me pegó más a su cuerpo y se alejó de mis labios para llevar los suyos a mi cuello. Echó mi larga melena rubia hacia atrás e hincó suavemente sus dientes en mi piel, tirando de ésta sin llegar a hacerme daño. Su lengua pasó por mi piel –seguramente enrojecida– y luego siguió con los húmedos besos y los suaves mordiscos. Yo estaba jadeante, aquel punto de mi cuerpo era tan sensible... Y Malik lo sabía muy bien. Sabía que esos besos en mi cuello casi me hacían delirar.

De pronto, un fuerte bache hizo que Malik y yo nos separáramos. Dirigí mi mirada hacia Niall, que a su vez nos miraba a nosotros por el espejo que había enfocado hacia atrás. Sus ojos y su ceño estaban fruncidos, muestra de su enfado. Malik torció sus labios en lo que pareció una sonrisa burlesca y volvió a echar mi cabello hacia atrás, dispuesto a regresar a mi cuello, pero Niall hizo un giro tan brusco que le fue imposible.

— Basta – dijo Malik, en aquel tono autoritario tan suyo. 
— Perdón, el camino no está en buen estado. 
— Tus celos no están en buen estado – replicó Malik – ¿Que no lo ves? Ella es mía – gruñó en un tono mucho más duro, más íntimo, más severo – Y como vuelva a verte tocarla esta vez no lo pagará ella, lo pagarás tú. Y te saldrá caro... muy caro.

Asustada por su amenaza a Niall, y viendo que éste iba a responder de mala manera e iba a meterse en más problemas, agarré el mentón de Malik e hice que me mirara. Agarré sus mejillas y me acerqué a besarle. Él sonrió sobre mis labios. ¿Malik sonriendo? Increíble. Me movió hasta que quedé sentada sobre sus piernas. Sus manos se posaron sobre mi trasero y empezó a moverme, acercando mi pelvis a la suya. Su zona íntima rozando la mía. Jadeé sobre sus labios y me separé un poco. 

— Buena chica – murmuró aún muy cerca. 
— Gracias... señor. 

Malik me ordenó que volviera a sentarme bien. De inmediato obedecí, sentándome a su lado. Él pasó su brazo por encima de mis hombros, acercándome posesivamente a él, sin dejar de mirar con inquina a Niall.

El viaje duró un par de horas, calculé por cuánto había bajado el sol. Llegamos a otra casa, más pequeña que la de Malik, pero seguía siendo enorme. Niall estacionó el vehículo y se fue derecho a la parte trasera a abrir la puerta a los esclavos que había ahí, que salieron con cara de agobio. Había debido ser muy duro el viaje ahí, ya que no había ni una sola ventana ni hueco que diera al exterior, y eran unos diez. 

— Ahora vendrá uno de los esclavos de Shadow, esperad aquí, él os dirá dónde ir. 

Todos los esclavos asintieron en silencio. Y Malik empezó a caminar hacia la casa. Yo le miré, cuestionándome cómo podía actuar tan frío y ser tan ardiente, todo al mismo tiempo. Niall me dio la vuelta bruscamente, para que le mirara. 

— Ahora ya entiendo por qué te trata así. Tú le sigues el juego. 
— Niall por dios. Lo he hecho por ti. Si soltabas cualquier burrada iba a castigarte, y no quiero meterte en más problemas. 
— Y una mierda. Se nota que estabas disfrutando. 
— Oh por dios. ¿En serio crees que me gusta besarle? ¡Me da asco! Pero no quiero que me golpee. 
— Así que te da asco que te bese, ¿eh, perra? – oí que Malik decía detrás mío. 
— N-no... yo... – me giré hacia él, tratando de no meterme en más líos. 
— No te da asco, porque te gusta.
— Niall, no... – me giré hacia éste. 
— Claro que no, le repugna, ¿verdad?
— ¡No! – exclamé, girándome de nuevo a Malik – ¡Basta por favor! ¡Esto es surrealista! – mascullé.
— ¿Surrealista? – Malik me miraba con toda su furia contenida, que sabía que en cualquier momento descargaría con Niall. No sabía qué hacer, porque cualquier cosa que hiciera, alguno de los dos la vería mal. Si me callaba, mal. Si hablaba, peor aún. ¿Qué podía hacer?
— ¿Y bien? – Niall. Aquella situación me podía. Claramente me estaban dando a elegir. Niall o Malik. No podía darle preferencia a uno de los dos, porque en el caso de que prefiriese a Niall, Malik le golpearía y le castigaría y sabe Dios qué más. Si elegía a Malik, Niall no me dirigiría la palabra en lo que me quedaba de vida – Te estamos esperando, Em – antes de que pudiese responder, Malik se me adelantó. 
— Tú, vete a trabajar que para eso te mantengo, no para que rondes mis esclavas. Y si no quieres una golpiza que te deje moribundo, lárgate – Niall me desafió con la mirada llena de desprecio unos segundos antes de hablar.
— Claro, señor. 

Sabía que al haberme quedado callada la había cagado, y bien. Sabía que, en lo más profundo, Niall se sentía dolido, porque, indirectamente, le había echado yo también ante la orden de Malik. Podría haberme ido con él, pero en cambio decidí quedarme mirando la situación, esperando y anhelando que Niall no dijera nada inapropiado para que no tuviese que cargar con más culpa de la que ya tenía encima por todas las ocasiones en las que nos habíamos encontrado en esta situación.

— Y tú, tú ya va siendo hora de que aprendas la lección – dijo refiriéndose a mí – Estoy harto de que defiendas a tu amiguito cuando soy yo el que claramente te sacó de esa mierda de mercado, ¿vale? Yo soy el que te mantiene con vida, cuando cualquiera de esos desgraciados que como yo compran basura como tú podría haberte matado después de haberte violado. Pero no, aquí estás, vivita y coleando y todo gracias a mí. No te vuelvo a pasar más ni una, porque tu amiguito está en zona roja, y no quieres que le pase nada, ¿verdad? Pues mantente al margen y alejada de él y de todo lo que le rodee, porque no voy a volver a repetírtelo, ¿está bien? Ahora, vete a hacer algo que merezca la pena – se dio la vuelta para ir a saber dónde, pero entonces frenó y se dio la vuelta – ah, y ni pienses que lo del coche se va a quedar así. Digamos que esto es una... pausa.

Mi respiración se paralizó. Estaba insinuando que iba a seguir. Que iría a más. Y yo no quería que fuera a más. Malik desapareció, caminando rápido hacia el interior de la casa del tal Shadow, mientras que yo busqué a Niall con la mirada. Le encontré algo apartado al resto de esclavos. Fui hacia él y puse la mano en su hombro. Él volteó a verme y apartó mi mano secamente. 

— Niall, no te portes así conmigo, por favor. Tu eres el únic...
— Si, yo soy el único pero aún así no me defiendes. 
— Niall, era lo mejor. Si contestaba cualquier cosa, Malik se cabrearía y lo pagaría con ambos. Me ha dicho que me aleje de ti, Niall. Y yo... no quiero meterte en más problemas, ya te has llevado suficientes golpes por mi culpa. 
— ¿Sabes qué? Me gustabas. Y sí, no lo digo en presente porque me he dado cuenta de que no eras como creía. Yo pensaba que tenías unos valores. Que eras valiente y diferente, pero me he dado cuenta de que no. Solo eres una tonta que mira por su propia integridad sin importarle los demás. Si quieres ser la favorita de Malik, sin replicarle nada, adelante. Tienes vía libre para hacerlo. Ya no intentaré defenderte de ese gilipollas. 
— Niall...
— No, Em. No quiero oír nada más. Recuerda que no puedes hablarme, que Malik se pone celoso.

Niall se fue. Dejándome sola ante las miradas de desprecio del resto de esclavos. Uno de los de Shadow vino a nosotros a indicarnos que debíamos ir junto a alguno de ellos a servir en la cena. Nos fuimos hacia una gran cocina donde nos dieron nuevos vestidos blancos, ya que al parecer era una cena importante, para la que no podíamos ir desaliñados. Todos nos cambiamos ahí, algunos con más pudor que otros. Me miré a mí misma. Odiaba esa ropa. Odiaba ir de blanco y odiaba tener que vestir como una ramera, con cortos vestidos ajustados, dejando entrever mis pechos y mi trasero. Tiré del vestido hacia abajo para tratar de mantenerlo en buen lugar y cargué una de las bandejas que había que llevar. Miré algunas de las chicas de Shadow, sus cuellos estaban llenos de oscuras marcas, como si las hubieran mordido. Me estremecí al pensar en ello, debía ser doloroso.

Los esclavos caminamos juntos hacia un gran salón que estaba lleno de dominantes. Chicos altos, fuertes, con cabellos y ojos oscuros. Inconscientemente busqué a Malik con la mirada, y lo encontré hablando con el mismo hombre con el que iba cuando me compró. Su mirada se cruzó con la mía a la vez que yo servía unos platos en la mesa y me indicó con una mano que me acercara. Nerviosamente fui hacia él, tratando de no temblar. Me puse a su lado y él sonrió lateralmente hacia su acompañante. 

— Vaya, Zayn. Parece que así se ve aún mejor que en el mercado. 
— ¿Verdad que sí? – dijo con burla en su voz. 
— ¿Ya la has violado? – me tensé al oírlo, ¿cómo podía decir eso, y más si estaba yo delante?
— Pues claro. ¿Cómo no hacerlo?
— Entonces podrías prestármela alguna noche, ¿no te parece? – ahogué un grito, echándome hacia atrás, detenida por el brazo que Malik había puesto alrededor de mi cintura. 
— Lo siento, pero me gusta la exclusividad. 
— Venga, no seas egoísta. Además, con la pinta de perra que tiene, seguro que está con varios de tus otros esclavos. 
— Ya me aseguro de que eso no pase – sonrió Malik, bajando su mano a mi trasero.

Me sentía tonta y ridícula, estando ahí, oyendo un montón de mentiras, sin poder decir nada, mientras dos hombres hablaban de mí como si fuera un objeto. La mano de Malik me incomodaba, mucho. Pero al mismo tiempo me gustaba. Y quería pegarme a mí misma por ello.

Los esclavos estuvimos sirviendo a los dominantes durante casi toda la noche, ya que la cena se alargó hasta tarde. Me llevé varias miradas lascivas y varios me tocaron el trasero, haciendo que me sintiera totalmente incómoda y sucia, pero no podía quejarme.

Cuando los dominantes empezaron a retirarse del lugar, Malik me hizo un gesto con la mano, indicándome que me acercara. Yo caminé nerviosamente hacia él, no me había vuelto a hablar en toda la noche y tenía miedo de qué podía decir.

— Ven, tengo que marcarte – gruñó, agarrando mi cintura.
— ¿Qué? – dije algo nerviosa, apartándome.
— Quieta – de inmediato obedecí – No quiero que esos cabrones estén tocándote... – murmuró, llevando sus labios a mi cuello y mordiendo mi piel – no me gusta que te miren – succionó mi piel con fuerza, haciéndome jadear. Dolía, pero también me gustaba – Eres mía.

Freedom « z.m »Where stories live. Discover now