❀ nueve ❀

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A pesar del aroma envolvente, de la suavidad de las sábanas, de la comodidad del colchón... a pesar de todo eso... no pude dormir bien. Las pesadillas eran recurrentes y agobiantes. Me desperté varias veces, presa del pánico, temblando de miedo. Procuré no gritar ni una vez, no quería que Malik me viera de ese modo. No quería que supiera cuanto miedo le tenía, aunque ya supiera que le temía. Pero no iba a ver nunca hasta qué extremo me atemorizaba. Porque a cada momento que pasaba, más miedo tenía. Y era angustiante.

En cuanto vi que el sol anaranjado del amanecer empezaba a salir por el horizonte, medio escondido entre los montes que se veían lejanos, me levanté casi dando un respingo de la cama. Caminé hacia el sillón donde estaba lo que parecía ser mi nuevo vestido y me lo puse. Era mucho más suave que el anterior. Podía notarse el cambio de calidad de uno a otro. El otro era rasposo, duro, hasta el punto de incómodo. Aquel nuevo era suave, sedoso y agradable. Estaba totalmente ajustado a mi cuerpo. Era de tirantes anchos y escote muy abierto, cosa que no me gustaba nada. La tela se cernía, ajustándose a mi figura. Me miré en un alto espejo que Malik tenía en la habitación. Mi cabello, ya seco, caía algo ondulado en las puntas, hasta mi cadera, casi llegando a mi trasero. Estaba más brillante que antes. Puse un mechón que caía sobre mi ojo, detrás de mi oreja y me mordí el labio nerviosamente. ¿Me iba así, sin más? Malik se enfadaría. Crují mis dedos, aún sin decidirme a qué hacer. Entonces escuché un bostezo. Miré hacia Malik y le vi desperezándose. Sus ojos se abrieron poco a poco y se dirigieron directamente a mí. Yo fui a abrir la boca para darle los buenos días educadamente, no quería que se enfadara conmigo de buena mañana, pero él me interrumpió antes de que pudiera hacerlo.

— Largo de aquí, ya. Y recuerda lo que te dije anoche.
— Sí, señor... – asentí con la cabeza, nerviosamente, y salí de la habitación con prisa.

Caminé –más bien, corrí– hacia el piso de abajo, dirigiéndome directamente a la cocina. Abrí la puerta de la zona de esclavos y vi ya a varios de ellos desayunando. Ni siquiera alzaron la mirada. Yo caminé lentamente hacia donde se encontraban los boles de madera y cogí uno de ellos. Fui hacia la mujer que repartía la comida y puse mi bol frente a ella, recibiendo a cambio una gran cucharada de una viscosa masa de color marrón claro, no tenía muy buena pinta. Pero eso mejor que nada. Me fui a la mesa del fondo y me senté apartada, con la mirada baja. Empecé a comer con lentitud, si comía rápido me dolía la tripa, así que preferí hacerlo más lento. Un rato después, noté a alguien sentándose a mi lado. Ese sería Niall. No alcé la vista, tocaba buscar mis dotes interpretativos y mentirle sobre lo que Malik me hizo.

— Em... – murmuró suavemente – Em, ¿estás bien? – no dije nada, solo negué con la cabeza – Lo siento... fue mi culpa. ¿En serio lo hizo...? ¿De verdad te...?
— No lo digas – le interrumpí – Y sí, lo hizo.
— Lo siento muchísimo.
— No importa.
— Sí importa, Em.
— Solo no le plantes cara. No hay nada que hacer contra él. Malik es un dominante y tú un esclavo. Ya está.
— Odio que sea así.
— Yo también lo odio, pero nosotros solos no podemos hacer nada por cambiarlo. Así que solo tenemos que... aceptarlo... – me encogí de hombros.

Niall estuvo en silencio por un rato. Él también empezó a comer, pero con más prisa que yo. Yo seguí haciéndolo tranquila, sin prisa. Sabía que tenía que ir al jardín, trabajar ahí. Pero no quería ir, porque Malik aparecería en cualquier momento. Empezaba a conocerle ya demasiado bien. Me levanté de la mesa cuando ya hube terminado y sentí a Niall mirándome atentamente.

— ¿Te ha dado más ropa?
— Sí...
— Nunca da ropa nueva a los esclavos hasta que no están a punto de quedarse desnudos de lo rota que está.
— Me rompió el otro vestido anoche.
— Oh.

No dije nada más. Solo empecé a caminar para dejar el bol en el lugar donde todos los sucios se dejaban y caminé fuera de la cocina, agradecida de que Malik no hubiera aparecido de nuevo a montar escándalo y a llamar la atención de todos.

Freedom « z.m »Where stories live. Discover now