Sentimiento de culpa

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La semana pasa a paso de tortuga y es estúpidamente horrible porque Jade no me habla y yo no le hablo a él,  las pocas veces que nos vemos, tratamos de no hacer contacto visual, aunque nos vemos  por el rabillo del ojo. Digo ‘’vemos’’ porque muchas veces nuestras miradas se encontraron, pero terminaron con un asentimiento. Sinceramente esto es peor de lo que pensé.

Jade siempre ha estado en la misma escuela que yo y nunca pensamos, al menos yo nunca pensé que algún día estaría aquí, así por él, deprimida, sola y con ganas de ir corriendo hacia é.

 El siempre ocupo su lugar y yo el mío, y solo éramos compañeros de clases, nada más. Así que puedo decir que nunca en mi vida me imagine que estaría así por Jade, de todos los chicos de esta escuela, de la ciudad, del mundo, nunca pensé que sería Jade, sinceramente no.

Pero… ¿Uno nunca sabe con quién va a acabar no? Uno sabe dónde empieza pero no donde termina.

En la cafetería veo a Jade solo, en una mesa, viendo su comida, con una mano sosteniendo su cabeza absorto en sus pensamientos, porque no prueba ni un bocado, solo toca su comida con el tenedor.

Así que decido enfrentarlo, sus días en la escuela han sido de mierda como los míos.

-Puedo sentarme aquí. –le digo dejando mi bandeja en su mesa.

-¿Ya pusiste tu bandeja no? –me dice sin mirarme.

-Jade… tenemos que hablar.

-Creo que ya lo dijiste todo. –sigue sin mirarme.

-Jade, mírame. –le digo molesta.

-¿Qué quieres, April? –por fin me mira. – ¿qué finja que todo está bien? ¿Que yo estoy bien? … ¿para qué? Si todo lo que quisiste decir ya lo dijiste.

-Jade, han sido los peores días de mi vida. –le digo despacio. –Yo… siento mucho lo que dije, estaba molesta y dolida…

-¿Porque?... ¿Porque decidiste creerle a una puta a que preguntármelo primero a mí? –no respondo.

-Escucha, April. Mi vida es una mierda, soy una mierda, de modo que no quiero que te ensucies… -dice cogiéndose la cabeza. –solo… aléjate de mí. No soy bueno para ti.

Observo en silencio como se levanta molesto, sin siquiera regresarme a ver. Miro su bandeja, no ha comido nada.

No digo nada, solo veo como se aleja y siento una lágrima cayendo por mis mejillas. De culpa.

  ¡MALDITA SEA! Yo tengo la culpa por apurarlo todo, por arruinarlo todo, por… por enamorarme de alguien que… prácticamente ahora me odia.

Primera vez que me enamoro de alguien en 2 semanas, ciegamente, y lo hecho todo a perder por una zorra que mentía solo para provocarme y lo logró.

Jade Wilde  Una idiota obsesión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora