Peleas matutinas

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No respondo. A veces Jade es un idiota. Bueno, la mayoría del tiempo es un idiota.

Salgo después de 15 minutos y ahí está Dylan. Muero de la vergüenza.

-Hola, Dy. –me acerco y le doy un beso en la mejilla.

-Hola muñeca. –pongo los ojos en blanco. Eso me decía cuando estábamos juntos, o al menos solos.  NO CON JADE AQUÍ.

-Cuida tus palabras amigo, ella es mi chica, no tu muñeca. –Dice Jade molesto y me atrae hacia él.

ESTO ES TAN INCÓMODO.

 -Es la costumbre. –alza los hombros y me lanza un guiño.

¿ESTA HABLANDO ENSERIO? ¿ACASO QUIERE QUE TERMINE CON JADE?

¿EL TAMBIEN?

-¿La costumbre? –Jade Frunze el ceño. OH OH! –disculpa pero tu costumbre se acabó hace mucho tiempo.

-¿Quién lo dice? –contesta desafiante.

-Lo digo yo. Así que será mejor que te olvides de eso.

Dylan se da la vuelta y camina hacia la puerta.

-Espera Dylan. –se detiene pero no se vira. Lo fulmino con la mirada a Jade. –No te vallas.

-Entonces que se valla él. –Dice Dylan.

 ¿ENSERIO? ¿ME VAN HACER ESCOGER ENTRE LOS DOS? No puedo creerlo.

QUE INFANTILES.

-Mejor déjalo que se valla cariño, igual no hace nada.

Dylan sigue caminando.

-NÓ, cállate Jade. Por favor Dylan no te vallas. Ayúdame. ¿A eso viniste verdad? –le pregunto de lo más amable para que no se valla.

Dylan se gira y me mira. –April, tus padres saben que estás conmigo y que estuviste en mi casa, ya hablé con mi mamá y no pasa nada. Sabes perfectamente que ella te ama como para no ayudarte. –Le sonrío- le dije que te llevaría hoy en la tarde si es que tú estabas de acuerdo, y que no vallan a verte a mi casa porque no los recibirás, y yo no lo iba a impedir.

-Oh por Dios, enserio te lo agradezco. –salto de la emoción.

-Pero otra cosa más. –nos mira a Jade y a mí. –Jamás les dije algo de Jade, y te dije Jade que la cuidaras, no que le quitaras su virginidad.

-Espera Dylan. Eso no tiene nada que ver contigo. –me pongo molesta.

-Sí, pero no quiero que tus padres se molesten conmigo luego de nueve meses por mentirles que estabas conmigo cuando te estabas revolcando con él. –Jade se adelanta a golpearlo a Dylan pero lo alcanzo a coger de la camisa e impido el golpe.

-Mira, pedazo de mierda... –le dice Jade molesto con los nudillos en blanco del puño que tiene apretado. –Tú solo encárgate de ayudarla, no de decidir lo que tiene que hacer. Está claro que estás molesto porque no te la dio a ti, pero ¿sabes qué? Eres un maldito enfermo, preocúpate por tu vida y no te metas en la de ella.

-Ya basta. –me pare en medio de los dos. –Cállate Jade. –me giro hacia Dylan. –Esto no tiene nada que ver contigo, te pedí ayuda, no que me digas lo que tengo que hacer como todo el mundo lo ha hecho. Por eso estoy aquí, porque me estabas ayudando. No quiero sermones. –me mira furioso y se va. El golpe duro de la puerta me sobresalta.

-¿Ves lo que haces con tus malditas rabietas? –le grito a Jade.

-Amor, te estaba manipulando. Quiere que hagas lo que él dice como todos quieren hacerlo.

-Jamás haré lo que me diga, simplemente quería que me ayudara. –me siento en la cama con cabeza entre mis manos. –Ahora solo le dirá a mis padres lo que vio y lo que escuchó.

-Saldremos de esta mi amor. Como de todas las que hemos estado, ya lo verás. –me abraza fuerte y permanecemos así por un tiempo.

  -Creo que lo mejor será ir a mi casa. –le digo preocupada.

-¿Y qué dirán de que no llegas con Dylan?

Me quedo en silencio. No sé lo que me dirán.

-Yo puedo llevarte.

-Jade… -digo sabiendo la respuesta a eso.

-Lo sé. –me besa la cabeza. –pero tenía que intentarlo de todas formas.

-Te amo. –le digo para cambiar de tema.

-No más que yo.  

 

Jade Wilde  Una idiota obsesión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora