CAPITULO #5

408 13 0
                                    

Es viernes y es hora de salida. Me dirijo hacia la parada de autobús, ya que mi madre no vendrá hoy por mí.

Cuando alguien me carga de espaldas y me da vueltas.

 -Hola muñeca. –me suelta y me da un beso en la mejilla.

-Dylan. ¿Qué estás haciendo aquí? –Le digo abrazándolo, porque sinceramente me alegro de verlo, él siempre ha estado conmigo, en mensajes, porque no lo he visto, se puede decir que prácticamente nos hemos hecho mejores amigos.

No apruebo eso que dicen que un ex  nunca será igual de amigo como solía serlo, simplemente Dylan no es así, él se muestra como siempre ha sido conmigo antes de haber salido.

 -Me alegro de verte, estas… diferente. –me dice sonriendo.

-¿Diferente para bien? O ¿diferente para mal?

-Oh! Definitivamente diferente para bien. –me dice mirándome de pies a cabeza.

-Eres un tarado. –lo golpeo y sigo caminando.

-Y tú una pegona. –me dice sobándose el brazo y alcanzándome.

-¿Pegona? Esa palabra ni siquiera existe. –ante su ridiculez nos reímos fuerte.

-Oh, pues bien, ahora existe. –me da un guiño.

 -¿Y cuál es tu plan para hoy? –le digo mientras caminamos hacia mi casa.

-Uhm… no sé, ¿qué prefieres? ¿Ver una película y besuquearnos? o ¿tomar algo?

Ok, a veces es un idiota.

-Definitivamente tomar algo.

-Ok. como digas, Monja.

-¿MONJA? –le digo prácticamente riéndome.

-Pensé que querías divertirte. –dice alzando sus manos rendido.

-¿Diversión para ti solo es tener sexo?

-Una gran parte sí, pero...

-Eres un imbécil. –le digo torciendo los ojos.

-El imbécil que amaste.

 Eso mismo me dijo Jade, pero es tiempo presente. Ante eso me quedo en silencio, no puedo simplemente rendirme, porque sé que aún lo quiero, y no quiero perderlo aunque quiera alejarme de él.

¿Las mujeres estamos hechas para no hacer lo que nos dicen no? Así que le daré exactamente lo que no quiere decir. Iré por Jade. Tan pronto como me deje Dylan, que por cierto está de lo más insoportable ahora, no el Dylan amigable, está el Dylan acosador y tarado.

-¿Dejaras de comportarte como un idiota algún día? –le digo frunciendo el ceño.

-La verdad, no. Las mujeres quieren a los idiotas.

 Y… otra vez pienso en Jade, él es un idiota, en comparación a como lo veía antes, tan caballero, lindo y tierno. Resultó ser un completo idiota. Yo soy una idiota por permitir que entrara en mi vida siendo un idiota. Y estoy molesta, conmigo, con él, con Dylan por recordármelo, por todo el mundo que me recuerda a él porque hace unos días él era mi mundo.

-Jade yo…

-Espera… ¿me llamaste Jade?

 OH MALDICION! Debe ser porque estaba pensando en él.

-Lo siento, yo… -me tapo la boca para no decir más estupideces.

 Pero… ¿Qué si lo nombré? Igual Dylan es cosa del pasado y somos amigos.

Jade Wilde  Una idiota obsesión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora