Jade Wilde Una idiota obsesión.

Hasta que aparece.

Cuando termino de responderle el correo a Dylan suena mi teléfono.

¡ES JADE!

-April. –me dice medio cansado.

-¿Qué quieres Jade?

-Necesito hablar contigo.

-¿Pues para eso me llamaste no?

-No, quiero mostrarte algo, ¿puedo irte a ver?

-¿estás loco Jade? –le digo alarmada.

-Solo por ti, así que voy para allá, adiós.

-¿QUE?, ¡NO! espera Jade no pued… -cuelga, y me quedo pensativa mirando el teléfono, no puede venir, mi mamá me matará si salgo, estoy castigada y no puedo pedirle permiso así nada más, de un momento a otro.

Intento llamarlo y no me contesta, empiezo a ponerme nerviosa y camino de un lado a otro por mi habitación, y decido ponerme una chaqueta por si acaso, queriendo salir con Jade pero sabiendo que no me dejarán. Él sabrá que hacer.

Una hora después tiembla mi ventana con un golpe y grito, me encamino rápido para ver que ocurrió y lo veo a Jade en una ¡MOTO!

Una Harley Davidson si no me equivoco. ¡Esto es increíble! ¡UNA MOTO! Siempre lo veía en el estacionamiento pero nunca me imaginé que tenía una ¡moto!

Abro la ventana y salgo media molesta.

-¿Estás loco? Mis padres están durmiendo. –le digo hablando bajito.

-Losé, baja.

-¿Qué? No voy a ir contigo a ninguna parte.

-¿Enserio? –me dice sonriendo juguetón. –porque puedo subir, y créeme que puedo hacerlo.

Frunzo el ceño y le muestro el dedo de en medio y cierro la ventana.

 Viendo que es capaz de todo decido bajar en silencio sin despertar a mis padres, ya que está todo oscuro y salgo.

-No puedo creer que esté aquí abajo contigo, prácticamente fugándome porque estoy castigada. –me quejo. -¿Sabes manejarla bien? –le digo con miedo.

-¿Acaso nunca has subido a una? –pregunta asombrado. Acaso tengo cara de… ¡NI SIQUIERA SE CON QUÉ COMPARAR! ¡NUNCA ME HE TREPADO A UNA MOTO! ¿Es algo de asombrarse?

-No, nunca. -murmuro incómoda

-Es increíble la primera vez. –me lanza un guiño y me sonrojo. Mi mente podrida empieza aparecer burlándose de mí.

Me ayuda a subir y salimos disparados. Pero no puedo ver nada porque tengo mis ojos tan cerrados, tengo ganas de vomitar, porque creo que vamos a 1000000 por hora.

Después de lo que me parece una eternidad, escucho que nos paramos y abro los ojos.