Jade Wilde Una idiota obsesión.

La cita perfecta

Seguimos nuestro camino hacia la ‘’cita’’ que no tengo ni idea donde será, o que clase de cita será, pero… Estamos juntos y eso es lo más importante.

-¿Dónde vamos? –pregunto.

-No lo arruines… -me reprende

-Solo preguntaba. –contesto dolida, y hago un puchero mirando por la ventana.

Acerca su mano a la mía, y la aprieta. Lo regreso a ver, y me sonríe. Sonrío en una línea recta, y vuelvo a mirar por la ventana.

-Es una sorpresa. No sería una, si te dijera que es.

Nos adentramos hacia unas cabañas, cerca de una playa. Son realmente hermosas. Todo bajo una misma luna, las estrellas nos acompañan, y a lo lejos se pueden ver focos colgados que forman un corazón.

-¡Oh Jade, es precioso! –sigo observando de la ventana, mientras estaciona el auto.

-¡Y hay más! –lo miro emocionada, y me bajo. Camino hacia las luces, y Jade me alcanza.

-¡Hey, espera!

-Lo siento, es que esto es muy hermoso. –lo tomo de la mano, y me acerco a darle un beso en la mejilla.

-Me alegra que te guste.

-Me encanta. –seguimos caminando hacia las luces. Una pequeña mesa con velas y flores rojas. Huele delicioso; a vino, flores, mar, e incienso.

Todo es magníficamente increíble, y hermoso. Tan romántico.

-Creo que he cambiado tu perspectiva de amor. –Me mira con ternura, y ladea la cabeza.

-¿No te gusta mi demostración de amor? –contesta divertido.

-Al contrario, me alegra haberlo hecho. –Nos reímos, y me abraza.

-Te amo, April. –me surra al oído.

-Te amo, Jade.

-Ven, vamos a cenar. –me toma de la mano, y entramos a la cabaña, adornados por una entrada maravillosa con velas, y flores rojas.

-¡Muy romántico! –trato de molestarlo.

-Lo sé, a veces puedo ser muy meloso. –contesta sobrado.

-Me gusta que seas meloso. –sonríe divertido y entramos.

Todo está perfecto. Una chimenea al costado, con varios cojines en el suelo, sobre una alfombra color café. Un mueble largo, color negro, bajo unos ventanales con una espectacular vista a la playa.  Es realmente sorprendente.

-¡Vaya! Es todo muy hermoso. –vuelvo a mirarlo, y sonríe. Lo veo feliz, y relajado. -¿Tu lo hiciste?

-Si ¿Te gusta?

-Es precioso. –le doy un beso en los labios, y sigo admirando a mi alrededor.

Se dirige a la cocina, mientras sigo sorprendida por este detalle tan maravilloso, y sale con un carton en la mano.

-¿Pizza? –lo miro sorprendida.

Me alza la botella de vino, y sonrío. –Y vino. –contesta.

-¿Es una buena combinación? –arrugo la nariz, regresa a ver la botella.

-Yo creo que no. –Se dirige de nuevo a la cocina, y trae una botella grande de Coca cola. –Ahora si estamos bien. –nos reímos y nos dirigimos hacia afuera.

-¿Por qué compraste un vino? –le pregunto riéndome.

-No lo sé. –Se encoje de hombros- creí que se vería más romántico. volvemos a reírnos, y nos sentamos en la mesa, con velas y flores.

-Perdona por la pizza, no soy muy buen cocinero que digamos.

-Me encanta la pizza. –le sonrío, y me devuelve la sonrisa.

Comemos tranquilos frente al mar, acompañados de la luna y las estrellas. Solo los dos, juntos, y el sonido de las olas.

-Respecto al musical… -me pregunta con un pedazo de pizza en la boca. Lo miro divertida. -¡Al diablo la etiqueta! –me río porque está usando mis palabras. Termina de comer y da un sorbo a su coca cola.

-¿Cantarás? –suspiro

-No me queda de otra.

-Hazlo porque quieras hacerlo, no porque te inscribió Cloe.

-Lo voy hacer. –me sonríe y asiente.

Terminamos de comer nuestra romántica cena de ‘’pizza y cola’’ menuda cena, me digo a mi misma. ¡Estuvo deliciosa!

-Ya vuelvo. –se retira de la mesa, y entra de nuevo a la cabaña.

Suena una música lenta a los lados, pero no logro ver de dónde sale.

Jade aparece con una rosa en la mano, y me extiende su mano.

-¿Quieres bailar? –sonrío emocionada, me levanto y tomo la rosa.

Coloca su mano en mi espalda, y con la otra me sostiene una mano. Pongo la otra alrededor de su hombro, y empezamos a movernos al ritmo de la música. Suave y lentamente. Nos mantenemos en silencio mientras nuestras miradas lo dicen todo. Somos presos del amor que sentimos, obsesionados por los minutos que pasamos juntos, y decepcionados de los que no.

-Muchas gracias por esta maravillosa noche. –le sonrío.

-Gracias a ti por completarla.

-Tú completas mi felicidad.

-Tu mi vida.