Nervios

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Ella duerme en mis brazos, maldita sea no puedo creerlo, de verdad la dulce niña que conocí con tan solo cinco años, que no tuvo miedo de mi muerta presencia, ahora duerme en mis brazos, necesito creer que todo lo que ha pasado es real, no sé si aguantaría que fuera un retorcido sueño, un juego cruel de mi mente, como lo fueron esos interminables sueños cuando estuve “en pausa” hace años para no herirla, pero mierda, su respiración chocando contra la piel de mi pecho, suave como una pluma no me pueden estar engañando, nunca nada se había sentido tan suave y tan real.

El aroma de su cabello, maldita sea, ese aroma que en mi maldita vida no había sentido, lo tengo impregnado y podría apostar que está esparcido por todo mi cuerpo también y ruego a todo lo que exista porque algo de mí este en ella también, después del día de ayer, de las innumerables veces que le hice el amor, porque eso fue, no fue solo sexo, le hice el amor a Violeta y ahora ella está en mis brazos, pero… y si se arrepiente, si se aleja, no, no, no, mierda NO!, no puedo tenerla sin tenerla, sé que la amo y la quiero para mí, pero la quiero por completo y de todas las formas posibles…Que mierda estás pensando Evan, estas por fin con la chica y no puedes dejar de pensar en ella.

No quiero mover ni un maldito músculo, quiero conservar este momento por siempre, solo quiero tenerla en mis brazos ¿estaré siendo muy egoísta?, pero es que sus labios, como rozan con mi piel cada vez que respira, sus perfectos labios rosa me están volviendo loco, quiero besarlos, pero no quiero moverme, su pelo rojo desordenado por mis propias manos, saber que está así por mí, que soy el dueño de ese perfecto desastre, así está hermosa, natural y desnuda…podría querer algo más de ella… Soy un maldito egoísta, la respuesta es sí, sí quiero algo más.

-Te amo –Le susurro cerca de su oreja tratando de moverme lo menos posible, pero queriendo que hasta en sus sueños le lleguen mis palabras, parece haberlas escuchado porque se aprieta más a mí, maldición ahora siento todo su desnudo cuerpo contra el mío, todos estos años de autocontrol estoy a punto de tirarlos por la borda.

-Evan…-Me dice ella con una voz ronca mañanera, aunque la verdad es que ni siquiera sé qué hora podrían ser, intenté por todos mis medios no dormirme para verla, para que no se me escapara en medio de la noche, pero de todas formas caí rendido unas horas pero logré despertar para contemplarla unos minutos más, pero si pensé que era hermosa durmiendo, maldición no sé si es más hermosa viéndola despertar y que la primera maldita cosa que vean sus ojos sea yo, ver mi reflejo en esas orbes es…mierda estoy siendo un maldito romántico, pero no es nada menos que maravilloso.

-Evan –Vuelve a decirme ella mirándome por uno solo de sus ojos –Deja de maldecir –Maldita sea, como sabe que estaba en mi proceso de maldición.

-Como…¿por qué dices eso? –Le pregunto tratando parecer despreocupado y casual.

-Porqué estás haciendo esa cosa con tus cejas –Dice y lleva la mano que tenía junto a mi pecho y acomoda  mi seño que me doy cuenta estaba un poco fruncido, no sé de qué forma, pero ella lo sabe, tomo sus dedos cuando termina de acomodar mi rostro y los llevo hasta mi boca y beso suavemente la yema, sin dejar de mirarla y veo como un leve carmín tiñe sus mejillas, es adorable.

-Evan, con respecto al día de ayer y la noche...

-No digas nada –La interrumpo, no quiero que lo diga, no quiero escuchar decir que arruinará nuestra amistad, que debemos estar separados por Criss, Jenna y Ross, que somos una familia como siempre lo dijo, no quiero, quiero disfrutar por lo menos un día mas así de esta egoísta forma maldición, quiero que este sueño se alargue lo más posible.

-Pero Evan –Me insiste ella y yo la callo con un beso, un beso desesperado, un beso temeroso, tengo tanto miedo en este momento que no quiero escuchar su dulce voz diciendo que lo debemos dejar.

No hay tiempo III: Esperaré...Hasta que te encuentreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora